lunes, 25 de febrero de 2019

Fin del socialismo



Venezuela: el fin del socialismo del siglo XXI


Por José A. Friedl Zapata



El fin de una era


Se han utilizado ríos de tinta tratando de describir la actual tragedia política-social venezolana, a la que ha sumido al país, durante ya casi 20 años, una camarilla asesina de narcotraficantes con la benevolencia, silencio y muchas veces complicidad de muchos de los gobernantes de nuestro continente, también de los EE.UU, de Europa, de varios organismos internacionales, que han hecho poco o nada para evitar este previsible holocausto del sufrido pueblo venezolano, sin hablar de la vergonzosa actitud del Papa Francisco. Finalmente la mayoría de nuestros líderes políticos han reaccionado y han comprendido que es imposible seguir buscando el diálogo civilizado con esta satrapía que no reconoce los mas fundamentales derechos humanos universales y lo único que busca es ganar tiempo para permanecer en el poder.


El importante apoyo que le están brindando actualmente la nueva administración norteamericana bajo Donald Trump y su excelente equipo de asesores, junto a la decisiva actitud de la nueva OEA, dan esperanzas a que se pueda considerar que la dramática situación venezolana llegue finalmente a buen puerto. Esta lucha frontal de la Casa Blanca no sólo se dirige a la situación en Venezuela, porque, como lo expresara uno de los más importantes asesores gubernamentales, John Bolton, “ya no se trata sólo de democratizar Venezuela sino también a la llamada ‘troika de la tiranía’ del continente, que incluye la Cuba "castro comunista" y la dictadura cruel de Daniel Ortega en Nicaragua”. Bolton define claramente la nueva estrategia de la Casa Blanca cuando dice “la época de la ‘appeasement-policy’ frente a dictadores y déspotas que se encuentran cerca de nuestras costas ha terminado”.


En contraste es más que vergonzosa la actitud del Papa Francisco y su “neutralida positiva” frente al éxodo masivo de la hambreada población venezolana, en su gran mayoría católicos practicantes. En su reciente viaje a Panamá para celebrar la llamada Jornada Mundial de la Juventud, se negó nuevamente a hablar de Venezuela, lo que causó una gran decepción y un fuerte cuestionamiento a su figura, llevando a que un grupo de veinte ex presidentes latinoamericanos le escribieran un mensaje expresando sus críticas por su increíble actitud. Bergoglio, durante su estadía en Panamá, encontró sí el tiempo para redactar un documento para anular el matrimonio de la vieja actriz italiana Gina Lollobrigida. ¡Cuánta frivolidad y cobardía!

Vergonzosa también la ambigüedad y los intentos hipócritas de insistir en buscar aún algún tipo de diálogo con el sátrapa venezolano por parte de la ministra de Relaciones Exteriores de la Comunidad Europea, Federica Mogherini, que simplemente prolongarían el calvario que sufre el pueblo venezolano. Esta burócrata de origen italiano pertenece a la ultra izquierda caviar europea. Es una persona muy rica que encima recibe un salario mensual de 25,845 euros por mes mientras que un ciudadano común italiano tiene que arreglárselas, él y su familia, con tan solo 1.500 euros al mes.. Mogherini defiende los intereses de las elites globalistas del especulador George Soros y busca solamente mantener su estatus no importándole de prologar la miseria del pueblo venezolano. ¡Cuánta hipocresía a nivel europeo que encuentra ahora a un continente en pie de guerra, justamente contra este tipo de burócratas! Los chalecos amarillos ganan cada vez más las calles en señal de una rebelión profunda.

Lo importante en estos momentos es considerar cómo llegó y se desarrolló este aberrante Socialismo del siglo XXI, esta nueva versión, surgida en nuestro continente, del fracasado socialismo mundial, que hace aguas por todos los lados y que ha llevado a la pauperización y destrucción de numerosos países y es lo que estuvo en el fondo de la hecatombe venezolana. Bien lo formuló años atrás la renombrada filósofa y escritora norteamericana, nacida en Rusia, Ayn Rand, pilar de la filosofía objetivista, que es la base del movimiento libertario internacional y cuya obra más influyente fue la ficción “La rebelión de Atlas”: “No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio”. Y esto es justamente lo que ha sucedido en Venezuela.

Bajo el socialismo del siglo XXI de Chávez-Maduro, se perdió en el país el incentivo de crear nuevas empresas, nuevos puestos de trabajo. Los funcionarios públicos de la nueva rica boliburguesía se dedicaron a expropiar, corromper, robar y dejaron caer la producción y los ciudadanos de una nación rica pasaron a vivir en forma paupérrima, a sufrir hambre y a huir del país en forma masiva.

La versión venezolana del socialismo del siglo XXI, que vemos hoy en día dar sus últimos estertores, tiene nombres y apellidos. Por un lado el sociólogo argentino nazi, fascista, montonero , marxista, peronista, anti-semita , Norberto Cerésole, fallecido en el año 1993, y por el otro lado al también sociólogo y politólogo alemán-mexicano, profesor desde hace años de la UNAM, Heinz Dieterich, un fanático, prepotente e engreído marxista-leninista, que aún hoy en día encuentra, lamentablemente, eco en la prensa de la extrema izquierda internacional , definiéndose a sí mismo como el “Che Guevara alemán”. En los medios académicos de Alemania nadie lo conoce, y debe su fama solamente por haber asesorado a Hugo Chávez y haberle convencido de su nefasta idea de un nuevo socialismo latinoamericano.

Hugo Chávez y Norberto Cerésole cultivaron una estrecha amistad, siendo el argentino uno de sus primeros asesores políticos. En una entrevista Cerésole confiesa que Chávez, al comienzo de su carrera, adoptó el modelo político que él mismo había diseñado en la década de los 60 para los países latinoamericanos. “Es como un novelista que inventa un personaje y luego se lo encuentra por la calle”. Norberto Cerésole estudió en Alemania, Italia y Francia sociología y ciencias políticas. Figura controversial, contradictoria y extremista, que negó siempre la existencia del holocausto. Asesoró al gobierno militar de Juan Alvarado en Perú entre los años 1969 – 1974, producto de un golpe militar. Luego pasó a España a ser portavoz del exilado Juan Perón. Regresa a Buenos Aires donde se incorpora al grupo guerrillero ERP. Luego viene su acercamiento a la entonces Unión Soviética, llegando a ser miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, especializado en América Latina. Se relacionará con Salvador Allende y presta servicios al jefe de la inteligencia cubana, Manuel Piñeiro. En el año 1987, de nuevo en la Argentina, asesoraría a los Carapintada de Aldo Rico. En los últimos años de su vida se convierte en el mentor ideológico de Hugo Chávez y se acerca al gobierno Iraní y al grupo Hezbollah, estableciendo nexos estrechos con la Venezuela de Chávez. Un año antes de su muerte, asesora la candidatura a la presidencia del peronista Rodríguez Sáa.

Cerésole ha escrito infinidad de libros, entre ellos “Caudillo, Ejército, Pueblo: la Venezuela del Comandante Chávez”, obra que caló hondo en los estratos militares nacionalistas latino-americanos. La admiración de Cerésole por Chávez surgió a raíz del frustrado golpe que éste último encabezó contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en el año 1992. En los años 1994 y 1995 Chávez visitó, por lo menos dos veces, la Argentina para encontrarse con su amigo y recorrer el territorio en su compañía. Años más tarde, en Venezuela recorrieron juntos en coche casi todos los rincones del país, haciendo proselitismo político. La influencia de Cerésole en los primeros años del Chavismo han sido muy importantes y algunos rasgos se mantienen aún hoy en día. Con su presencia como asesor político y con sus escritos lo convenció de construir un partido cívico-militar para “pulverizar a los partidos políticos existentes”. Su concepto de una simbiosis de caudillo – ejercito - pueblo caló hondo en la ideología chavista. Finalmente, presionado por el ala marxista del régimen chavista, se ve obligado a dejar el país y Chávez decide sustituir a su amigo y gurú por otro fanático, éste de rasgos mucho menos brillantes, pero no menos peligrosos e influyentes, Heinz Dieterich, un sociólogo alemán que treinta años atrás encontró un nicho marxista en la universidad mexicana UNAM, desde donde propaga sus desaforadas teorías, charlatanerías y pronósticos políticos a futuro que nunca se cumplen. Eso sí, logró convencer a Chávez de aplicar su trasnochado “Socialismo del siglo XXI“. La idea era hacer una revolución radical, incendiar el continente a través de las urnas contando con el dinero del petróleo venezolano. El resultado, en pocos años, fue la eliminación de la clase dominante empresarial, hostil a su proyecto, que se marchó del país, llevando consigo millones y millones de dólares, radicándose en tierras seguras como EE.UU, principalmente Miami, o en países europeos. Luego fueron confiscados poco a poco empresas y medios de comunicación, surgieron grupos paramilitares, conocidos como “colectivos bolivarianos”, para hostigar a la oposición de manera violenta, y desapareció todo vestigio de libertad. Surgiría entonces otra clase dominante, menos productiva, menos preparada, muy corrupta, con muchos narcotraficantes dentro y fuera del alto mando militar. Todo esto como resultado del nefasto “Socialismo del siglo XXI”. Es decir, como en Cuba, la única igualdad visible actualmente en Venezuela, es la igualdad en la miseria, con una pequeña elite privilegiada de matones narcotraficantes, que criminalmente desconoce la espantosa crisis sanitaria que atraviesa el país, y agreguemos todavía la terrible crisis que enfrenta el país en cuanto a la situación de los derechos humanos.

En estos días, ojalá le esté llegando el tiro de gracia a este vergonzoso “Socialismo del Siglo XXI”. El puntapié inicial lo dio un valiente grupo de expertos de la OEA, que ya el 30 de mayo del 2018 determinó que el gobierno de maduro cometió “crímenes de lesa humanidad”. Un documento de 400 páginas de ese grupo registra, ya en aquel entonces, denuncias de 8000 homicidios, 12000 personas detenidas arbitrariamente en los últimos dos años, 289 acusaciones constatadas de torturas y 192 casos de violencias sexuales contra hombres y mujeres, que llegaron en muchos casos a sufrir descargas eléctricas en sus genitales. Este terrible panorama se ha agravado en los últimos meses, con asesinatos a opositores, la mayoría jóvenes, a plena luz del día.

El mundo ha visto claramente el brutal tipo de sistema que rige en Venezuela y ha dicho "¡Basta Ya!" En estos días esperemos estar presenciando la caída de este régimen podrido; quedará entonces al descubierto quiénes y qué organizaciones se han mantenido ajenas a este holocausto del pueblo venezolano y quiénes y qué organizaciones tendrán que rendir cuentas en un futuro próximo por su criminal indiferencia.

Momentos difíciles, dramáticos está viviendo Venezuela en estos días. Es de desear que bien pronto y sin más derramamiento de sangre logre finalmente liberarse de esa tiranía, de esa pesadilla llamada “Socialismo del Siglo XXI”, encarnada por el sátrapa asesino Maduro, porque como bien decía el Quijote: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar. Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida".


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