Jueves, 03 de Septiembre de 2015 14:14
Por Tomás Luciani CONTEXTO
Señales de alarma se encendieron en la Casa Rosada a la luz de las últimas encuestas, que muestran el impacto del fraude en Tucumán sobre las chances electorales de Daniel Scioli.
"Sostener a Manzur a sangre y fuego, para Scioli podría significar tener que ir a un ballotage y hasta perder la Presidencia", se evalúa en la cúspide del poder.
De allí que en las últimas 48 horas se esté hablando de alternativas para ponerle coto a la sangría. Ordenar que se abran todas las urnas es la primera opción. Una intervención federal a nuestra provincia, o una convocatoria urgente a nuevos comicios, junto con la elección presidencial del 25 de octubre, están entre las opciones drásticas.
"El peor enemigo que tiene Scioli hoy no es Macri, sino Alperovich", señaló el periodista Joaquín Morales Solá, al evaluar el desgaste público que le provoca al motonauta el fraude tucumano.
En el estudio de TN, ante miles de televidentes de todo el país, José Cano se preguntó: "¿Scioli protege a Alperovich y a Manzur, porque pretende convertir a la Argentina en un feudo político igual al de Tucumán?".
Según el periodista Carlos Pagni, Scioli está pagando un costo altísimo, a menos de dos meses de la primera vuelta de las presidenciales. "El kirchnerismo predomina entre los menores de 45 años, que son los más escandalizados por las malversaciones que afloraron en Tucumán", escribió.
En el gobierno nacional creen que el escándalo de Alperovich le hará perder decenas de miles de votos que Scioli ya consideraba como propios, no solo en Tucumán, sino también en todo el Norte, que fue el principal bastión del Frente para la Victoria en las PASO.
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, fue el primero en advertir que luego del escandaloso proceso eleccionario, Manzur no tendría suficiente legitimidad como para gobernar Tucumán.
El fraude tucumano -ilustrado en los medios nacionales con las caras impopulares de Alperovich, Manzur y Betty Rojkés- además espanta a los sectores medios de la población urbana en los distritos más importantes del país. Esos votos son "de vida o muerte" para Scioli, si es que quiere evitar un ballotage.
Para muchos grupos cruciales de la población, el clientelismo y el fraude electoral predominante en Tucumán y otras provincias abre interrogantes sobre la real vigencia de las instituciones democráticas.
Según publicó La Voz del Interior, mientras Scioli asegura ante los micrófonos que "el pueblo de Tucumán votó la continuidad, algunos dirigentes del peronismo tradicional -entre ellos dos gobernadores- consideran que debe ponerse en la mesa de análisis del sciolismo una jugada transgresora, que le permita poner fin a los costos políticos que acarrean las elecciones tucumanas del 23 de agosto".
"¿En qué consiste esta jugada que algunos sciolistas están sugiriendo por lo bajo? En que Tucumán elija gobernador el 25 de octubre; es decir, el mismo día de las elecciones presidenciales."
El analista Rosendo Fraga coincide en que las irregularidades en las últimas elecciones en Tucumán "constituyen una crisis en desarrollo que cuanto más dure, más va a complicar al Gobierno". En esa línea advirtió que si el tema sigue escalando puede impedirle al candidato oficialista Daniel Scioli ganar en primera vuelta.
Añadió que el grave problema del fraude en Tucumán "ya dejó de ser de índole política. Hemos entrado en un tema institucional”.
“Lo de Tucumán es una crisis en desarrollo que cuanto más dure, más va a complicar al Gobierno. Y eventualmente, si esto sigue, no le va a hacer perder al Gobierno 15 puntos, pero si le puede impedir a Scioli ganar en primera vuelta”, agregó.
Fraga consideró que “el efecto político de esto es que hace más probable que haya segunda vuelta en la medida que esto se vaya prolongando”.
“Si el Gobierno no hace nada para frenar esto, ya sea convocar a elecciones de vuelta para que saque al tema de la escena, corre el riesgo de una crisis que le termine dominando las próximas semanas”, sostuvo.
Dijo que “el Gobierno a esta altura ya debe estar analizando si le conviene dejar que esta crisis continúe a la espera que amaine como muchas veces pasa en política, o a lo mejor cortar con alguna decisión para que esto no siga subiendo” -
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