sábado, 19 de mayo de 2012

“Merecemos tener una vida más digna”



19/05/12 - 01:26
El caballo detrás del carro. Lamentablemente esto es lo que pasa con los aumentos a los jubilados. Cuando se les otorgó el de marzo-setiembre, de antemano se diluyo por el incremento, sobre todo el de los alimentos.

Con estupor leo ahora que la Presidenta les pide a los sindicatos “responsabilidad y sensatez” en sus demandas salariales. En un tramo de su discurso dice que cuando se pudre todo los dirigentes se van, viven bien. Señora Presidenta, ¿y por casa, como andamos? Usted usa los fondos de la ANSeS en forma indiscriminada y a su antojo, cuando esos fondos son intangibles, pues no corresponden a ningún impuesto o servicio del Gobierno. Son fondos propios aportados por los jubilados para su futuro. ¿Y qué futuro tiene hoy el jubilado? Ninguno.

Por eso digo lo del caballo detrás del carro, cada vez que tenemos un aumento menos nos alcanza el dinero pues ya fue absorbido de antemano. El Gobierno no se ocupa de nosotros, el Congreso aprueba lo que quiere el oficialismo y la Corte Suprema de Justicia tampoco protege a los jubilados. Cuando se aprobó el 82% móvil en el Congreso y la Presidenta lo vetó ni el Poder Judicial ni el Legislativo hicieron nada. ¿Qué podemos esperar?
Es triste, pero es así, la clase pasiva no existe para nuestros gobernantes, ni para la Justicia, ni para nuestros representantes en el Congreso.

Escribo esta carta con inmenso dolor, pues luego de haber trabajado 45 años, y de haber hecho los correspondientes aportes, estoy sujeta a la benevolencia de un cálculo difícil de entender sobre el porcentaje de aumento.
Eso sí, cuando son anunciados dichos aumentos una cantidad de aplaudidores sonrientes la vitorean, evidentemente no son jubilados. Todavía no he perdido la esperanza de que alguien se acuerde de nosotros. Creo que nos merecemos tener, en lo que nos quede de vida, vaya la redundancia, una vida más digna.
Hago un llamado a la solidaridad, los jubilados necesitamos un trasplante de nuestro cansado y fatigado corazón.

Alida De Pinto
hugalid@hotmail.com


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