sábado, 5 de enero de 2013

LOS JUBILADOS ARGENTINOS SON UNOS SANTOS








Señor director:
Según la religión cristiana, hay un estricto protocolo a fin de otorgar a un laico, el grado de beato. Se entiende que es un honor, pero se debe justificar que ha realizado en su vida un milagro. 
Cuando la medicina oficial, no ha podido hacer nada por un paciente y éste, recurriendo a alguien que profesa esa fe, consigue recuperar la salud, se considera un milagro. Eso lo habilita para ser nominado a beato. Eso requiere un trámite muy burocrático y lento, muy semejante a un trámite ante un ente público. 
Debe ser impulsado por alguien, que lo nomine para ostentar ese título. Luego el pedido comienza un larguísimo trámite pasando de mano en mano, hasta llegar, con suerte, a manos del Máximo Pontífice que lo aprueba. En este momento, propongo a los jubilados argentinos para ser beatificados, ya que hacen milagros en forma diaria. 
 Primero, llegar luego de brindarse durante 30 años a la Patria, ya que los políticos que la dirigen, le pagan con una patada. Segundo es un milagro cuando deben ir al banco a cobrar. Tercero, sobrevivir con lo que le tiran y por último llegar a una edad avanzada. Hemos dado la vida por... ¿nada?

Claudia Carolina Curbelo
cc.curbelo@yahoo.com.ar

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