“Democratizar la Justicia”
Debo confesar que la frasecita suena bien a los oídos, habla de democracia y eso significaría que sería (en favor) del pueblo, para el pueblo, y por el pueblo..
Pero la verdad es otra, el título es una falacia, por lo tanto es engañoso, porque en realidad
se procura imponer un sistema perverso, injusto, factible de utilización política por parte del partido gobernante, obviamente para favorecerse en sus propios intereses.
Es sabido que desde siempre el poder judicial argentino ha funcionado como una “casta impenetrable”, donde para aspirar a ser fiscal, defensor de oficio, o juez, un abogado debe provenir de alguna familia con pedigree judicial, o tener de padrino a un juez (o alcurnia similar) que lo acomode en alguno de esos cargos.
En el poder judicial actual, los jóvenes profesionales sin historia familiar, por mas capaces y valiosos que puedan ser, nunca llegaran a cargos relevantes, y deberán conformarse con ocupar cargos secundarios administrativos, sin futuro y mal retribuídos, cargos que los otros nunca aceptarían.
Cristina sabe eso, por eso introduce la palabra “democratizar” en su proyecto, pero lejos está de su pensamiento el tratar de facilitar a un ciudadano común el acceso a un puesto jerárquico en el plano superior de los Tribunales. Pérfida como es, y luego de padecer algunos “dolores de cabeza” con la Suprema Corte de Justicia (recordar el episodio donde Hebe de Bonafini amenazó con ocupar el Palacio de los Tribunales), lo que realmente le interesa es “CRISTINIZAR LA JUSTICIA”, haciéndola adicta, obediente, y dependiente de su poder omnipotente.
Con ésta acción, no busca JUSTICIA, no le interesa, lo que realmente busca es eternizarse en el poder, con la colaboración de un sistema judicial dócil que observe lealmente sus caprichos.
Para lograr esto ha puesto a consideración del Congreso de la Nación, una propuesta tan injusta, vil, y antipopular que nos retrotraería a la época del gobierno de ONGANÍA, o a la etapa del mismísimo DOMINGO CAVALLO.
Para ir reemplazando a la “casta judicial existente” no busca; por ejemplo que lleguen los
profesionales mejor calificados para cada puesto, sino que al hablar de “democratizar” introduce implícitamente el factor “elección” (de elegir), mediante el mismisimo Congreso
que le es sumiso, lo que le concedería la facultad de otorgar puestos por “amiguismo”.
Ésta es la falacia de una elección democrática de jueces y fiscales, que sabemos no será ni justa, ni limpia, ni democrática, sino “a dedo”, reservada en favor de los leales a “su graciosa majestad”, y funcionales a su proyecto.
Pero hay otro punto gravísimo en el proyecto que impulsa: “Ponerle tope a las medidas cautelares contra el Estado”. Esto es inaceptable, porque no procura el beneficio de
la gente sino exactamente lo contrario, no es una propuesta positiva ni busca agilizar
el accionar de la justicia, sino todo lo opuesto, es de corte antipopular porque no impulsa;
por ejemplo; la eliminación de la tasa de justicia, pone trabas porqué agrega mas instancias
intermedias que prolongaran indefinidamente las cautelares, pone topes de dinero a los montos que se determinen en cada fallo, pero busca sobretodo no llegar a un fallo adverso para el gigantesco Estado, en perjuicio del débil demandante, vulnerando así el principio jurídico de favorecer al mas débil, para que este termine perdiendo la causa, o muera antes del fallo, sin que sus deudos tengan derecho a retribución alguna.
Con este punto del proyecto, Cristina Kirchner intenta constituir un “poder hegemónico” controlado por su gobierno, a su entera voluntad, y en su exclusivo beneficio.
Es un punto sumamente perverso este, ya que no le permitirá a los trabajadores o simples ciudadanos poder reclamar ante una condición injusta que se les imponga desde el Estado,
y también le cerrará a los jubilados el camino hacia la pretensión de un salario mas equitativo, porque el “democratizar la justicia de CFK” cercena las libertades constitucionales de la gente; por ejemplo: el derecho a peticionar ante las autoridades por un perjuicio en la
liquidación de haberes o falta de reajustes, ya que todos los caminos a un fallo favorable al peticionante quedaran bloqueados definitivamente.
Por lo expuesto, entiendo que el pueblo no debe permitir la sanción y el yugo de ésta ley descabellada, propia de una mente perturbada, enferma de egocentrismo y ansias de poder.
Se te invita a oponerte de manera firme y valiente a este proyecto, de nosotros dependerá nuestro futuro, por lo tanto cuando lo traten (será muy pronto), todos deberíamos estar presentes en la Plaza de los Dos Congresos, para manifestar nuestro repudio e impedir la sanción de ésta ley.
Atención, estemos atentos, la van a querer aprobar "entre gallos y medianoche".. no les permitamos semejante atropello contra nuestras libertades individuales..
Manfred Klausmann
No hay comentarios:
Publicar un comentario