JORGE LANATA
Agrandar la grieta
Los únicos argumentos K frente a los delitos probados son intentar demostrar que los otros sin iguales. El poder como guarida y una división que no se cierra sin Justicia.
Diputados kirchneristas en una marcha en 2017 frente a la cárcel de Marcos Paz donde estaban presos Amado Boudou y Julio de Vido, entre otros ex funcionarios.
Fiel a su costumbre de que lo que no se nombra no sucede, el kirchnerismo sigue en silencio respecto de cualquiera de los delitos de los que fue protagonista. Aún en medio de la lenta y venal máquina de la justicia hay hoy 28 empresarios y ex funcionarios de Cristina en las cárceles de Ezeiza y Marcos Paz. Son, para los K, “presos políticos”, perseguidos por su pensamiento sobre el rol del Estado, la Patria Latinoamericana y las asignaciones por hijo. Están encarcelados por su lucha social.
El problema son las propiedades, los barcos, los aviones, las cuentas en efectivo, las cajas de seguridad, los bolsos en el convento, las empresas, la evasión y las joyas. Nadie entra en detalles y la única estrategia K fue darse un baño de agua cívica y buenos modales para entrar a los comicios con el animo conciliador de cerrar la grieta.
Da toda la sensación de que, si ganaran, los huéspedes de Ezeiza y Marcos Paz serían liberados de inmediato. Pero no lo dicen. El peronismo tiene una larga tradición en amnistías. Cerrar la grieta sin castigo sería suicida y la mejor garantía de que todo volvería a pasar, pero bajo una lente de realidad aumentada.
En el fondo piensan que los compañeros caídos en desgracia no hicieron mal en robar, sino en haber sido descubiertos. “Aquél la hizo bien”, se dice cuando no quedaron huellas. “Este es un traidor”, se califica a los arrepentidos. Nada indica que, de volver al gobierno, la lógica de Néstor de robar para la política vaya a ser modificada. La sostienen desde los setenta, cuando robaban con armas y han pasado ahora a robar con lapiceras.
A nivel personal han empeorado: antes “combatían” en la clandestinidad y ahora exponen a sus hijos en los directorios. Mantienen, también, las mismas estrategias de ataque: creen que acusar a otro de lo mismo los vuelve inocentes a ellos. Si Stornelli coimeo, los cuadernos se disuelven. En este maratón de negaciones algunos de los candidatos más importantes esperan aún que se defina su situación judicial en varias causas. Podrían estar detenidos a la hora del comicio, pero ni siquiera mencionan el punto.
Los únicos argumentos K frente a los delitos probados son Panamá Papers, Calcaterra, Quintana, Correo. Los repiten como una letanía. Demostrar que los otros son iguales. El poder, así, se transforma en una guarida. Cerrar la grieta sin justicia es de la frivolidad de un productor de TV que lleva a su panel uno a favor y otro en contra. Desencantados con Macri y temerosos del kirchnerismo pensamos que nos merecemos poco; no nos importa que todo quede impune si las tarifas pueden bajar de nuevo.
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