martes, 8 de septiembre de 2015

CON LA VARA QUE MIDAS, SERÁS MEDIDO












ADVERTENCIA !

La Misère Porc advierte a sus queridos lectores, que la presente nota llegada a nuestra mesa de trabajo, contiene fotografías muy crudas que pueden afectar la sensibilidad de algunas personas.

No obstante, son testimonios de las consecuencias del artazgo de un pueblo que aguantó y aguantó iniquidades hasta que un día dijo BASTA y todo terminó como era de esperar que ocurriera.

Sólo es recordatorio y para que cada lector saque sus propias conclusiones.

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ESTO CIRCULA POR LA RED DE INTERNET MASIVAMENTE..
y cuando el rio truena.....agua trae

HAY SED DE JUSTICIA EN ARGENTINA



































KRISTINA....BEBERÁS DE TU PROPIA MEDICINA

Los despiadados co-dictadores de Rumania

A la rumana Elena Ceauþescu (1919-1989) le cabe el dudoso honor de ser una de las pocas dictadoras de la historia de la humanidad, ya que esta temida dama de acero comunista fue en los hechos la corresponsable de uno de los regímenes más tenebrosos que han existido en el continente europeo y que sólo terminó con la muerte por fusilamiento de Elena y de su marido Nicolae.

 Durante el oscuro reinado de terror de los esposos Ceauþescu, Rumanía quedó aislada del mundo, incluso dentro del bloque geopolítico liderado por Moscú.

Cualquier similitud con la Argentina actual no es caprichosa.

Tampoco que la ignorante Elena, que apenas terminó los primeros cursos de su educación básica, estaba obsesionada con lograr el reconocimiento académico internacional, y se hacía presentar como una científica de talla mundial.

Elena creció en una pequeña villa campestre, siendo hija de un aldeano. No terminó la escuela elemental y se dedicó a trabajar en el campo. Posteriormente se mudó a Bucarest donde conoció al que sería su marido en un círculo político comunista.

Pareciera caprichoso pero no lo es. También como Cristina Kirchner las simples fórmulas básicas químicas le jugaron una mala pasada.

Mientras la Kirchner tratando de demostrar sapiencia ante científicos definió el famoso H2O como “hache dos cero”, en el caso de Elena Ceauþescu fue apodada "codoi", refiriéndose a su supuesta mala pronunciación del compuesto químico CO2, burlándose muchos de ello, entre ellos un oficial durante su ejecución.

"Codoi" también significa "cola grande" en rumano, de ahí el efecto cómico creado por su supuesta mala pronunciación.

 Debido a su fuerte carácter, Elena Ceauþescu mantuvo siempre su poder en el seno de la pareja real roja, forzando al endurecimiento de la represión y conduciendo en realidad una gran parte de las tareas de gobierno.

Fue ella, en gran medida, quien inculcó a su marido Nicolae la fascinación por el modelo de comunismo de China y Corea del Norte.

Juntos exacerbaron el culto a la personalidad e hicieron del rumano uno de los peores regímenes estalinistas.

A Elena se le imputó la inoculación del virus del SIDA en niños huérfanos para probar en ellos remedios contra esta enfermedad y fue también la que impartió la terrible orden de disparar contra los disidentes que se manifestaban en Bucarest durante la revuelta popular que derribó el régimen.

“Los matáis y los echáis en fosas comunes. Que no quede vivo ni uno, ¡ni siquiera uno!” era la rabiosa orden que ya forma parte de los libros de historia.

En esa sangrienta represión durante aquella revolución anticomunista murieron más de mil personas, pero los esposos Ceauþescu terminaron ajusticiados.

La imagen de sus cuerpos sin vida dio la vuelta al mundo.



 Un prestigioso científico mexicano explicaba: “Supe por primera vez de Elena Ceausescu a mediados de los 70, en los precedentes de la visita de Estado que ella y su marido, Nicolae Ceausescu, presidente de Rumania efectuarían a México.

Los preparativos marchaban sobre los confiables engranes de rutina hasta que apareció un problema: la señora, a través de los conductos protocolarios, nos exigía que alguna prestigiosa casa de estudios mexicana le otorgara el título de Doctora Honoris Causa.

Para ello se estudiaron sus antecedentes y se encontró que se había construido en su país, con su enorme influencia política, una fama de distinguida científica.

Recuerdo los engorrosos trámites y que al final, según recuerdo, ninguna institución quiso otorgarle el grado pretendido.

No obstante ello, lo más atrayente en el proceso de la involuntaria investigación fue descubrir que ella encarnaba el alter ego de su marido en el manejo de los destinos de Rumania.

Formaba parte del gabinete y opinaba e influía sobre todo tipo de asuntos.

En los medios científicos exigía el tratamiento de doctora, y en los medios políticos y diplomáticos se la llamaba Madame.

Durante el largo período de su preeminencia, toda la información sobre su origen humilde e iletrado se ocultó. Se creó sobre su persona el mito de una mujer inteligente, fuerte, poderosa y carismática.

Todo esto se sustentó en haber trabajado en un laboratorio farmacéutico donde aprovechando su inteligencia fue creándose una personalidad de científica, hasta terminar obteniendo un supuesto doctorado en química que nunca pudo demostrar.



























Tal como Cristina Kirchner no ha podido probar su supuesto doctorado en leyes.

Su ambición la hizo buscar reconocimientos internacionales que por mucho sobrepasaban la imagen de su marido, ya convertido en el dictador que sería desde 1967 a 1989.

Mircea Codreanu, diplomático rumano en Washington, la describió en un libro diciendo: "Siendo una mujer ignorante y primitiva pensó que poseyendo títulos y honores podría cambiar su realidad".

Un aspecto positivo del carácter de Elena era su firmeza y determinación en alcanzar sus objetivos, con la fuerte dosis de influencia que le daba el ser la primera dama del país.

En 1972 se convirtió en miembro del Comité Central del Partido Comunista y en 1979 adquirió la calidad de miembro del gabinete de su marido; pronto fue presidenta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y en 1980 fue nombrada vice-primer ministro, con el máximo poder político, salvo el del presidente.

Como ya mencionamos el largo período de la Presidencia de Nicolae Ceausescu que abarcó desde 1967 a1989, el régimen del matrimonio Ceausescu fue de una dureza extrema en el más puro estilo estalinista

Fue un Estado policial al que se le agregó una enorme corrupción y nepotismo.

La pareja presidencial monopolizó grandes fuentes de riqueza y acumuló una enorme fortuna.

Durante ese régimen, todas las violaciones al derecho tuvieron lugar, las desapariciones, los trabajos forzados, los exilios y las cárceles sin juicio para los opositores fue una cosa común. En toda esta conducción de la política, Elena jugó un papel primordial. Constituían en la realidad una pareja en el ejercicio del poder.

Considerar a Elena Ceausescu como una política es sin duda un error. No se pueden confundir las posiciones de poder que ella detentó, a la par de sus ambiciones, con una habilidad política que le fuera reconocida.

Se la presentó como un ejemplo para la mujer rumana de todo aquello que es posible alcanza en la vida pública, pero la verdad es que su éxito se debió exclusivamente a la posición de su esposo.

Un aspecto positivo del carácter de Elena era su firmeza y determinación en alcanzar sus objetivos, con la fuerte dosis de influencia que le daba el ser la primera dama del país.

LA CAIDA DE LOS TIRANOS

















Durante un discurso en Timisoara, Ceausescu fue abucheado y en represalia ordenó disparar contra la multitud. El descontento estalló al fin el 22 de diciembre de 1989, donde hubo una revuelta popular a la que se le unió el ejército y la pareja fue depuesta de sus cargos.

Huyeron en un helicóptero desde los techos de su palacio. Los pilotos los traicionaron aterrizando en un lugar no previsto. Fueron apresados, juzgados por un tribunal militar inexistente jurídicamente y tres días después de su detención fueron fusilados en el interior de una casa.

LA CAIDA DE LOS TIRANOS


En una sociedad patriarcal como la rumana, y en una terrible crisis económica, donde el papel de la mujer en la vida pública es propiamente nulo, el recuerdo de Elena Ceausescu es algo que todos quisieran olvidar.



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