DOMINGO 06 DE MARZO DE 2016
Pablo SirvénLA NACIONDiez puntos para el noticiero de la TV Pública, que ahora ya no evita tocar temas incómodos para el Gobierno, pero cero punto en ortografía. En efecto, el miércoles último sobreimprimió a toda pantalla la leyenda "¿Porque sube el dólar?", cuando lo correcto habría sido "Por qué"Los vaivenes de la divisa norteamericana era uno de esos temas informativamente prohibidos e intocables durante las varias corridas cambiarias que se registraron durante el kirchnerismo -sólo desde la introducción del cepo, en 2011, y hasta diciembre último, hubo un 230% de devaluación-, con lo cual no faltaron caras de estupor en el staff del informativo al comprobar que esa veda ya no corría más con las nuevas autoridades.Después de años de enmascarar y edulcorar la realidad de la "década ganada", ahora hasta se animan, desde la pantalla oficial, a aventurar en potencial aumentos de tarifas no confirmados, algo del todo imposible antes del cambio de gobierno.Tras el alejamiento en diciembre de los capitostes camporistas, que a mediados del año pasado fueron públicamente repudiados por el personal del noticiero oficial por el "uso partidario" de la pantalla de manera "masiva y descaradamente", diluyó poco a poco y con evidente desgano su acendrado cristinismo en medio de cierta desorientación por la falta de un nuevo jefe durante casi dos meses. Ese gerente de noticias por fin llegó, pero sólo a principios de febrero, y es Néstor Sclauzero, ahora presidente con licencia de Fopea y de vasta trayectoria en el medio.Como cabeza máxima de esa área busca tener una impronta más federal y recuperar la credibilidad informativa en procura de no volver a caer en los servilismos oficialistas que tuvieron lugar en distintas etapas. Difícil desafío porque la inercia cultural de que el canal estatal debe tener una postura obsecuente hacia el gobierno de turno juega en contra. Complica la operatividad, además, la histórica tirantez interna entre los gremios SAT y UTPBA, que convergen sobre esa área de la TV Pública.Sin, por ahora, subgerente ni productores ejecutivos propios, Sclauzero intenta restituir las bases del periodismo más elemental: poner en el aire todo aquello que es noticia, moleste a quien moleste, haciendo escuchar distintas campanas. Habrá más noticias y más cortas, sin caer en los efectismos de algunos noticieros privados, con escenografías estrafalarias, temarios caprichosos, notas interminables y conductores que parecen ir o venir de un boliche.Visión 7, como todavía se llama, tiene cuatro emisiones diarias, una edición internacional los sábados, un par de emisiones más el fin de semana y flashes durante el día y en los entretiempos de Fútbol para Todos, que ya cambiaron drásticamente (en vez de la monocorde propaganda kirchnerista, días atrás se daba aire a una docente que se quejaba en medio de la negociación paritaria).El actual es un claro noticiero de transición que ya ha ganado equilibrio informativo respecto de lo que venía haciendo hasta el 10 de diciembre, aunque todavía se mezclan las aguas y hay contradicciones, resistencias y curiosidades a la hora de cubrir la agenda del día. Ejemplo insólito: en alguna edición del noticiero, el llamado a indagatoria judicial a Cristina Kirchner por la venta de dólares a futuro contó con el único testimonio del responsable principal (el ex director del Banco Central, Alejandro Vanoli). Sobre el discurso del presidente Mauricio Macri en la apertura del año legislativo se diría que hasta hubo más opiniones de la oposición que del oficialismo, lo cual no estaría nada mal, y hasta sería muy saludable, si no fuese una picardía de los "nostálgicos" del orden anterior, escuetos para brindar las últimas noticias del caso Nisman y la indagatoria a la ex presidenta, pero generosos para prestar una atención especial a los despidos que se producen en distintos organismos públicos, en tanto que resulta casi obsesivo el seguimiento del conflicto laboral en el Grupo 23, con voz cantante de los delegados que pretenden endosarle la resolución del conflicto a la Jefatura de Gabinete, mientras quedan casi como actores de reparto los empresarios K, tan bancados por el anterior gobierno, a pesar del monumental desaguisado que dejaron.La inercia del orden anterior se expresa en un par de apariciones, en temas distintos, del ex ministro y actual legislador Carlos Tomada; la opinión requerida de algún economista K, habitué del fenecido 6,7,8, y la supervivencia de muy onerosos columnistas que subsisten como "pesada herencia".No está resultando fácil encontrar conductor para el más renovado noticiero que se proyecta: se le ofreció regresar a Juan Miceli, eyectado del informativo en 2013 por incomodar con una pregunta al camporista Andrés Larroque, pero no aceptó.Tampoco quiso Débora Plager, que prefiere seguir como panelista deIntratables. También hay intención, en el canal oficial, de armar una tira periodística nocturna por fuera del noticiero, pero no lograron interesar como conductor a Luis Novaresio.Un camino escarpado le espera a Sclauzero si quiere hacer cumbre en la verdad.psirven@lanacion.com.arTwitter: @psirven
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