viernes, 22 de marzo de 2019

Cristina, entre la cárcel y la presidencia



21/03/2019

Cristina, entre la cárcel y la presidencia



No hay término medio

Por Alfredo Leuco


No hay antecedentes en toda la historia argentina de un caso como el de Cristina Fernández de Kirchner. Son tantos y tan graves los delitos que cometió desde el poder que acaba de recibir su quinto pedido de prisión preventiva y en los próximos días, podría totalizar 14 procesamientos judiciales.


¿Escuchó bien? También fue embargada por 3.000 millones de pesos en total. Cristina, está contra las cuerdas. Tiene rodeado el rancho. De las cinco prisiones preventivas dos fueron confirmadas por la Cámara Federal y una está firme porque hasta por la Corte Suprema de Justicia la ratificó.


¿Se entiende? Un juez de primera instancia, la Cámara que lo supervisa y el máximo tribunal dejaron firme la prisión preventiva. Estas tres últimas tienen que ver con la acusación de ser la jefa de una asociación ilícita, de cohecho pasivo y de administración fraudulenta.


La primera, por la compra con burdos sobreprecios de casi 500 barcos de Gas Natural Licuado que costaron la friolera de 15 mil millones de dólares. Los organizadores de la asociación ilícita, también procesados son Julio de Vido y Roberto Baratta, ambos presos por otras causas.


La segunda y la tercera con las que fue castigada en las últimos dos días es por los subsidios millonarios al transporte de colectivos y de trenes respectivamente. A esta altura se puede decir que Cristina, menos de asesinato está acusada de todo.


Con gran cantidad de pruebas documentales y confesiones de gente de su extrema confianza durante años, Cristina tiene en marcha varios juicios orales donde va a tener que explicar lo inexplicable.


La jefatura de la asociación ilícita para saquear al estado en varias causas, lavado de dinero, coimas y sobornos al por mayor en obras públicas, en los corredores viales, en la causa de los cuadernos, en la tenencia ilegal de documentos históricos, por el encubrimiento del atentado a la AMIA, malversación de fondos y administración fraudulenta con el dólar futuro, entre otros delitos.


La persigue el Código Penal, no la persiguen por sus ideas. Es por la estafa monumental al pueblo argentino y por el enriquecimiento colosal de ella, su familia y casi todos sus funcionarios y testaferros y socios. Lo dije otras veces: va a pasar más tiempo en el banquillo de los acusados que en su banca de senadora por la minoría.


En ese sentido las nuevas declaraciones de José López son demoledoras. No se movía un peso en el gobierno si ella no autorizaba los pagos. El club de los 4 millonarios privilegiados fueron Lázaro Báez, Cristóbal López, Gerardo Ferreyra y Juan Carlos Relats. Con todos, primero Néstor y luego Cristina, robaron verdaderas fortunas en forma conjunta.


Todos tenían un mecanismo para recibir privilegios desde la presidenta Cristina para luego devolver esas ganancias extraordinarias y sucias en forma de alquileres de departamentos y hoteles, muy por encima de los valores de mercado, entre otros mecanismos para lavar ese dinero ilegal.


¿Por algo Cristina dijo que a José López llegó a odiarlo? Lo dijo mientras amagaba con largarse a llorar. Esa utilización política del dolor y la emoción apareció con toda contundencia en el video que difundió el Instituto Patria sobre la salud de Florencia en Cuba y del que nadie se hizo cargo. Hasta Alberto Fernández y Juan Grabois dijeron que les pareció inconveniente.


Dejaron trascender que alguien lo había editado sobre el audio que Cristina dejó. Pero no dicen quien fue y como fue publicado sin el Ok de Cristina. La gravedad y la profundidad del tratamiento de la enfermedad de su hija van a ser determinantes en la decisión de Cristina de participar o no de las elecciones.


No falta tanto. En 90 días hay que presentar las listas de precandidatos para las PASO. Por lo pronto, ya son varios los presuntos voceros de Cristina que hasta le recomendaron que diera un paso al costado.


Cristina ya perdió a su esposo, sus dos hijos están separados y no quiere perjudicar a su hija que es la única que no tiene fueros y que podría ir presa, según versiones de Comodoro Py. Cristina lo atribuyó a una persecución feroz, y el presidente Macri le contestó que ella no está bien y que no supo cuidar a sus hijos.


Eduardo Valdés dijo textualmente: “No tiene sentido que sea candidata en este micro clima de locura y odio. Ella ya cumplió con el país. Yo le digo que no se presente”.


La doctora Elisa Carrió teme que Cristina o su hija aprovechen para pedir asilo político en Cuba. A Pablo Sirven le dijo que:” Cristina está en Cuba veraneando con prisión preventiva firme. Este es el único país del mundo donde hay una persona con prisión preventiva firme a la que se le da permiso para ir a Cuba, que es un lugar de asilo político, porque se le hincharon las piernas a la hija”.


Otros dirigentes cercanos a Cristina le bajaron el precio a Valdes. Dicen que vende humo y que eran inventos suyos como que Florencia tenía ataques de pánico por su miedo a ser detenida. Veremos quién tiene razón.


Por ahora parece que se trata de un Linfedema, una inflamación del sistema linfático que produce hinchazón y rigidez en brazos y piernas. Fue tanta la preocupación que Gustavo Menéndez, el intendente de Merlo amenazó con que el pueblo no se iba a quedar cruzado de brazos si metían presa a Florencia.


En Cuba, madre e hija están resolviendo parte del futuro de la Argentina. La ex presidenta fue recibida y se sacó una foto con Raúl Castro, el geronte revolucionario jurásico que todavía tiene el poder.


Porque no es lo mismo para nadie que Cristina sea candidata y pelee con Macri en segunda vuelta o que ella deje su lugar vacante y sea ocupado por Daniel Scioli, otra vez, por Agustín Rossi o Felipe Solá. Tampoco se sabe cómo puede repercutir eso en el peronismo no K con Roberto Lavagna lanzado y Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey esperando definiciones.


Hay rebelión en la granja del Instituto Patria. Muchos no pueden ser candidatos ni a presidir el consorcio si Cristina se baja de donde todavía no se subió. Cualquiera se le anima: hasta Pablo Moyano la apuró al decir que su silencio complica la organización de las listas en todo el país.


Máximo Kirchner cuyo único poder es el apellido y ser el hijo de Mamá, es un cruzado a favor de su candidatura. Por algo dijo que no hay que tirar la toalla. Juró y rejuró que Macri se va el 27 de octubre. Nadie está tan seguro.


La reorganización del Cristinismo se dio porque nadie es más taquillero que ella en los comicios y porque como parte de su ficción de disfrazarse de cordera se reconcilió por necesidad con mucha gente a la que insultó y humilló de varias maneras.


Incluso a través de un tuit de Wado de Pedro, uno de sus muchachos camporistas, Cristina le ofreció a Sergio Massa que vuelva el redil. Lo necesita porque no tiene fácil la carrera hacia la segunda vuelta. Tal vez se olvidó de lo que dijo de Sergio Massa y de Margarita Stolbizer en su momento. Alguien la estaba escuchando. “Ella es una hija de puta y a él también hay que embocarlo”.


Embocarlo, en el lenguaje de los autoritarios chavistas es inventarle una causa judicial o tirarle con algún carpetazo de corrupción o de su vida íntima. Cristina y Néstor embocaron a varios. Enrique Olivera, Francisco de Narváez y Luis Juez fueron los más notorios.


Hoy el objetivo son Carlos Stornelli y Claudio Bonadio. Los soldados espías son siempre más o menos los mismos: Rodolfo Tailhade, Juan Martín Mena, el general César Milani, preso por violación de los derechos humanos durante la dictadura y el comandante Horacio Verbitsky. En este caso, con Alejo Ramos Padilla, las movidas no tuvieron el éxito que esperaban. Mostraron demasiado a hilacha.


Con este panorama, ¿se presentará Cristina? ¿Se meterá de lleno en una campaña electoral? Ella tiene que pensar de que manera tiene menos posibilidades de ir presa. Si se presenta y gana, listo. Vamos a ir presos nosotros.


Si se presenta y pierde, todas las causas se van a acelerar. Pero qué pasa si el que gana es otro peronista y no Macri. Están organizando un operativo “Impunidad y libertad para todos los presos”, una suerte de autoamnistía. Pero el gran inconveniente es que nadie es confiable.


Si Macri es reelegido seguirá como hasta ahora. Entregando a la justicia toda la información que le pidan sin tener injerencia y por lo tanto Cristina puede ir a parar tras las rejas.


Pero si gana un peronista, también. Todos los peronistas lo primero que hacen es liquidar el liderazgo anterior. Lo hizo Eduardo Duhalde con Carlos Menem, y Néstor y Cristina lo borraron del mapa a Duhalde. Otro peronista en el poder deberá convertirse en el nuevo conductor y para eso le tiene que soltar la mano a Cristina.


El viernes, Cristina tiene que volver de Cuba. En Ezeiza lo estará esperando una novedad. El juez Claudio Bonadío le da 72 horas de plazo para que vaya a Comodoro Py y se notifique de todas las malas nuevas.


Como puede verse no es fácil la decisión para la exitosa abogada que nunca ganó un juicio y lo perdió varias veces. La presidencia o la cárcel es una dicotomía demasiado peligrosa para cualquiera. Incluso para la reina Cristina.

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