viernes, 4 de marzo de 2016

Un tribunal que recién empieza a cambiar



VIERNES 04 DE MARZO DE 2016


LA NACION Si uno sólo se interesa por el resultado, sepa que seguramente Horacio Rosatti será juez de la Corte Suprema. Pero esto tal vez sea el primer paso de lo que se verá en los próximos meses.Comencemos por Rosatti. El Senado aprobará su pliego. Es cierto que algunas de sus respuestas no les agradaron a los senadores, especialmente a los peronistas, que lo interrogaron durante seis horas. Pero este doctor en derecho, jurista católico y constitucionalista que, además, fue procurador del Tesoro y ministro de Justicia de Néstor Kirchner, fue franco y se mostró sólido.Aclaró que rechaza el aborto; se pronunció en favor de despenalizar el consumo personal de drogas; se comprometió ante la senadora Liliana Negre de Alonso a pagar impuesto a las ganancias, una herejía frente a todo el Poder Judicial; ante una pregunta de Lucila Crexell, sugirió que los decretos de necesidad y urgencia, como son medidas excepcionales, deberían ser convalidados por las dos cámaras del Congreso -la ley actual dice que alcanza que lo apruebe una sola de las cámaras legislativas para que siga vigente- y le contestó a la kirchnerista Liliana Fellner que un DNU como el que dictó Macri bastaba para modificar parte de la ley de servicios audiovisuales, una de las banderas de Cristina Kirchner.Sin embargo, el momento más amargo que enfrentó se planteó cuando dijo que él entendía que el decreto por el cual Macri pretendió nombrarlo en comisión, sin intervención del Senado, era constitucional.El jefe del bloque de senadores del FPV, Miguel Pichetto, lo interrumpió y, en un tono encendido, afirmó que ningún senador le reconocía al Presidente una facultad de esquivar la Cámara alta. Más tarde, varios senadores cristinistas, entre ellos Alfredo Martínez y Virginia García, insistieron en hacerle pagar a Rosatti el pecado original de la mala decisión que, en diciembre, había tomado Macri.Pero fue Pichetto quien, en esa misma intervención, volvió a poner en el aire un tema que parecía enterrado: "Hay un debate que está pendiente, en el cual el Poder Ejecutivo debería participar, que es el de la ampliación de la Corte", dijo el jefe del FPV.Así, Pichetto, uno de los peronistas más moderados y dialoguistas con el Ejecutivo, pareció deslizar que ese proyecto está latente. A lo sumo, quedará cajoneado durante al menos tres o cuatro meses. Algo que LA NACION pudo confirmar en Diputados: esa idea sigue en pie.La Corte Suprema, un órgano importante, pero una pieza menor en la negociación política, quedó inserta en una agenda eminentemente política: los gobernadores, con la ayuda de los legisladores, le reclaman a Macri la rápida devolución de la coparticipación, negocian la derogación de la ley cerrojo y velocidad para tratar los cambios en Ganancias.Si fuese posible, en esa dinámica también entrará un nuevo diseño de la Corte, que hoy preside Ricardo Lorenzetti. Este juez, Macri y el propio Rosatti parecen preferir un tribunal de cinco integrantes. Pero es posible que el peronismo le suba a Macri el precio por acompañarlo en el Congreso.

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