Publicado en Carta de Lectores de La Nación del día de la fecha.
DEPREDADORES
En las sociedades que carecen de leyes escritas u omiten su aplicación, rige la "ley de la selva", es decir que quien tiene la fuerza se impone y "devora" al más débil. Eso lo vemos a diario en la Argentina, y son ejemplos los piquetes, los "okupas" que se apoderan de casas o terrenos y parques, y otros vandalismos. Pero no son solamente vándalos quienes aplican esta primitiva "ley": el Gobierno lo hace a diario al desacatar los dictámenes de la Justicia y proceder arbitrariamente basándose solamente en sus deseos y voluntades y, especialmente, en la fuerza que le da el poder. Se percibe esto claramente en el caso de los haberes de los jubilados, que en la práctica son reducidos por ajustes que no cubren la inflación, que son muy inferiores a los que negocian las paritarias de los trabajadores, que no se ajustan a los dictámenes de la Corte ni a la Constitución. También se burlan de los acuerdos firmados con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, comprometiéndose a acelerar las causas judiciales abiertas por jubilados, evitando apelaciones innecesarias con el solo propósito de demorarlas y postergar indefinidamente los pagos correspondientes.
En las sociedades que carecen de leyes escritas u omiten su aplicación, rige la "ley de la selva", es decir que quien tiene la fuerza se impone y "devora" al más débil. Eso lo vemos a diario en la Argentina, y son ejemplos los piquetes, los "okupas" que se apoderan de casas o terrenos y parques, y otros vandalismos. Pero no son solamente vándalos quienes aplican esta primitiva "ley": el Gobierno lo hace a diario al desacatar los dictámenes de la Justicia y proceder arbitrariamente basándose solamente en sus deseos y voluntades y, especialmente, en la fuerza que le da el poder. Se percibe esto claramente en el caso de los haberes de los jubilados, que en la práctica son reducidos por ajustes que no cubren la inflación, que son muy inferiores a los que negocian las paritarias de los trabajadores, que no se ajustan a los dictámenes de la Corte ni a la Constitución. También se burlan de los acuerdos firmados con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, comprometiéndose a acelerar las causas judiciales abiertas por jubilados, evitando apelaciones innecesarias con el solo propósito de demorarlas y postergar indefinidamente los pagos correspondientes.
En resumen, el Gobierno procede como los depredadores de la selva, sacando provecho de la indefensión de los jubilados, que no pueden presionar con huelgas ni otras medidas: la única alternativa es morir, beneficiando finalmente al mismo depredador.
¡Y, para colmo, se presentan como adalides de los derechos humanos! Qué incongruencia.
Pedro Bollo
No hay comentarios:
Publicar un comentario