martes, 15 de octubre de 2013

“¿POR QUÉ NO TE CALLAS?”








15 de Octubre del año 2013 - 1198

 INTRODUCCIÓN: Recibí del lector Alejandro Butler una amistosa carta de reproche por mi artículo 1197 y por el tono en general de “ La botella al mar”, cuyo resumen podría ser la frase famosa que uso como título. Como es un comentario que he recibido de otros, creí que era bueno publicar su carta y mi respuesta. 

Cosme Beccar Varela 

11 - 10 - 13 

Cosme: 

Nro. 1197. "En pos de un sinceramiento". 

Que no recibas comentarios a tus artículos no significa que no haya comentarios para hacer. 

Ocurre que las preguntas que hay que hacerse son otras y en tal sentido pregunto: vale la pena hacer esos comentarios cuando quien los escribe maltrata a sus lectores con descalificaciones y presunciones de toda laya, tales como leer " La Nación " o tener un apellido ilustre o conocido o ser militar o clérigo o nacionalista o intelectual o escritor o periodista o simplemente usuario del intelecto o "pituco" o lector de " La botella al mar o ser “viejo” (mayor de 60 años) o joven? 

Y la respuesta - que al menos yo me doy y la comunico - es que no vale la pena hacer ningún comentario, porque un artículo en esas condiciones revela que quien lo escribe está más que enojado y tan enojado que llega punto de escupir al cielo, al despotricar contra todos y contra todo. 

Pero, como vos no sos esa persona y quiero creer que no has perdido tu sentido de justicia, sí me permito ahora hacerte este comentario: 

Si estás enojado no escribas. Nadie te obliga. Si no podes canalizar tus desacuerdos u opiniones de una manera que no implique descalificar al lector, no lo hagas. Te desmerece y hace perder al artículo su carácter docente y a las opiniones allí vertidas, su seriedad. 

Para tu registro, mi desacuerdo es visceral con la indecencia, la corrupción y la ineptitud. Mi impotencia es contra este régimen que nos tiene atrapado y sin salida de estos vicios de indecencia, corrupción e ineptitud, y el problema que hay es que la salida que nos da el art. 36 de la C.N. no puede instrumentarse si no es a través de una reacción ciudadana y patriótica masiva y hoy tengo la duda que exista esa mayoría ya que esos vicios la han infestado hasta los tuétanos. 

Habrá que rezar con más devoción y seguir sembrando y predicando como hormigas, leyendo La Nación y La Botella al Mar y en nuestra condición de viejos o jóvenes. 

Que Ntro. Señor, Ntra. Señora y San Luis te bendigan. 

De un lector que te aprecia. 

Alejandro T. Butler 


CONTESTACIÓN 

15/10/2013 

Estimado Alejandro: 

Agradezco tu carta del 11 de este mes en la cual expresas lo que otros dos lectores de " La botella al mar" me han dicho, uno verbalmente y el otro por carta que contestaré por separado. La objeción es qué escribo artículos en los cuales "maltrato" a los lectores, quienes, por supuesto, no tienen interés en escribir a una persona que los maltrata. Según dices, nadie me obliga a escribir esos artículos. Supongo que eso quiere decir que o escribo sin reprochar la incuria de esta sociedad que creo entregada a la tiranía o si no se me ocurre otra cosa, mejor que no escriba nada.

"Maltratar" es hacer daño, según el diccionario. Ahora bien, no creo que interpelar, increpar a una sociedad que no está actuando como debe en defensa de la Justicia en un momento crucial de nuestra historia, no es "maltratarla". Al revés, es hacerle un favor. 

"Quien ama la corrección, ama la ciencia: más el que aborrece las reprensiones es un insensato" (Prov. 12,1) y "quien aborrece la corrección, perecerá" (Prov. 15,10) Y San Pablo le ordena a su discípulo Tito: "Incrépalos con dureza..." (Tit. 1,13). 

En el Evangelio que se lee en la misa de hoy (15/10/2013) dice lo siguiente: "Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa; y entrando en ella Jesús púsose a la mesa. Entonces el fariseo, discurriendo consigo mismo, comenzó a decir: ¿por qué no se ha lavado antes de comer? Más el Señor le dijo: Vosotros los fariseos, tenéis cuidado en limpiar el exterior de las copas y de los platos; pero el interior de vuestro corazón está lleno de rapiña y de maldad. ¡Oh necios! ¿No sabéis que quien hizo lo de afuera hizo asimismo lo de adentro?" (S. Lucas, 11, 37 - 41) 

Alguien se extrañará de que Nuestro Señor, como invitado, en vez de dejar pasar ese pensamiento de su anfitrión, lo increpara tan duramente. Sin embargo, lo hizo. Luego, estaba bien que lo hiciera porque todo lo que Él hacía estaba bien. 

"Christianus alter Chirstus", dice un antiguo lema. Salvando las infinitas distancias que van del Divino Redentor a nuestra pobre humanidad, debemos, sin embargo, imitarlo. 

Si estamos viendo que la Argentina está camino del comunismo y tanto que en estos momentos, como lo mostré en el nro. 1196 de " La botella al mar", estamos bajo un gobierno de facto en manos de un comunista maoista como es Zannini y que la oposición es casi toda de izquierda o de un centrismo oportunista e inmoral, sin que los "buenos patriotas" se molesten en luchar contra ese gravísimo peligro para las almas, los cuerpos y los bienes, no sólo de esta generación sino de las venideras, ¿qué otra cosa cabe que increparlos para ver si reaccionan, como dice el libro de los Proverbios? 

Tu carta es una increpación a mí dirigida y te la agradezco, pero es injusta. Porque has distorsionado mis palabras. No es verdad que mi artículo 1197 contiene "descalificaciones y presunciones de toda laya, tales como leer " La Nación " o tener un apellido ilustre o conocido o ser militar o clérigo o nacionalista o intelectual o escritor o periodista o simplemente usuario del intelecto o "pituco" o lector de " La botella al mar o ser “viejo” (mayor de 60 años) o joven?" 

No censuro el leer " La Nación " (yo también la leo) sino el guiarse por ella como si dijera toda la verdad y nada más que la verdad. Tampoco he "descalificado" a quienes tienen "un apellido ilustre o conocido o ser militar o clérigo o nacionalista o intelectual o escritor o periodista o simplemente usuario del intelecto o "pituco" o lector de " La botella al mar o ser “viejo” (mayor de 60 años) o joven" por ser eso, sino por no poner esas calidades al servicio del bien común de la Patria luchando contra la tiranía, en defensa de la Justicia. 

Me dirás que esa crítica es injusta y falsa. Ojalá fuera así, me retractaría de inmediato. Sin embargo, te confieso que no conozco a nadie de esas clases que actúe con energía, inteligencia y generosidad en la forma debida. Hay algunos que hacen algo pero ni cerca de lo que sería necesario en una situación tan grave. 

Me dirás que ellos piensan lo mismo de mí. Y tendrían razón. Estoy seguro de que no hago lo suficiente y parecería, por tu carta, que lo poco que hago es contraproducente. Me gustaría que alguien me enseñara qué debo hacer. Debo decirte que, lamentablemente, con críticas como la de tu carta no lo aprendo porque creo que estás equivocado, como acabo de explicarte. 

Es claro que esa es mi opinión y lo malo de las opiniones es que pueden estar erradas ya que no están basadas en una ciencia de lo absoluto. Pero las opiniones valen más o menos según su fundamento, primero en las enseñanzas de la Fe y de la filosofía y luego en la observación de la actualidad, en la Historia , en la psicología y en la experiencia. 

Si una opinión contradice alguno de esos fundamentos, podemos tener casi la certeza de que está equivocada. La mentablemente, tu carta incurre en esa contradicción,  empezando por la tergiversación del propio artículo 1197 que quieres atacar. Luego no me es útil como sin duda ha sido tu intención fraterna. 

Toda mi vida he deseado tener un maestro que me enseñe a pensar. Gracias a Dios existe la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana cuya doctrina es un faro de la Verdad. Pero hay que conocerla y también saber muchas otras cosas que un "autodidacta" no puede aprender. Lo tuve pero murió hace muchos años. Ahora estoy obligado a pensar en base a lo que aprendí, siempre con el temor de errar mientras el error nos rodea por todas partes, aún dentro de la misma Iglesia.   

Sin embargo, las cosas que son evidentes, hay que sostenerlas con firmeza. Fingir que uno no está seguro de algo que es obvio, para agradar a una sociedad corrompida que no aguanta que se le digan las cosas como son, sería una cobardía. 

El artículo 1197 de " La botella al mar", en su casi totalidad es eso, aunque reconozco que hay alguna generalización en algún punto en que debería haber sido más matizado. Por ejemplo, es una generalización excesiva decir que "los nacionalistas que se dicen irreprochables viven en extasiada contemplación de su ombligo". Lo lamento y retracto la frase sin dejar de pensar que los nacionalistas católicos podrían hacer mucho más de lo que hacen y mucho mejor. 

En fin, te agradezco tu buena intención, tu consejo de rezar más y te aseguro que yo también te aprecio como un buen amigo 

Cordialmente 

Cosme Beccar Varela 

La presente nota del Dr. Cosme Beccar Varela es publicada en La Misère Porc, por gentileza de su autor.

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