lunes, 7 de diciembre de 2015

La obsesión de Cristina y la lección de Zamba





07/12/15



- ¿Querés tomar algo? (le preguntó la Presidenta a quien sería su sucesor, Mauricio Macri).
- No, gracias.
- Bueno, te felicito por el triunfo.
- Te agradezco, tenemos muchas cosas de las que hablar ...
- Te quería avisar que hoy sólo vamos a tratar de cómo será el acto del traspaso de mando, nada más. Del tema de la transición se va a ocupar otro funcionario, no yo.
Mauricio Macri quedó estupefacto cuando escuchó esa “orden” de parte de Cristina Kirchner el día que se vieron cara a cara, en la Quinta de Olivos. Imaginaba que hablarían de la transición política.
Ese 24 de noviembre, Macri entendió que el momento simbólico, e histórico, en el que estaba seguro que recibiría la banda y el bastón presidencial de parte de Cristina Kirchner era una obsesión para la mandataria. Y que sería difícil llegar a negociar cómo se haría esa ceremonia que desde el retorno de la democracia, en 1983, se realiza en el Salón Blanco de la Casa Rosada, algo a lo que la actual Presidenta se niega, sin razón lógica alguna, según admiten sus propios funcionarios.
El diálogo a solas entre Cristina y Macri fue reconstruido ante Clarín por fuentes que escucharon de parte de él su versión. La realidad la fue confirmando.
- Cristina, tenemos que hablar de cómo vamos a hacer la transición (arrancó ahora él).
- Te pido que no insistas. Yo me voy el 10 y vos asumís ese día. Ahí empezás a gobernar.
Macri insistió. Ella no aflojó.
- Te lo vuelvo a decir: hoy no vamos a hablar de la transición. Sí del acto del cambio de mando.
Macri se sorprendió. No podía creer la firmeza con la que Presidenta lo recibió en su primer encuentro después de ser electo como su sucesor, dijeron fuentes de su entorno. La Presidenta lo había invitado participar de esa reunión a solas. Cara a cara. 
- La reunión se terminó acá (cortó rápido la Presidenta).
Macri salió la Quinta de Olivos. En la calle, luego de que le negaran la sala de prensa, habló de un encuentro cordial. Más tarde, por TV, profundizó: “No valió la pena. Solamente hablamos de las formalidades del traspaso”.
Días después de esa reunión, varios funcionarios K sí terminaron por reunirse con sus sucesores de Cambiemos. Pero fuentes confiables aseguran que esa iniciativa nació de modo casi personal. “Algunos, los más leales a ella, le avisaron antes que sí iban a recibir a los nuevos funcionarios de Cambiemos. Otros no”, reveló uno de los más informados y activos operadores de Macri.
El conflicto sobre una ceremonia tradicional y tan importante aún hoy sigue sin poder resolverse. Cristina continúa negándose a que ese acto se haga donde siempre se hizo, en Casa Rosada.
La Presidenta usó uno de sus últimos actos para contraponer a un dibujo animado de Disney, el Pato Donald, con un personaje del canal Encuentro, Zamba. Uno de los capítulos de ese personaje, un alumno de colegio, enseña que el traspaso de los atributos presidenciales se hace en Balcarce 50. Un dibujito rompió así con el “relato” oficial. Una metáfora más del final del poder K. 

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