04/05/2013
Voces, reclamos y esperas de jubilados
Tengo 68 años, en septiembre de 2012 reclamé por mi situación a través de este medio. Hacía 4 años que estaba gestionando mi jubilación, primero en el IPS, provincia de Buenos Aires, y luego en la ANSeS. Tenía a mi hija enferma de cáncer, estaba trabajando como docente y me resultaba muy difícil porque las licencias son reducidas.
En octubre mi hija murió y en medio de mi dolor en noviembre la ANSeS me comunicó, también por este medio, que mi trámite se había resuelto favorablemente y comencé a cobrar en enero de 2013. Ahora bien, en el “apuro” me liquidaron a septiembre de 2009 y no a diciembre de 2012, lo que significa una diferencia importante teniendo en cuenta los aumentos de sueldo según la inflación.
Además, yo estaba pagando una moratoria por el trámite de pensión de mi esposo fallecido en 2003, acordada a partir de 2009 y me la siguen descontando más allá del plazo fijado. Presenté los dos reclamos en la ANSeS y sigo esperando que mis derechos sean respetados.
Como si esto fuera poco, pese a que en 2011 y 2012 tuve a mi hija completamente a cargo, la AFIP me descontó ganancias sobre mi sueldo sin darme lugar a descargo. Vuelvo pues a reclamar por mis derechos y espero tener pronta respuesta.
Cristina Recalt
Señor Ricardo Muñiz, el 24 de abril usted decía “a ver si Clarín publica mi carta” y luego criticaba a los que participaron del 18A. Quiero decirle que soy una ciudadana de 76 años, clase media baja, que no odia al Gobierno, pero sí tiene rabia, bronca e impotencia porque este Gobierno sólo se ocupa y preocupa por sus obsecuentes y aplaudidores.
Yo no viajo los fines de semana largo a la Costa ni tengo auto. Soy jubilada con 37 años y 8 meses de aportes, hace casi 5 años inicié juicio por reajuste de haberes, y desde hace más de un año me dicen que está para sentencia. Pero yo, mientras tanto, continúo en la dulce espera.
¿Cree usted por ventura que con un haber jubilatorio de apenas $ 2.700 puedo viajar, comprar autos, etc.? Apenas si me alcanza para vivir y mal comer. Ni hablar de ropa, calzados, perfumes y/o medicamentos. Ya no sé lo que es peluquería, manicura, pedicuría ni nada por el estilo.
Es por eso mi bronca, por mi jubilación mal paga, que yo sí fui a la marcha del 18A para expresar mi disconformidad. ¿Vio señor Muñiz que Clarín -el “prestigioso diario”- como usted dice, sí publicó su carta? Responda, si tiene coraje.
Ana del Carmen Orce
Estimado señor Gelmino Dal Bello con relación a su carta del 22 de abril le digo que si usted considera que con dos aumentos anuales en su jubilación es suficiente para vivir dignamente, o bien usted no es un jubilado que cobra la mínima como asegura o bien es un iluso conformista.
Si usted considera que hacer cola en el PAMI es el ideal de todos los jubilados para después de cumplir los sesenta y pico, bueno, seguramente su dignidad estará un poco golpeada o bien tendrá pocas actividades diarias como para perder horas esperando mientras se va la salud.
Tal vez en su calidad de extranjero sienta que es suficiente lo que tiene, y que seguramente consiguió con su esfuerzo a lo largo de la vida. Bueno, la Presidenta con la que usted está tan conforme no cree que lo que haya conseguido a lo largo de su vida sea suficiente. ¿Por qué? Porque dejando de lado cualquier investigación o intriga política, sólo basta con observar cuánto es su patrimonio hoy, y cuánto era hace unos años. Entonces, mientras usted se conforma alegremente con $ 2.200 pesos, ella cuenta con $ 72.000.000 ¿Menuda diferencia, verdad?
Además, dentro de un tiempito ella cobrará una jubilación suficientemente jugosa como para que cualquier persona que haya trabajado toda su vida (como Miguel Angel Reguera, a quien usted cuestiona en su carta) se sienta burlado en su amor propio y herido en su orgullo. Por eso, estimado Gelmino, no es necesario ir a otro país -“cerquita”, como usted dice- para llorar por la Argentina. Cualquiera, con orgullo de ser argentino, lo sabría.
Emilio Luna Assad
Creo que responder a las torpezas del ministro Julio De Vido, quien, al descalificar y minimizar el 18A, afirmó “los jubilados y pensionados gastan en el economía local, no vienen a tocar la cacerola acá para ir a Miami”, es “gastar pólvora en chimangos”. Entre otros motivos, porque no lo entendería, aún teniendo en cuenta como premisa básica que lo expresado proviene de una persona que tiene en sus manos gran parte de la sobrevivencia de nuestro país y que, a pesar del largo tiempo que lleva en un cargo clave, carece de un plan energético. ¡No es poco!
Además, no vale la pena porque la vida misma en un corto plazo se encargará de facturar sus dichos. Por el momento, sólo habrá que “sentarse en la puerta de nuestras casas”. Todo llega.
Roberto Perrone
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