jueves, 3 de octubre de 2013

Moreno se fortalece mientras las reservas se derrumban





octubre 3, 2013

 Ayer tal vez la información más significativa fue que Guillermo Moreno se había impuesto en la pulseada que mantenía con Ricardo Echegaray, al decidir la presidente la continuidad del blanqueo de capitales por 90 días más. Esta victoria del Secretario de Comercio adquiere una significación especial porque, ante la inminencia de la derrota electoral del oficialismo, se multiplican las versiones sobre hipotéticas correcciones del rumbo económico para después de octubre. De este modo, quedan, al menos por el momento, confirmados los principios fundamentales de la economía morenista. Esto es, que los empresarios levantaron la plata con pala y que ahora les toca ponerla, porque el gobierno necesita los dólares. 

En cuanto a los medios que se oponen a la política económica oficial, hay que asfixiarlos con el cepo publicitario sobre los supermercados y los grandes comercios de electrónica. Otras máximas son que si faltan dólares hay que restringir importaciones y que si el blue se dispara no hay que subir las tasas de los bancos porque esto es recesivo. Y de ningún modo se deben aumentar las tarifas, porque disminuye el poder de compra, así como tampoco conviene devaluar, porque se cae el salario real de los trabajadores. Éste es el manual básico de la política económica del gobierno, que ni idea tiene acerca de las consecuencias negativas finales de todo esto. Pero CFK no es la única que piensa que las cosas pueden seguir así indefinidamente. Sectores financieros cercanos al gobierno opinarían también que tal vez se pueda seguir adelante haciendo sólo un pequeño service correctivo. Además, esperan que el 28 de octubre emerja una Cristina racional que haga las correcciones necesarias. 

La realidad es que es muy difícil que esto ocurra. Hay que recordar que luego de ser reelecta con el 54 por ciento de los votos el 23 de octubre del 2011, se especuló con que ella haría las correcciones necesarias para evitar las distorsiones económicas que ya se advertían. Nada de ello ocurrió y lo que se negó a hacer en la cumbre de su triunfo será muy difícil que lo acepte como un reconocimiento de su derrota. Según la presidente, no sólo está todo muy bien, sino que llegó a decir que los noticieros de la televisión comentan pocas noticias internacionales para ocultar, por la comparación, lo bien que le va a la Argentina. Para después de las elecciones sólo cabría esperar entonces correcciones en el sentido inverso de las esperadas, es decir, más intervencionismo estatal.

La cuenta regresiva

 

Mientras tanto, las reservas internacionales del Banco Central se derrumbaron el mes pasado, perdiéndose 1800 millones de dólares, y en los primeros dos días de octubre se fueron 160 millones más. De aquí al 27 lo más probable es que continúe la misma tendencia. A partir de allí, un resultado en Buenos Aires con entre 12 y 15 puntos de diferencia a favor de Sergio Massa sobre Martín Insaurralde podría conmocionar al gobierno, aun cuando finja intentando desdramatizar la situación. Si no hay cambios importantes, a partir de esta mayor vulnerabilidad política el derrumbe de las reservas podría acentuarse. La cuenta es simple: faltan 26 meses para el 10 de diciembre del 2015 y el promedio de fuga que hoy ya se puede estimar es de 1000 millones de dólares mensuales. En septiembre hubo además un pago de bonos y, como hoy las reservas están en menos de 35.000 millones de dólares, se puede decir que a este ritmo en diciembre del 2014 se llegaría al número clave de 20.000 millones.

 A partir de allí cruzaríamos la línea roja. Aunque es sabido que los mercados se adelantan y que en este verano habría ya serios problemas. Y mucho más teniendo en cuenta que la tonelada de soja en Chicago llegó a su precio más bajo en los últimos 20 meses, 465 dólares. Como se está dando una extraordinaria cosecha en los Estados Unidos, es probable que la soja quede debajo de los 450 dólares la tonelada. Se produciría entonces un ingreso de divisas algo mayor a los 7.000 millones de dólares. Justamente la misma cifra que tiene el déficit energético. Con sólo imaginarnos que el año próximo ingresaran sólo 23.000 millones de dólares del complejo agroindustrial, la fuga de reservas parece terminal.

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