25/10/2013
Por por Horacio Guglielmone y Jorge P. Mones
Ruiz
El 19 de agosto de 1964 en la
Cámara de Diputados (Gobierno del Presidente Arturo Illía), con motivo de la
incursión desde Bolivia del Ejército Guerrillero del Pueblo (argentinos y
cubanos), en la zona de Orán, Provincia de Salta, el entonces Ministro de
Interior, Dr. Juan Palmero, decía: “...El movimiento
guerrillero en el país se organiza con el objetivo fundamental de lograr el
cambio de estructuras, de atentar contra la Constitución, la organización, y los
métodos y formas de vida de nuestra República”.
A su vez, en el mismo
recinto, el Canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz sostuvo: “...la
existencia de un poder destructivo tan extraordinario como el que surge de la
energía atómica y que ha determinado...que la competencia se derivase a otro
método...el de la guerra revolucionaria: guerra no declarada, silenciosa, pero
guerra inexorable, global y permanente... El comunismo se establece en la
República de Cuba, se implanta como una organización revolucionaria de guerra
permanente, de tipo revolucionario... vemos que Cuba se ha convertido en un foco
de perturbación dentro de la sociedad americana... Desde las radios de Cuba se
está haciendo permanentemente la incitación a la insurrección continental. Se
preparan jóvenes de todos los países. Desde la Argentina han ido ochocientos de
los cuales doscientos o trescientos están recibiendo aprendizaje revolucionario
en las escuelas especializadas de Cuba. Sostuvo Fidel Castro el 26 de julio del
mismo año que "la ayuda a los movimientos revolucionarios no puede ser
negociada”.
Cuando se produjo el ataque
del terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) al Regimiento de Azul en
enero de 1974, entre otras cosas, decía el Tte. Gral. Juan Domingo Perón, en
relación a la guerrilla terrorista: "...Todo tiene un límite...se trata de
poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia
misma de la Patria y de sus instituciones...El objetivo perseguido por estos
grupos minoritarios es el pueblo argentino, y para ello llevan a cabo una
agresión integral". "Por ello, sepan ustedes que en esta lucha no están
solos, sino que es todo el pueblo que está empeñado en exterminar este
mal......". "La
estrategia general que conducimos desde el Gobierno, nos lleva a actuar
profundamente sobre las causas de la violencia y la subversión, quedando la
lucha contra los efectos a cargo de toda la población, las fuerzas policiales y
de seguridad, y si es necesario de las Fuerzas
Armadas".
Dijo Perón el 1 de Mayo de 1974 desde la Casa Rosada:
“...estos infiltrados que trabajan adentro y que traidoramente son más
peligrosos que los que trabajan desde afuera, sin contar que la mayoría son
mercenarios al servicio del dinero extranjero”. “…Mocosos imberbes y
estúpidos…”
Senador radical Fernando de
la Rúa (28 de Agosto de 1974): “...Hay
que eliminar este clima de terror...si esto continúa acabaremos viendo
enfrentamientos demasiado vastos y dolorosos y entonces no habrá orden ni ley ni
Estado y así no podrá sobrevivir la sociedad.”
Diputado radical Antonio
Trócoli (25 de Febrero de 1975): “...porque no hay duda alguna
de que a partir de 1 de julio de 1974 la República ha entrado en un plano
inclinado...Todo está peor que al 25 de mayo de 1973. ¡Grave emergencia
nacional!, señor Presidente. ¡Así lo ha calificado nuestro partido!
(UCR).
A raíz del gravísimo ataque
realizado por los terroristas Montoneros contra el Regimiento de Infantería de
Monte 29 de Formosa el 5 de Octubre de 1975, el máximo líder del radicalismo, el
Dr. Ricardo Balbín, ratificó y amplió los conceptos de Perón, en la ciudad de
Tinogasta (Catamarca): "La guerrilla metida en los montes carece de banderas
y de sentimientos; no tiene sentimientos porque destruye y no tiene banderas
porque es antinacional. Hay un seguro de vida contra ellos; cuando atacan no
miran a quienes matan y cuando los toma la Justicia reclaman la solidaridad del
pueblo para sacarlos; es decir que la guerrilla con seguro de vida es la
guerrilla de los cobardes".
“Cuando
los padres entierran a sus hijos, los países se quedan parados - y parece que al
país lo quieren parar- enterrando agentes de seguridad, militares, marinos, a
sencillos hombres de la democracia, a los cuales les regalamos discursos cuando
mueren, y yo quiero cantarles los seguros de la victoria cuando
viven"
El Ministro de Defensa
peronista Tomás Vottero (16 de Diciembre de 1975) refiriéndose a la subversión,
dijo:“Es determinación del gobierno no dejar de hacer nada de lo que esté
dentro de nuestras facultades y de nuestro poder de decisión, hasta alcanzar su más completo
exterminio”.
El Diputado peronista Stecco
(18 Mar 76): “que no
vaya a ocurrir que cuando llegue la hora del castigo a los asesinos que hacen
correr la sangre por nuestras calles, alguien salga en su defensa…hay que
perseguirlos hasta sus guaridas y matarlos como a ratas, porque no merecen vivir
en este suelo”.
En el mes de septiembre de 1983 apareció
una solicitada en los diarios con el título “LOS ARGENTINOS QUEREMOS DECIRLE AL MUNDO” Rescatamos algunos párrafos:
“Los argentinos estuvimos en guerra. Todos
la vivimos y la sufrimos. Queremos que el mundo sepa que la decisión de entrar
en la lucha la provocó e impuso la subversión, no fue privativa de las Fuerzas
Armadas. Fue una decisión de argentinos. Todos, absolutamente todos los hombres
de buena voluntad que habitan el suelo argentino, pedimos en su momento a las
FFAA que entraran en guerra para ganar la paz. A costa de cualquier
sacrificio...Y tal como cualquier otra guerra, la nuestra también tuvo su
precio...Porque en ella hubo muertos y desaparecidos...Argentinos que cumplían
con su deber...Y murieron también muchos de
aquellos que pretendieron imponernos ideologías extremistas y un sistema de vida
totalmente ajeno a nuestro sentir nacional...Ese fue el precio de la
guerra”. Las instituciones que abajo firmamos, queremos refrendar de esta
manera nuestro apoyo a aquella dolorosa pero imprescindible decisión: Asociación de Bancos
Argentinos – Asociación de Industriales Metalúrgicos – Asociación Internacional
del Club de Leones – Bolsa de Cereales de Buenos Aires – Bolsa de Comercio de
Buenos Aires – Cámara Argentina de Editores de Libros – Cámara Argentina de
Anunciantes – Cámara Argentina de Comercio – Cámara Argentina de la Construcción
– Cámara de Comercio, Industria y Producción de la República – Centro Argentino
de Ingenieros – Consejo Empresario Argentino – Consejo Publicitario Argentino –
Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer – Liga de Madres de Familia – Rotary
Club de Buenos Aires – Sociedad Rural Argentina (y continúan más de 100
firmas)
Hasta aquí el contexto político,
social e histórico, hace cuarenta años y más.
Hoy, la intención en el accionar
del actual gobierno y sus aliados, no es buscar justicia ni cerrar las heridas
de la guerra revolucionaria (así definida por la Cámara Federal que juzgó a los
comandantes) Es destruir las Instituciones de la República y todo el basamento
cultural y moral de la Nación, para instaurar un sistema totalitario
inicialmente disfrazado de democracia. Dentro de los objetivos intermedios para
lograr ese fin, está la destrucción del Orden Jurídico (freno pacífico al abuso
de Poder) y del Sistema de Defensa (freno disuasivo y, eventualmente, violento
ante amenazas que comprometan los más altos intereses de la Nación).
Los pilares
respectivos de estos, son el Poder Judicial y las Fuerzas Armadas, los cuales
deben ser exterminados. Para ello, la bandera de los derechos humanos ha sido la
herramienta esencial usada para vengar la derrota en el terreno de las armas, lo
que no fue advertido por la sociedad y su dirigencia. Hecho esto, ahora "van por
todo" y, si alguien tenía dudas, la presidente nos lo ha dicho expresamente. En
nombre de los derechos humanos se violan todos los derechos de los ciudadanos.
Es el mal disfrazado de bien, son “lobos disfrazados de corderos.”
Por librar y ganar la batalla
militar de esa guerra, hoy la Argentina tiene centenares de presos políticos y
hay quienes todavía, habiendo sido autores intelectuales y materiales, con o sin
dominio del hecho, de aquella agresión a la República, hoy tienen la cínica,
hipócrita y cobarde pretensión de exigir a los soldados de la Patria, civiles y
de uniforme, que pidan perdón, mientras estoicamente unos resisten y mueren en
sus nuevas trincheras: la cárcel, y otros, en el servicio activo y silencioso
del mangrullo o la atalaya, son perseguidos por portación de
apellido.
Pero no es el futuro de los presos
políticos lo que está en juego. Es mucho más, es el futuro de la Nación, con
todo lo que ello implica.
Cabe además preguntarse, por qué el
"movimiento derecho-humanista y filo-terrorista", curiosamente, no pide
disculpas a la sociedad, entre otras tantas cosas, por lo
siguiente:
1. Por haber apoyado a las
organizaciones terroristas que iniciaron una guerra que bañó de sangre a nuestro
país
2. Por victimizar, idolatrar y
homenajear a sus integrantes, mientras niega la existencia de miles de hombres,
mujeres y niños que fueron sus víctimas
3. Por haberles negado todo derecho
a los familiares de estas últimas
4. Por ocultarle a la sociedad los
atentados terroristas en los cuales participaron funcionarios actuales del
gobierno (Taiana, Kunkel, Gullo, etc.), y amigos asesores como
Verbitsky
5. Por haberle mentido al denunciar
ante ella y el mundo la falsa existencia de 30.000 desaparecidos y un supuesto
“plan sistemático de robo de bebés” que jamás existió, para golpear duro en la
sensibilidad de sus ciudadanos
6. Por haber perseguido
literalmente a jóvenes, sembrándoles la duda sobre su identidad y demonizando a
sus familias adoptivas y hasta biológicas, llegando a los extremos de intentar
tentar a dichos jóvenes con importantes sumas de dinero, para que denuncien a
sus padres adoptivos y, ante la negativa de muchos, lograr la orden “judicial”
para realizarles un ADN compulsivo, sin importarles en lo más mínimo, el daño
que se les hacía a dichos jóvenes, por cuyos derechos dicen
luchar
7. Por haber incluido como
desaparecidas a manos de las FFAA y de Seguridad a personas que sabían que no lo
eran porque habían sido asesinadas por las propias organizaciones o habían
muerto atacando cuarteles o al poner una bomba, o sabiendo que gozan de
excelente "salud"
8. Por haberle robado su dinero con
total impunidad para beneficio propio montando un meganegocio esgrimiendo la
"bandera de los Derechos Humanos"
9. Por haber pagado sumas
millonarias, con los aportes de la sociedad, a los familiares de quienes la
agredieron o a ellos mismos cuando, lejos de estar "desaparecidos", como se
dijo, gozan de excelente "salud"
10. Por no haber respetado ni
respetar hoy la independencia de los Poderes del Estado, en particular del Poder
Judicial
11. Por haber destruido el Orden
Jurídico, base fundamental de la República
12. Por haber "apretado" y empeñado
ilegal e injustamente a la Justicia Federal, en parodias de juicio para
implementar la venganza sobre quienes defendieron a la Nación ante la brutal
agresión terrorista
13. Por tener "ocupada" masivamente
la citada Justicia Federal, en dicha venganza por hechos de hace 40 años o más,
evitando que se ocupe de los delitos que hoy afectan a la sociedad, incluidos
los actos de corrupción del gobierno, y dejándola a merced de los
delincuentes
14. Por no interesarles en lo más
mínimo los derechos humanos de hoy, por más que declamen lo contrario, mirando
hacia otro lado, cuando no alimentando los miles de asesinatos, violaciones,
desaparición de niños y jóvenes a manos de las organizaciones de trata de
personas y narcotráfico, etc.
15. Por dañar la mente de nuestros
niños a través de la politización e ideologización de la educación, hasta los
niveles iniciales de esta. Un ejemplo irrefutable es la distribución del libro
idealizando al asesino serial Ernesto "Che" Guevara, titulado "Che - Estrella de
un revolucionario", con imágenes y una calidad de impresión sumamente atrayente
para los niños
16. Por inculcar el odio, como
factor de lucha, tal como decía el citado Guevara
17. Etc….
Los organismos de derechos humanos
y los terroristas en el gobierno (o fuera de él) no piden disculpas porque no
conciben reconocer errores o delitos, ni arrepentirse, ni pedir perdón por nada
que hayan hecho, hagan o harán, porque sus objetivos justifican la barbarie más
brutal, si lo consideran necesario. Nuestra ingenuidad, ante esta amenaza, es un
"pecado político y social mortal”
Las Fuerzas
Armadas: chivo expiatorio
Pedir disculpas, o perdón, como se
exige que hagan las FFAA, es reconocer explícitamente haber realizado acciones
que, más allá de las propias de cualquier enfrentamiento armado, crueles y
sanguinarias de por sí, conllevan una intención, disposición y/o actitud moral
negativa, de orden espiritual, que exigiría, no sólo el arrepentimiento del
responsable, sino también el propósito de enmienda y la reparación
correspondiente.
No se puede pedir perdón sin
arrepentirse…entonces, ¿fue justo ir a “esa guerra” ordenada por los políticos?,
¿qué de nuestros mártires y héroes, qué de los esfuerzos y sacrificios de los
combatientes y sus familias, qué de las víctimas inocentes que claman aún
justicia? ¿Fue todo en vano? Haber combatido al terrorismo y la forma en que se
hizo: ¿fue un pecado, un delito o un error?
Claro que hubo errores de orden
político, estratégico, táctico y técnico. Pero ¿obligan estos a pedir
disculpas?, ¿de qué, por qué y a quién?, ¿por defender a la Patria?, ¿Quién o
quiénes ordenaron a las FFAA el aniquilamiento de los terroristas? No fue el
gobierno militar, la guerra comenzó antes. Y mezclar el proceso militar con la
guerra es parte del “relato antojadizo, falaz y mendaz” que nos quieren hacer
creer, especialmente a los jóvenes.
Ciertamente los errores merecen ser
considerados para no repetirlos y ser mejores y más eficientes, como soldados,
en las próximas contiendas. Y seguramente se cometieron también delitos, pero
que debieron (y en varios casos lo fueron) ser juzgados oportunamente, pero no
vulnerando las leyes y con testigos y pruebas falsas, como se hace desde la
“década ganada”. A cuarenta años y prevaricando, la majestad de la justicia no
es tal: es venganza, es odio y es negocio, que envenenan el alma de la
República.
La guerra se ganó en el terreno de
las armas, y fue lo más importante, ya que evitó la instauración de un régimen
marxista que hubiera exterminado a la República y los derechos de sus
ciudadanos, comenzando por los básicos, como son el derecho a la vida, el
derecho a la libertad y el derecho a la propiedad privada, entre
otros.
Refiriéndose a esto, meses atrás en un programa de TV, un prestigioso
periodista, escritor e historiador sostuvo, palabras más, palabras menos:
"Es cierto que, en el combate contra el terrorismo, las FFAA
cometieron errores y abusos pero, más allá de ellos, debo decirles ¡¡¡MUCHAS
GRACIAS!!!".
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