Días atrás, en la inauguración del Año Judicial, el presidente de la
Corte Suprema de Justicia, manifestó, entre otros conceptos, que los
juicios por presuntos delitos de lesa humanidad continuarían en el
futuro porque en esa dirección existía un consenso social que les
brindaba legitimidad.
La afirmación del Dr. Lorenzetti pone de manifiesto lo que venimos
denunciando desde que se iniciaron los mismos. No se trata de cumplir
con la ley. Se trata lisa y llanamente de cumplir con un concepto de
justicia popular presentado con el paradigma del consenso social. Se
trata de satisfacer las demandas de quienes se auto proclaman
representantes del mencionado consenso.
Mientras escribo estas líneas no puedo dejar de recordar que la locura del régimen nazi también contó con el beneplácito del endiosado consenso. En la Alemania hitleriana hubieran hecho falta jueces que hicieran aplicar la ley en forma independiente a lo que demandaba la opinión pública. También hubieran hecho falta jueces independientes durante la dictadura cívico-militar que, siguiendo el consenso social, tomó el poder el 24 de marzo de 1976.
La justicia, para ser justa, no puede legitimarse en consensos, sino simplemente en el cumplimiento de la ley, que es lo que hoy por hoy se continúa pisoteando en los tribunales populares.
Mientras escribo estas líneas no puedo dejar de recordar que la locura del régimen nazi también contó con el beneplácito del endiosado consenso. En la Alemania hitleriana hubieran hecho falta jueces que hicieran aplicar la ley en forma independiente a lo que demandaba la opinión pública. También hubieran hecho falta jueces independientes durante la dictadura cívico-militar que, siguiendo el consenso social, tomó el poder el 24 de marzo de 1976.
La justicia, para ser justa, no puede legitimarse en consensos, sino simplemente en el cumplimiento de la ley, que es lo que hoy por hoy se continúa pisoteando en los tribunales populares.
DNI: 18470203
N de R La Misère Porc:
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS SEÑORA por todo lo que Usted hace por los verdaderos Derechos Humanos, en favor de nuestros soldados injustamente presos en las mazmorras del régimen narco/marxista; que en muchos casos por desidia, comodidad o simplemente por el no te metas, permitimos que se instalara en Nuestra Amada Patria Argentina.
MUCHAS GRACIAS SEÑORA, porque Usted ha demostrado tener la inmensa valentía, que deberían tener los soldados que hoy ignoran a sus camaradas que están siendo víctimas del holocausto más infame que ha tenido "Nuestra Patria".
No existe Justicia alguna. Esto es simplemente una venganza cruel de los que perdieron la guerra, que aún hoy, algunos se niegan a reconocer que existió.
Que DIOS N.S. la Bendiga y la Proteja, junto a sus hijos y su familia toda.
Zulema Arques y Francisco Viotti
La Misère Porc

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