En verdad hay cosas que son inexplicables, pero lo que me
ocurrió en lunes 28 de octubre a las 18,24 hs; va desde lo insólito
a lo bochornoso. A esa hora, con mi esposa convaleciente de una
operación quirúrgica y con la necesidad de tomar un medicamento a las 18,30 hs,
decidimos hacerlo tomando un té en Martínez, el Resto-Bar de Olavarría esquina
San Lorenzo. Después de dar una vuelta a la manzana para conseguir un lugar
para estacionar, encontramos que había un lugar “bastante justo” para nuestro
pequeño automóvil Ford K antiguo, entre la entrada de un garaje y otro automóvil,
frente al Nº 3229 de la calle Olavarría e iniciamos la maniobra de
estacionamiento.
Es decir, parar paralelo al auto que se encontraba estacionado
y comenzar a retroceder para estacionar en el lugar elegido. Al mismo tiempo,
me percato que el automóvil que se encontraba estacionado frente a la casa
propiamente dicha, se encuentra dispuesto a abandonar el lugar, por lo tanto
demoro unos segundos para darle lugar a salir y no entorpecer la maniobra que debía efectuar a tal efecto.
Mi sorpresa y la de mi esposa, fue que en ese preciso
momento aparecieron dos agentes de tránsito en sendas motocicletas y me
cruzaron una delante y otra detrás de mi automóvil. Uno de los agentes se
acerca a mi ventanilla y me solicita la documentación del vehículo. Es así que
le entrego la cédula verde y me dice que
no, sólo mi licencia de conducir. La toma, la mira y me dice que su compañero
me va a hacer una notificación por
“ESTACIONAR EN DOBLE FILA”. Un
absurdo y falacia total, puesto que en
los más de 50 años que conduzco, jamás me ocurrió algo similar y tampoco he
escuchado semejante barbaridad, por parte de un servidor municipal.
Al encontrarme muy junto al automóvil estacionado (para
retroceder y estacionar) y con las dos motos coartándome la libertad de poder
avanzar o retroceder, no pude descender de mi automóvil y cuando estaba
“convenciendo” a mi esposa que hiciera un esfuerzo y descendiera para poder
bajarme por el lado de ella, se acerca uno de los “agentes de tránsito” con la
pretensión que le firmara una “supuesta”
infracción. Por supuesto que me negué rotundamente he intercambiamos unos
cuantos gritos.
Los mismos, alertaron a varios transeúntes y muy especialmente
a los parroquianos que se encontraban en la vereda del Café Martínez, como así
también de locales comerciales de ese tramo de la cuadra. Ante esta situación
los dos “agentes de tránsito”, optaron por emprender la retirada, mascullando
bronca. Por supuesto, yo culminé mi tarea de estacionar y tomé fotos con mi
celular, del lugar en el cual ocurrió este “descabellado incidente” que
avergüenza a marplatenses y lógicamente a turistas. Un absurdo incomprensible…
¿O con otras intenciones?
Francisco José Viotti
DNI 4.520.511
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