lunes, 20 de mayo de 2013

A estas alturas no quiero medias tintas.


Si en Octubre se logra cambiar el predominio en el Congreso exijo la DESTITUCIÓN constitucional de este régimen.

No hay que tenerle miedo a la palabra ni a la reacción previsible de los tahúres a los que se arrancará de la mesa de juego.
Ni hay que permitir ¿en nombre de qué, por Dios? que durante otros dos años nuestro país se siga hundiendo hacia la bancarrota, la hiper, la indefensión, el descrédito internacional y más caos interno mientras los autores de este descalabro histórico preparan cómodamente su salida del gobierno para disfrutar de todo lo mal habido y, encima y tal vez, pretender retornar.

No solo hay que destituir a este régimen. Debe aplicársele a cada responsable un castigo tal que sea un ejemplo y una advertencia a todo futuro pretendiente a concentrar el poder de la República en sus manos y a enriquecerse a partir del manejo corrupto del patrimonio de la Nación.

¡Basta! ¿Se entiende?
¡BASTA!

CARLOS A. GALVALIZI

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