Publicado en diario Clarín de la fecha
En los últimos años hemos conocido múltiples casos de “justicia por mano propia”, en los que un delincuente es reducido, golpeado y hasta matado por vecinos indignados ante un asalto o un arrebato. Este vandálico comportamiento de ciudadanos honestos se fundamenta en que se perdió confianza en la Justicia y en las fuerzas de seguridad, ya que vemos que muchos delincuentes reincidentes delinquen durante sus salidas transitorias del penal, o inmediatamente después del fin anticipado de su condena debido a una reducción de pena.
Si bien esto no es de solución sencilla, hay ciertas medidas que se podrían implementar a corto plazo: 1) Ser más cuidadosos al otorgar salidas transitorias y hacerlo sólo luego de un exhaustivo estudio y análisis, caso a caso, por equipos adecuados de psicólogos, abogados y especialistas. 2) La reducción de condena no debería ser definitiva, sino condicionada. 3) En los casos de reincidencia durante una salida transitoria o luego de la libertad por reducción de pena, debería volver a prisión por todo el período que originalmente determinó el tribunal, perdiendo a su vez los beneficios de salidas y/o reducciones.
Y a más largo plazo, se debería: A) Construir nuevas prisiones seguras y decentes y, simultáneamente, adecuar las existentes para impedir la saturación y el hacinamiento. B) Separar en diferentes ámbitos a los reclusos más dóciles y recuperables de aquellos más díscolos y peligrosos para evitar la contaminación de los primeros. C) Implementar programas de capacitación y recuperación para aquellos reclusos que tengan condiciones, para reinsertarlos en la sociedad mediante planes ad-hoc.
Pedro Bollo
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