sábado, 19 de octubre de 2019

Humor Político

Clarín


19/10/2019 - 22:01


Humor Político
Gato, mandá al arquero a cabecear



En 2015, Scioli se borró de un debate. Y en el otro, Macri prometió lo que no supo o no pudo cumplir.



Alberto F. y Macri, serios en el primer debate presidencial.
Hoy es el segundo. Foto Juan José García





  ALEJANDRO BORENSZTEIN



Dado el resultado de las PASO y el modo en que llegamos a estas elecciones, seguramente este domingo a la noche vamos a ver un segundo debate presidencial con un planteo táctico bastante parecido al que veremos en el superclásico del martes en la Bombonera.


Eso significa que el Gato, como Boca, no tiene más remedio que mandar todo el equipo al ataque y si hay un corner, también tendrá que mandar al arquero a cabecear asumiendo el riesgo de un contragolpe con el arco vacío. Ya pasó en Madrid.

En cambio Tío Alberto, como River, saldrá con dos líneas de cuatro bien apretadas, doble cinco en el medio y a revolear cada bocha que llueva en el área para ver si alguien puede pescarla arriba y meter una contra.

Este será el planteo general del debate. Pero como inmortalizó el gran arquitecto Mies van der Rohe, “Dios está en los detalles”. Y es ahí donde se puede hacer la diferencia. Veamos algunas consignas para hoy.

Si por casualidad Tío Alberto vuelve a sentar a Scioli en primera fila, como hizo el domingo pasado para llamar mentiroso al Presidente por incumplir las promesas del debate 2015, tendrá entonces el Gato la oportunidad de explicar que en 2015 no hubo un debate. Hubo dos. Y al primer debate el kirchnerismo no fue.

Scioli había comprometido su asistencia por escrito, todo firmado por su equipo de campaña. Sin embargo, eligió borrarse en la última semana y no debatir confiado en que ganaba en primera vuelta. Error fatal del kirchnerismo menemista.

Evidentemente, en el segundo debate de 2015 Macri cometió el pecado de prometer lo que no pudo, no quiso o no supo cumplir. Pero en el primer debate, al no asistir, el kirchnerismo directamente se pasó por las tarlipes a los votantes, a las elecciones, a la democracia, a la República toda y a Stolbizer, Massa, Macri, Del Caño y Rodríguez Saá que eran los otros cinco candidatos que honraron el sistema democrático y asistieron al primer debate 2015. Una truchada indefendible del kirchnerismo. Si yo fuera Tío Alberto no hablaría más del tema y no le daría al Gato la chance de recordárselo a todo el país.

En realidad, si es por recordar cosas del pasado, Tío Alberto está en problemas. Yo que él, sólo hablo del futuro, me calzo el traje de Alfonsín, pongo mi mejor cara de falso estadista progre y evito entrar en cualquier provocación. Todo lo contrario de lo que hizo el domingo pasado en el debate de Santa Fe.

A pesar de lo mucho que se lo criticó, yo lo banco. Creo que estuvo muy bien. Arrancó el debate como un adorable compadrito, maleducado y sobrador que sirvió para consolidar el voto duro, el voto radicalizado, el voto de los que piensan en ganar el 27 de octubre y el mismo 28 ya empezar con las ejecuciones públicas en Plaza de Mayo.

Pero pensando en el votante independiente, que también hay que cuidar, para el debate de hoy Tío Alberto debería disimular un poco y salir más tranqui. Sobre todo porque el Gato, después de ver al matón del primer debate es muy probable que se deje de joder con el modo zen y ya esté pensando en mandarse “La Gran Coco Basile”. Recordemos.

En 1967, el Racing de Juan José Pizutti fue a jugar a Montevideo el segundo partido de la final de la Copa Libertadores contra Nacional. En esa época, era muy dificil salir vivo del Estadio Centenario. Los centrales de Racing, el Coco Basile y el inolvidable Mariscal Roberto Perfumo, se habían puesto de acuerdo para liquidar al 9 de Nacional, un tal Celio que jugaba como los dioses y metía miedo.

El plan era bajarlo de entrada. Comenzó el partido, sacaron del medio, la agarró Celio y enfiló. Mori lo dejó pasar con la picardía de saber que atrás lo esperaban Perfumo y Basile, listos para asesinarlo. El pobre Celio eligió encarar a Basile. Debe ser lo último que recuerda ese muchacho. El patadón que le puso el Coco lo levantó dos metros del piso y le aflojó hasta las muelas. Hubo escándalo, forcejeos, se paró el partido por un buen rato pero nada más. En aquellos años se acostumbraba a no amonestar ni expulsar a nadie en los primeros minutos de juego. De ese modo, a los 15 segundos de iniciado el partido, Celio ya había dejado de joder para el resto de la final. Racing fue campeón, entre otras cosas, gracias a mi gran amigo el Coco (abrazo de gol, Coco querido).

Tío Alberto no se puede arriesgar a ser el Celio de esta final. Si bien Macri es un exquisito que habitualmente juega de 10, sospecho que hoy va a entrar a la cancha dispuesto a sacudirlo de entrada. Al menos eso espera la hinchada.

¿Qué significaría sacudirlo de entrada? Si el Gato se corre por un minuto de su budismo, le puede llenar la cara de dedos. Sobran los puntos débiles en el kirchnerismo, desde el tema Venezuela hasta los bolsos de López pasando por los narcos, la inseguridad, la corrupción, el autoritarismo y el desastre económico que dejó Cristina y que, con tanta precisión, Alberto nos describió durante 8 años. Y lo que le faltó decir a Alberto lo dijo Massa.

¿Qué debería hacer Tío Alberto ante esto? En principio, yo reemplazaría el postre Balcarce de la merienda por 5mg de Rivotril para entrar más livianito y un poco más sedado. Acá el que se enoja pierde.

Lo otro importante es no volver a repetir la fatídica frase del jueves: “Cristina y yo somos lo mismo”. ¿Qué necesidad? Ya tenés los votos de Cristina, no te compres sus quilombos.

Y lo más importante: no insistir con eso de conectar la deuda con la fuga de capitales. Cuando él y Cristina dicen “la deuda la van a pagar los que fugaron los dólares” se meten en un trampa mortal.

Primero porque todos sabemos que la deuda se tomó para financiar el descomunal déficit que dejaron Cristina y Kicillof y también para pagar las deudas emitidas por el propio kirchnerismo como el BONAR 2024 y otros bonos, o los cheques diferidos que le tiraron al Club de París, a Repsol, etc etc y todavía estamos pagando.

El mecanismo de la nueva deuda es simple: Caputo colocaba los bonos afuera, traía los dólares, los llevaba al Banco Central, los cambiaba en pesos, los pesos se los daban a Dujovne y con eso pagaban las jubilaciones, las pensiones, las rutas, Grabois. Todo.

Al mismo tiempo, siempre hay ciudadanos que, después de pagar impuestos, algún mango ahorran. Jamás en pesos, a menos que te paguen una tasa desorbitante, onda Sturzenegger.

De ahí que los dólares que quedan en el Banco Central, de a poquito van pasando a manos de los ahorristas. Como los ahorristas no confían ni en los bancos ni en nadie, y lo bien que hacen porque la historia argentina está llena de Tíos Alberto que amenazaron con manotearles los ahorros y en muchos casos lo hicieron, se los llevan al colchón, a las cajas de seguridad o a sus cuentas en el exterior. Todo blanco, todo legal.

No importa si son 100 dólares o un palo verde. Conceptualmente es lo mismo: son dólares que salen del sistema. O sea, se fugan. Si usted tiene 100 dólares en su casa, amigo lector, son 100 dólares fugados del sistema.

El problema para Tío Alberto es que los famosos 5 palos verdes que todos vimos en las cajas de serguridad de la hija de Cristina son 5 palos verdes que no están en el circuito bancario. Y si no están en el circuito bancario, eso se llama “fuga de capitales”. Para colmo reconocido por Ella misma en el verano del 2016 cuando declaró “dolaricé mis ahorros”. ¿Los devolverá para pagar la deuda externa? Estoy seguro que sí, pero por las dudas, es mejor que Tío Alberto no se meta con ese tema.

Último debate de esta campaña. Con o sin dedito, vale la pena verlo.

En realidad, mejor sin dedito. No sea cosa que el domingo que viene algo salga mal y haya que meterse el dedito en el upite. Dios no lo permita.

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