martes, 30 de julio de 2019

PINDONGA Y CUCHUFLITO




29 julio, 2019



PINDONGA Y CUCHUFLITO







Por Rubén Lasagno


“Pindonga” y “Cuchuflito”, suena a un dúo cómico de la antigüedad el cual gracias a CFK y el efecto bumerang que no esperaba, hoy se lo achacan a la dupla “Fernández-Fernández” constituyendo expresiones en absoluto desuso, al menos impropias de aquellos que normalmente escriben bastante seguido o hablan socialmente con personas que les enriquecen el vocabulario, en tanto para los otros, como Cristina Fernández y sus seguidores, constituye la académica forma de explicar, peyorativamente, las segundas marcas, lo cual denota no solo la edad de su proponente sino el atraso conceptual de la señora.

Claro, cuando uno está congelado en el tiempo (mental e ideológicamente), tiene varios años por las costillas y habla poco o nada con la gente, sino es a través de otras personas que le escriben o como en este caso el candidato a presidente al cual puso para que explique lo inexplicable por ella o vive encapsulado en un relato de otros tiempos, ciertos términos delatan no solo los años de quien los dice, sino el atraso conceptual del idioma que posee, los modismos y la falta de actualización y adecuación al cambio del paradigma lingüístico el cual se va agiornando con el tiempo a otros usos y costumbres, aunque sin caer en la ridiculez, también promovida por ella, del “todes” o “diputades”, una verdadera aberración rechazada socialmente y por la RAE.

Sin embargo, vale la reflexión para encuadrar a la ex presidenta, multiprocesada y con aspiraciones de regresar al poder, en ese marco de ordinariez que le es innato; obvio, es inherente a quien nunca perteneció a una elite millonaria, sino que se hizo millonaria en la función pública para entrar en esa elite. En el primer caso lo cultural es casi una condición tan necesaria, como la de las abultadas cuentas bancarias heredadas o construidas durante toda una vida y de ser posible, que puedan ser explicadas. Esa condición de millonario por generaciones, implica (generalmente) mejor educación, más refinamiento, el conocimiento del mundo, etc (Fíjese el lector que Néstor y Cristina conocieron el mundo después de acceder a la presidencia). También se puede ser un bruto con plata y allí, precisamente, diferenciamos esta cuestión social de la cual hablamos: algunos vienen de cuna y otros entran por la claraboya. Como instrucción no significa buena educación, está claramente explicado por qué puede haber brutos con plata y un título, por ejemplo, de abogado.

Y no podía ser de otra manera. Quien ha generado una fortuna robándole al país y a los argentinos, no puede tener pedigree de gente culta de cuna y rica de bolsillo. Ella pertenece a esa clase under del “nuevo rico”, el que venía seco y se encontró con las monedas; éstos son los más claros ejemplos de personajes con dificultades para insertarse socialmente, para hablar bien, aunque sean de manos ligeras como Marcelo Balcedo, Ricardo Jaime, Julio de Vido, Omar “el caballo” Suarez, Juan “el pata” Medina, Castillo de la saladita o José Pedraza, todos presos todos chorros, todos ordinarios y truchos; y si no, escuchen cuando CFK de entrecasa habla por teléfono, cómo y con qué desprecio trata (merecidamente) a su edecán, “el pelotudo” Parrilli, a los peronistas o a Massa, a Stolbitzer, a Carrió, cómo se refiere a Gioja y tantos más e inclusive al propio Perón, de quien saca rédito partidario cuando lo necesita para discursear a la prole militante, pero a quien considera era un viejo hijo de puta.


De esa matriz ordinaria y chabacana, no se puede esperar algo mejor. Como tampoco se puede esperar algo mejor de quienes descienden de su activo culturoso, como Aníbal Fernández quien se muestra tal cual es insultando a los hijos de Vidal, mientras espera la hora de volver por la revancha, o Dadi Brieva pidiendo justicia propia contra el periodismo o el propio Alberto Fernández que no puede contener su rabia cuando un periodista intenta preguntarle algo incómodo, o un ciudadano lo insulta por mentiroso y obsecuente, reaccionando a las trompadas etc. Son una clase ordinaria y baja de personas con poder y plata de dudosa procedencia, que no pueden conjugar una idea superadora, sino es mediante el descrédito, la violencia, la burla, la palabra soez y la mentira para encubrir sus propias miserias.

Por eso y por los crímenes cometidos en funciones, los delitos aberrantes que financiaron, pergeñaron y ejecutaron desde el Estado (con fondos públicos) y porque son narthentales de la política, de profundo cuño ordinario y procaz, el ciudadano honesto no les va a dar la oportunidad de volver ni a los ordinarios y demagogos, ni a la runfla criminal de sindicalistas y ex funcionarios que dinamitaron al país muchos de los cuales están donde deben estar, en la cárcel, ni a Pindonga y Cuchuflito que pugnan por llegar a la presidencia para llevarse lo que no pudieron en el 2015.

(Agencia OPI Santa Cruz)

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