06/03/2014
Por Armando Ribas
Que es el fascismo continúa siendo una incógnita ideológica, a juzgar
por las múltiples definiciones históricas prevalecientes en la actualidad.
Aparentemente el más trascendente análisis del fascismo habría sido hecho por
Ernst Nolte en su obra “Three Faces of Fascism” (Tres Caras del Fascismo). En
principio se habría aceptado que el fascismo no es una filosofía política como
lo es el marxismo, o aun el liberalismo, sino un accionar político. Que se
diferenciara en distintos países: Mussolini en Italia; Hitler en Alemania y
Maurras en Francia, aunque este último nunca alcanzara el poder.
Pero para Nolte
el fascismo “es antimarxista, antiliberal, anticonservador, el principio del
liderazgo, un partido del ejercito y totalitario”.
Cuenta la historia que
Mussolini, el primer fascista era marxista y admirador de Lenin. Desde mi punto
de vista el iniciador de concepto fundamental del fascismo fue Lenin. Cuado tomó
conciencia del fracaso económico del comunismo, decidió implementar la nueva
economía y al respecto escribió dos ensayos refiriéndose al NEP. (Nueva Economía
Política). Así escribió: Los capitalistas están entre nosotros. Están operando
como ladrones; tienen ganancias pero ellos saben hacer las cosas”. Y
refiriéndose al campo dice: “Vamos a tomar dos decisiones para satisfacer a los
pequeños agricultores. La primera es una cierta libertad de intercambio.
Libertad para pequeños propietarios privados, y la segunda es obtener
commodities y productos”.
En fin me he permitido este
proceloso recuento, pues aunque parezca extraño, yo me atrevería a decir que las
manifestaciones del fascismo están presentes en nuestro mundo occidental y
cristiano. En primer lugar tal como he reconocido en anteriores oportunidades el
pensamiento de Thomas Sowell al respecto de la izquierda ha monopolizado la
ética. Y puedo añadir que una suerte de fascismo se ha derivado de la social
democracia y me atrevo a proponer el llamado Estado de Bienestar es un engendro
de ese proceso democrático.
En ese sentido no puedo
menos que reconocer la influencia de Eduard Bernstain que surgiera de su
discrepancia con Lenin al respecto de que el socialismo no necesitaba de la
revolución proletaria, pues Marx se había equivocado y los trabajadores habían
aumentado sus ingresos durante el proceso capitalista. Por tanto al socialismo
era posible llegar mediante el voto universal. Si bien lamentablemente tuvo
razón, y a la Euro zona .me remito, no puedo menos que considerar que partió de
un principio ético filosófico e histórico falso. Así fue que en su “The
Preconditions of Socialism” (Las Precondiciones del Socialismo) “El socialismo
es el heredero legítimo del liberalismo. No hay un pensamiento liberal que no
pertenezca también a los elementos de las ideas del socialismo”.
Ya debiéramos saber que el
socialismo y el liberalismo parten de conceptos ético filosóficos antitéticos.
Pero ahondando en la trascendencia de la social democracia de Bernstain que se
ha apoderado de Europa, vale recordar sus palabras al respecto: “Hay una
garantía de que la mayoría en una comunidad democrática hará ninguna ley que
hiera permanentemente la libertad” Esto se escribió en 1899, por tanto no
conocía Hitler ni Mussolini, ni Perón. Por ello prevé asimismo que no habrá
expropiaciones violentas sino que se harían, acuerdo mediante, por la
organización (SIC). Si no me equivoco lo que considera organización es lo que en
la actualidad representa el incremento del gasto público que requiere igualmente
niveles de impuestos que fácticamente violan los derechos de propiedad. Tal es
la situación que podemos observar hoy en la evolución de la Unión Europea
democráticamente.
Pero de este lado del
Atlántico ya hemos visto y estamos viendo, que en Venezuela, la democracia se ha
desplazado hacia un proceso autoritario y dictatorial, en el que por supuesto en
nombre del socialismo del Siglo XXI se desconocen y violan los derechos de
propiedad y aun la libertad individual. No hablemos de Cuba pues allí la
diferencia es que el proceso dictatorial desconoció desde su amanecer la
necesidad de elecciones. Así Fidel Castro ha regido un proceso dictatorial por
más de 55 años, y todo parece indicar que las democracias latinoamericanas lo
ignoran, tal como se manifestara en la reciente reunión del CELAC en la Habana
donde todos los líderes políticos latinoamericanos rindieron pleitesía a los
criminales de América.
Al momento de escribirse
estas líneas todo parece indicar que Raúl Castro también habría leído la NEP de
Lenin y pretende implementarla con la colaboración de la Unión Europea y aun del
presidente de Estados Unidos. No obstante ya Maduro por el contrario considera
que los opositores a su gobierno son fascistas liberales capitalistas, que
prenden darle un golpe de estado a la democracia venezolana. Su supuesto
antifascismo me permite considerar que por tanto también es anti peronismo.
¿Acaso hay alguien que se atreva a contradecir el hecho indubitable del fascismo
del gobierno de Perón? Dicho sea de paso todos los autores referentes al
fascismo cuando hablan de América Latina coinciden en considerar al peronismo el
único fascismo que alcanzara el poder en el continente.
Por supuesto en nuestro
medio la problemática política se manifiesta de otra forma. El gobierno se
considera peronista y hoy su mayor opositor diría que resulta de la división del
partido peronista. Pero al mismo tiempo nos encontramos ante una trayectoria
socialistoide que se manifiesta doblemente. Por una parte por el incremento que
ha tenido lugar en el gasto público, proceso en el cual competimos con la social
democracia europea; y por la otra en las crecientes regulaciones de controles de
precios y control de cambios que constituyen violaciones paladinas de la
constitución nacional.
Por otra parte en América
Latina reina la visión peyorativa del denominado neoliberalismo como
justificativo para la supresión de la llamada economía de mercado. Ya François
Revel había escrito que la izquierda tiene tres enemigos, el exterior, el
interior y el anterior. En la actualidad el enemigo exterior es el imperialismo,
que se traduce en el anti yankismo como fuente nacionalista del poder político
interno. Es decir Lenin está presente con su visión de “Imperialismo Etapa
Superior del Capitalismo”. El neoliberalismo es la definición del fracaso de los
intentos de apertura económica que fracasaron en Argentina y otros países del
continente como consecuencia de los errores de política económica cometidos
fundamentalmente como consecuencia del incremento del gasto público y el
mantenimiento de un tipo de cambio único como presupuesto falaz de controlar la
inflación. Esa política se basó en monetarismo de Chicago, es que ya hasta el
propio Friedman había desconocido.
Entonces voy a insistir en
que la discusión con la izquierda, que se ha apropiado de la ética no es
económica. O sea no debemos referirnos más a la economía de mercado, ignorando
que ésta es el resultado del respeto por los derechos de propiedad, e igualmente
del derecho a la búsqueda de la propia felicidad. Estos derechos están
reconocidos en los artículos 14, 17 y 19 de la Constitución Nacional. Por tanto
debemos reconocer que el sistema liberal parte de un concepto ético fundamental
que es el reconocimiento de la naturaleza humana, y no la intención vana del
socialismo de cambiarla para crear un hombre nuevo, como había propuesto
Rousseau. Pero ese es medio de justificar el poder político absoluto y fuere
mediante el comunismo, el socialismo o el fascismo.
Puedo decir que hoy la
supuesta lucha por la igualdad económica es la mayor amenaza que enfrenta la
libertad en nuestro mundo Occidental. Recordemos algunas observaciones que
tienen una vigencia histórica. “Socialismo y concentración del poder son frutos
de mismo suelo” (Alexis de Tocqueville). Y “Las sociedades que esperan su
felicidad de manos de sus gobiernos, esperan una cosa que es contraria a la
naturaleza. Por tanto insisto que la oposición de Madero al fascismo es de hecho
el anti peronismo. Diría que es el enfrentamiento entre Hitler y Stalin. El
fascismo en la actualidad es el resultado de la ausencia de seguridad jurídica
que genera la falaz lucha por la igualdad económica, que tiene como consecuencia
la desigualdad política y la subsiguiente colusión de capitalistas con el
gobierno de turno.

No hay comentarios:
Publicar un comentario