lunes, 7 de diciembre de 2015

TRAGEDIA EN TUCUMAN

CARTAS Y NOTAS DE NUESTROS AMIGOS LECTORES



Sr. Director:

Que mejor reseña de la desgracia en Tucumán, que la narrada por la misma ciudadana que hoy llora el infortunio, la muerte de su tío que se pudo evitar y no se hizo nada durante mas de doce años gobernados por funcionarios cuestionados como; Alperovich-Mirkin-Manzur-Jaldo que realizaron retoques y se distribuyeron la enorme cantidad de millones del erario público que le sobraba.

El puente Lucas Córdoba es una trampa mortal. Cualquier lluvia lo inunda acumulando agua mas de dos metros ochenta de altura.

Pero, la muerte del  señor santacruceño, el viernes a la noche, tiene responsables de culpa y cargo. Esos responsables, amen que nunca les importó la vida ajena, se encontraban en Bs.As. festejando con Alperovich, exgobernador de Tucumán, haber asumido como Senador en el Honorable Congreso de la Nación.

El resto de los funcionarios se encontraban en la Legislatura tucumana, repartiéndose engolosinados, los millones en concepto de "Ayuda Social" que les aportaría a cada uno más de $120 mil, mensuales. Fondos que no se sabe su verdadero destino, aún menos el indicado. Me da mucha tristeza escuchar al Ing. Macri decir, en la cena con Mirtha Legrand que, ayudaría al Gobernador de Tucumán, Juan Manzur, en este trance. Con todo respeto, Sr. Presidente, le digo a Ud. ;su bondad es elogiable pero el dinero para tal emergencia, es dinero perdido.

Alejandra Perez Ortega
alejandra_perezortega@yahoo.com.ar
DNI 10.115.142
Tucumán

TORMENTA TRÁGICA

“Es como una película; no terminamos de caer en lo que nos está pasando”

Una sobrina del hombre que murió en el diluvio del viernes contó que la familia oscila entre el dolor y la bronca; “no fue un accidente, se podría haber evitado”
ZONA PELIGROSA. Hipólito Brozoski, la víctima, era oriundo de Santa Cruz y no sabía que el agua acumulada bajo el puente puede ser una trampa mortal. Intentó guarecerse allí, pero su camioneta fue arrastrada por la corriente. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA

En el medio del dolor y el quebranto, la voz de María Chara se hace firme. Es cuando la eleva para reclamar: “si hay algo para destacar en todo esto es la irresponsabilidad de los gobernantes. ¿Cómo no va a haber una señalización? ¿Cómo nadie sale a cortar la calle? Todo el mundo sabe que caen dos gotas y eso se inunda, se convierte en un río”. Luego, el tono de María se hace más bajo, más frágil. “Esto es como una película -dice, como para sí-. No terminamos de caer en lo que nos está pasando”.

Chara es sobrina de Hipólito Antonio Brozoski, el santacruceño de 57 años que murió ahogado el viernes a la noche, cuando su camioneta fue arrastrada por el agua de tormenta acumulada bajo el puente del Central Córdoba, en 24 de Septiembre al 1.200. Sus restos fueron velados ayer en una sala de Famaillá, de donde es oriunda su familia política. Brozoski estaba desde el jueves en Tucumán. Había venido para participar del casamiento de Santiago, uno de sus tres hijos. Sin embargo, dos días antes de la ceremonia (que estaba prevista para hoy) se encontró trágicamente con la muerte. 

“Lo primero que supimos fue que estaba desaparecido, que se lo había llevado el agua”, recuerda Chara de esa noche fatídica. Los testigos de la escena y los rescatistas aportarían el resto de la información: ante el torrencial diluvio, Brozoski -que no conocía la zona- intentó guarecerse debajo del puente. En el lugar, el agua alcanzó los 2,20 metros de altura. Ni la víctima ni las otras dos ocupantes del vehículo (su hija Marilín y otra pariente) pudieron reaccionar a tiempo, y el auto fue engullido por la correntada. El transeúnte Eduardo Said Ale se arrojó desde el puente, abrió una de las puertas traseras y salvó a las dos mujeres. También logró alcanzar al conductor y hacer que se aferrara a su cuello. “Pero como no podía respirar y me ahogaba tuve que soltarlo. Después ya no pude encontrarlo”, contó. El cuerpo ya sin vida de Brozoski, que había sido arrastrado hacia una boca de desagüe, fue hallado poco más tarde.

Bronca y enojo

Chara es muy clara para expresar el sentir general de la familia: hay dolor, por supuesto, pero antes que eso sienten bronca. “Muchísima bronca -enfatiza-. Esto no fue un accidente, era algo que se podía evitar. No pueden decirnos que sucedió porque mi tío era de Santa Cruz y entonces desconocía lo que ocurre siempre en ese lugar. Lo cierto es que le podría haber pasado a cualquiera. De hecho tengo conocidos que se salvaron de suerte porque estaban a punto de pasar por esa misma calle pero, por determinada cuestión, tuvieron que desviarse antes. Ahora somos nosotros los que debemos atravesar esta situación, que es muy fuerte, pero le podría tocar a cualquiera”.

“Estamos muy enojados con la situación, es algo que no nos cabe en la cabeza -vuelve a lamentarse la mujer-. Y no es que echamos la culpa (al Gobierno) por echarle la culpa: todo el mundo sabe que cuando caen dos gotas de agua esa zona se convierte en un río. Hace décadas que es así. No digo entonces que hagan una reconstrucción total del área, aunque deberían hacerla, pero mínimamente podrían haber puesto una cinta roja para que nadie pasara por ahí o mandar a alguien de Defensa Civil para que unas cuadras antes indicara que los autos tenían que desviarse. Con esas solas medidas podrían haber evitado lo que ocurrió y no destruir a una familia, como está destruida ahora la mía”.

Gracias al envío de la Amiga Alejandra Pérez Ortega

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