Prensa Republicana
El nuevo sitio de Nicolás Márquez
Viernes, marzo 4, 2016
Por Pedro Corzo
Venezuela desde el triunfo del chavismo y el empeño de la oposición
en derrotar ese proyecto populista dentro del marco constitucional, se ha
convertido en una especie de laboratorio social en el que diferentes fórmulas
políticas concurren con resultados previsible, pero también inesperados.
Es una realidad, pero a costa de las dolorosas contracciones de la
sociedad venezolana, los pueblos de América podrán aprender cómo evitar que
regímenes autocráticos con base popular, lleguen al poder, y las medidas a
tomar para derrocarlos en caso que eso suceda, sin tener que recurrir a la
violencia.
También los políticos y académicos venezolanos están en óptimas
condiciones para instrumentar una estrategia que tenga como objetivo formar y
educar al electorado en la desconfianza hacia políticos ocasionales o de
profesión, que prometen resolver los problemas del país, sin presentar
soluciones reales a los mismos.
Este es un aspecto clave, porque la única fórmula que inocula
contra el mesianismo, es que el elector tome conciencia que denunciar las
dificultades no significa su solución, que las propuestas deben ser concretas y
realistas.
Lo anterior es posible porque la estrategia, coordinación y firmeza
de los sectores mayoritarios de la oposición, lograron derrotar parcialmente a
la dictadura institucional vigente, un hecho sin precedentes en lo que respecta
a los despotismos institucionales.
La Asamblea Nacional, tiene la oportunidad y capacidad de
legislar en beneficio de la nación, lo que se traduce en contra del régimen, y
la oposición, y de ampliar su base social, al exponer de manera sistemática y
permanente a la población las nefastas secuelas que el chavismo ha significado
para el país.
Es una realidad que el control que ejerce el ejecutivo sobre los
otros poderes del estado son una seria amenaza a las prerrogativas de la
Asamblea Nacional.
Aparte de que el oficialismo siempre puede recurrir a sus
partidarios- particularmente a los cuerpos de seguridad y a los paramilitares-
para generar un clima de inseguridad con el propósito de intimidar y neutralizar
a los sectores que estén más dispuestos a implementar, a la mayor brevedad,
acciones que tiendan a sacar a Nicolás Maduro del poder, lo que de lograrse,
quebraría la autocracia de manera terminante.
El tiempo es un factor clave para los fines de quienes rivalizan
con el gobierno. El régimen tratara de involucrar en sus decisiones a la
oposición. Hará todo lo posible por transferirle la responsabilidad de sus
desaciertos, vincularla a las medidas impopulares que las difíciles
circunstancias en las que se encuentra el país demanden.
En consecuencia la oposición aunque tiene que ser cuidadosa en la
estrategia a implementar para sacar a Maduro del gobierno, debe apresurarse en
esa gestión. Cuenta con recursos legales para hacerlo y con el apoyo popular
necesario, aunque si debe ser transparente en las razones que la impulsan a
buscar la salida del mandatario para que no se interprete como simple revancha
entre fuerzas antagónicas que pueden conducir al país a una debacle
nacional.
El chavismo ha arrastrado a Venezuela a una profunda crisis. Los
factores que han incididos son muchos, pero entre todos destacan la ineficiencia
gubernamental, la corrupción, y muy particularmente la incubación de conflictos
sociales que no dejaran de ser un componente de desestabilización, aun si esa
propuesta populista desapareciera como fuerza política.
Es de prever que el enfrentamiento será severo. El oficialismo no
solo corre el riesgo de perder el poder, sino también, lo que ha derivado en su
beneficio por haber gobernado para su exclusivo provecho por casi 20 años.
Además, es posible, que más de uno de sus líderes termine en prisión, por los
graves perjuicios causados a la nación, en consecuencia bregaran para no ser
defenestrados.
Es evidente que en cualquier acción a tomar hay que considerar la
capacidad de respuesta del contrario, a tal efecto, la oposición debe estar
preparada para responder a las reacciones en su contra que implemente el
gobierno. Mientras más se aproximen a limitar o lograr la salida del gobierno de
los herederos de Hugo Chávez, mas difícil y complicada será la situación del
país.
La solidaridad con la Venezuela democrática es un mandato que todos
los que aman la libertad deben asumir.
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