21 octubre, 2019
Por primera vez estoy de acuerdo con Cristina Fernández
Por Rubén Lasagno
Parece una postura más de los maravillosos saltos ornamentales que hacen muchos periodistas nacionales por estos días, al calor de la proximidad del populismo K que asoma (nuevamente) por culpa y responsabilidad exclusiva de una sola persona: Mauricio Macri, pero no. Gracias a Dios no abrevo en las aguas de la indignidad de esta profesión maravillosa. Tengo perfectamente claro los padeceres que nos esperan a los argentinos sin vuelve la banda, pero como en este país imperan las mayorías, basta que los votantes se junten para que las minorías queden en total orfandad, pues los que vendrán (si es que ganan, habrá que verlo) traen el cuchillo entre los dientes, no solo para vengar el pasado interruptus, sino para desplegar aquellas experiencias acumuladas en lo que parecía ser el exilio del populismo barato (pero muy caro para los argentinos) y hoy a la vista de los resultados, termina siendo la panacea de la recuperación republicana y de los valores de la democracia que bien supimos desperdiciar en tantos años.
Dicho esto y aclarando que no tomé la garrocha, debo decir que por primera vez coincido con la actual senadora, ex presidenta y multiprocesada candidata a vicepresidenta del Frente Para la Victoria (kirchnerismo), Cristina Fernández, quien en el acto de re-presentación en El Calafate (porque lo presentó dos veces) de su obra literaria que no podría leer por mi salud mental, espiritual y mi esfuerzo constante por apegarme a la verdad de las pequeñas cosas, la candidata agazapada, que no da la cara en público si no es delante de su militancia organizada, dijo cosas realmente importantes que quiero analizar.
“Claro que las deudas se pagan, pero que la paguen los que más se la llevaron, los que la disfrutaron“, fue una de las significativas frases que tiró en el acto armado por el hiperkirchnerista intendente Javier Belloni, a quien ahora no le molesta tanto que lo asocien con el kirchnerismo, dada la proximidad de la vuelta al poder. Antes del 11 de agosto, Belloni se automencionaba “Peronista”, tratando de despegarse de la pátina corrupta que arrastra CFK y le perturbaba la boleta. Pero eso ya pasó. Lo que dijo CFK es absolutamente cierto y nosotros estamos de acuerdo que Macri y su gobierno deben dar cuenta (en caso de perder y de no hacerlo, también) dónde está y/o fue, hasta el último centavo que manejó el gobierno en estos 4 años y quién o quiénes se llevaron afuera los dólares (si eso ha sucedido) y disfrutaron del enriquecimiento a costa del sufrimiento de los argentinos. Y si deben ir presos, enhorabuena que los jueces los condenen.
Pero un detalle: también necesitamos saber las deudas que dejaron éstos mismos que están por venir, cómo se la llevaron en 12 años y quién la disfrutó, incluyendo la propia senadora, sus hijos y sus amigos. Si bien gran parte de eso lo conocemos a través de algunos flashes de justicia que hubo años previos y vamos en tren de perder definitivamente, aún no conocemos a todos los autores del anterior latrocinio público y los que conocemos están libres.
“Nos acusan de planeros a nosotros pero ellos (dijo, refiriéndose al actual Gobierno) duplicaron los planes que existían en 2015 cuando dejamos la gestión” y la candidata vuelve a tener razón. Lo que no dice, porque su mirada sesgada recorta como un photoshop la realidad para acomodarla a su antojo, es que la duplicación de esos planes, vino a suplir la pobreza que dejó ella misma, la cual no medían con el INDEC para ocultar datos vergonzosos, porque de acuerdo a los dichos del otro candidato k, Axel Kicillof, el mismo que destruyó la economía nacional y nos sacó del mundo, cree que cuando uno no tiene trabajo encuentra como alternativa el narcotráfico. Eso explica en lo que se transformó la Argentina en 12 años ininterrumpidos de kirchnerismo explícito. Si acaso el actual gobierno no hubiera ampliado los planes (otro error de Stanley que “empoderó” a los Grabois y Cia), el discurso de CFK sería que la insensibilidad de éste gobierno les impidió hacer ni la mitad de lo que ellos hicieron para salvar la brecha de pobreza en el país. Aberración óptica del discurso sesgado, una curiosa manera de ver el vaso medio lleno.
Por otro lado, hace mal la señora senadora en renegar de la palabra “planero”, porque es un aspecto fundacional de su política, casi una marca registrada y una costumbre que se extiende desde la militancia rentada que llevan a los actos La Cámpora, hasta el que vive en la villa y le incautan un porcentaje de los planes, para “la causa” o algún bolsillo del puntero de turno.
“La gente quiere trabajar, no quiere que le den un plan. Las personas saben que con un trabajo registrado tienen la posibilidad de tener obra social, de sacar un crédito. Por eso hay que volver a generar trabajo en Argentina”, señaló CFK con cara muy seria y realmente dio en el clavo. Lástima que durante sus dos gobiernos se vivió el mayor trabajo en negro que se haya conocido en el país, con una precarización absoluta en todos los estamentos y especialmente en el propio Estado, el cual el kirchnerismo amplió en un 30% en 12 años, elevando el déficit pero cumpliendo con su forma de hacer política: meter a todos dentro de la administración pública para controlar y presionar a quienes luego les deben favores.
“Para superar este momento tenemos todos que intentar ser un poco diferentes y poner lo mejor. Ese lo tendrán que hacer los que más tienen, porque no se les puede seguir pidiendo esfuerzo a los que menos tienen”; esta frase es muy importante para interpretar lo que harán (si ganan) los kirchneristas que se juntaron el 17 en la Pampa. Cuando CFK y su maniquí hablan de “poner lo mejor” y de “hacer un esfuerzo”, está adelantando que van a meternos la mano en el bolsillo para tener el suficiente aire con el cual reimplantar el populismo. No hay populismo sin plata y hoy, como ayer, la Argentina está fundida. La fundieron ellos (los que amenazan con volver) por tres periodos consecutivos y en estos cuatro años Macri ayudó a lograr el objetivo final.
La frase de CFK encierra lo que verdaderamente vendrá: esquilmar al que tenga un auto y una casa para dilapidar los fondos manteniendo segmentos de la población sumidos en la indigencia (por ellos mismos + Macri), lo cual “arreglan” y “controlan” con dineros públicos, subiendo más el déficit, aumentado impuestos, sepultando la cultura del trabajo, edificando algunas generaciones más de vagos y haciéndoles pagar a los 6 millones de aportantes privados, la fiesta populista de los impresentables de siempre.
“Hoy siento que lo que hicimos no fue inútil. No pudieron con la memoria de lo que se hizo en 12 años y medio de gestión y la gente sabe que puede vivir mejor”. Aquí voy a disentir un poco con la candidata. Lo que hicieron ellos en 12 años no fue inútil, fue horrible. El llamado “voto heladera” del 11 de agosto es un espejismo, una insensatez y un engaño. Y pongámoslo en texto claro: es cierto que Macri no acierta una con la economía y debemos eyectarlo con el voto. ¿Alguien realmente piensa que el kirchnerismo va a resolver los problemas que padecemos los argentinos? ¿Se le puede dar al verdugo la decisión de una sentencia? ¿Alguien cree que a partir de diciembre vamos a tener “la heladera llena”?. Es realmente un infantilismo supino creer que los que destruyeron la patria, puede ser los salvadores.
Y para finalizar, ya lejos de la viuda que se esconde para ni siquiera rozar la posibilidad de dar la cara por vergüenza de ser la ex mandataria más corrupta de la historia y no poder enfrentar a un solo periodista libre, recordemos el sincericidio del gobernador Verna en La Pampa, cuando en el denominado “Acto de lealtad” (¿?) dijo: “Los dirigentes siempre caemos parados, siempre tenemos un cargo, una asesoría, un palenque donde rascarse, el problema son los que pasan hambre, los que no comen“.
Si bien estas consideraciones sincericidas del pampeano las podemos trasladar a todos los políticos pasados y actuales, ésto que dice Verna es el kirchnerismo, el peronismo unido o como se le quiera llamar. Un conjunto de farsantes sin ideas ni propuestas, solo las de volver a tomar el poder. Solo basta ver las caras en esa foto de La Pampa y apreciar que dibujándoles una reja en frente, podríamos empezar a verlos realmente en el lugar que les corresponde. Allí estaban todos, desde el soberbio candidato K elegido a dedo para que represente a CFK que no puede ni debe aparecer, hasta Magario sonriente y “leal” mientras los habitantes de La Matanza se ahogan y pierden todo y los 10 mil millones de pesos que le dio el gobierno nacional para infraestructura los tiene en la timba financiera del dólar, los bonos y los plazos fijos. Claro ella y “el cara de nada” Inzaurralde no se inundan, viven en countrys bien alejados de sus distritos o en Puerto Madero.
Por primera vez CFK dijo algunas verdades, pero solo a medias, recortando la realidad para que la misma no la sepulte con la verdad que asoma y es tan drástica que no le permite hablar sin dispararse en los pies.
¿Ésto y lo que hemos visto en los dos debates televisivos presidenciales de Alberto Fernández, es lo que tenemos como alternativa a lo establecido?. Dios nos ayude, definitivamente éste es un país sin destino ni futuro si la percepción de los argentinos es que volviendo a los ladrones podremos recuperar los bienes que nos han saqueado y creemos que los verdugos de la historia reciente nos pueden salvar de la indignidad donde nos han llevado ellos y sus socios.
(Agencia OPI Santa Cruz)
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