sábado, 14 de febrero de 2015

Un fiscal que sabe lo que es enfrentar al poder






Gerardo Pollicita es el protagonista del momento. Lo es una vez más, como tantas otras, porque es un fiscal que siempre se atrevió a avanzar contra todos los gobiernos y personajes, desde Víctor Alderete y Carlos Menem hasta Fernando de la Rúa, Néstor Kirchner y Sergio Massa. Pero, a pesar de eso, pocos fuera de los tribunales conocen su cara y, menos aún, sus antecedentes.

Nacido hace 53 años en Barracas, donde continúa viviendo, tiene tres hijos, varias parejas en su camino y es hincha de Boca. Y si bien se dice en estos días que fue miembro de la comisión directiva del club, él lo desmiente: sólo integró el tribunal electoral durante un mes, cuando fue elegido presidente Pedro Pompilio. 

Sin embargo, su vida es la de un judicial. En 1979, apenas ingresado en Tribunales, trabajó en dos juzgados federales y, desde allí, fue ascendiendo lentamente hasta convertirse en fiscal federal en 1993. Durante todos esos años, la casualidad hizo que Pollicita, por aquel entonces funcionario de menor rango, tuviera contacto con otros protagonistas de nuestros días. Tenía 24 años cuando, como auxiliar letrado del juzgado penal de Morón, tuvo a sus órdenes a Alberto Nisman. Y, poco después, él mismo trabajó en una fiscalía federal donde su jefe era Santiago Blanco Bermúdez, el ahora abogado de Jaime Stiuso.

También en Morón, cuando fue el ataque a la Tablada, Pollicita conoció a Raúl Pleé, que ahora es fiscal de la Cámara de Casación y que fue quien lo marcó con su estilo de trabajo y a quien tomó como su referente. Y si bien saltó a la Cámara Federal de San Martín, donde fue secretario del tribunal, volvió a acercarse a Pleé para convertirse en su segundo en la Capital Federal, hasta que él mismo fue designado fiscal, hace 22 años.

Fue en ese momento cuando su nombre empezó a estar asociado con la investigación de causas relevantes, que él siempre intentó impulsar a fondo, pero con bajo perfil. Con Pleé, investigó la Aduana paralela, uno de los primeros escándalos del menemismo. Elevó a juicio la primera causa de corrupción de Yacyretá, donde logró la condena del entonces secretario de Energía y también pidió la indagatoria del poderoso banquero Raúl Moneta.

En su lista de funcionarios investigados aparecen otros nombres más relevantes aún: denunció a todo el gabinete de Carlos Menem por cobrar sobresueldos; logró elevar a juicio oral dieciséis causas contra Víctor Alderete (PAMI), que todavía esperan la audiencia; pidió la indagatoria de Carlos Ruckauf por supuestas irregularidades en la administración del Senado, y actualmente investiga una denuncia que presentó una abogada contra Sergio Massa, por irregularidades en la administración de Tigre.

Pero los momentos en los que tuvo más exposición tuvieron relación con la administración Kirchner. A raíz de una denuncia de Elisa Carrió, impulsó una causa por asociación ilícita contra Néstor Kirchner, Alicia Kirchner y Julio De Vido; investiga a Amado Boudou en tres causas, y se propuso desarticular el Proyecto X, un programa de espionaje sobre grupos sociales..



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