27 Febrero 2016
Nacido en Cosquín, provincia de Córdoba, el
30/11/1954, el General que quería ser Perón, llegó a Jefe de Estado Mayor del
Ejército de la mano de Cristina Fernández, a pesar del CELS, y su mención en el
Nunca Más de La Rioja y a pesar del soldado Ledo y su familia.
Periodismo y Punto publicó hace un par de meses una nota que
menciona la desaparición de las camionetas del ejército equipadas para
asalto y comunicaciones, de las que nada se supo, ni se sabe, hasta ahora. Los
equipos "extraviados" de Milani, su tormentoso pasado y la vigencia del hombre
que nunca se fue.
El mundo de los espías es oscuro, como oscura es
la figura de Milani, que no sólo carga en su curriculum la sospecha de delitos
de lesa humanidad, sin que esto le moviera un pelo a los organismos de Derechos
Humanos, sino su enriquecimiento ilícito y la colocación de todos sus hijos en
empleos estatales. Sigue con poder, primera prueba de ello es que asistió, ya
con el nuevo gobierno, a la asunción del nuevo Jefe de Estado Mayor del
Ejército, a pura sonrisa y abrazo, como si no hubiese sido un duro hueso de
roer, mientras duro su mandato, para todos los militares presentes.
Dos nuevas historias suman oscuridad al pasado y
presente del ex - Jefe del Ejército. Desde este portal, pudimos acceder a una
fuente, que utiliza el pseudónimo de "señorita Cluney" por seguridad, que
asombra por las precisiones y detalles sobre las camionetas de César Milani.
Todo comenzó con la creación de la red #Ciberdefensa, que se diseñó en 2008,
momento desde el cuál, el ministerio comenzó a disponer de una partida de fondos
de carácter secreto. El militar en quién más confió Cristina llegó a disponer de
esa partida que ascendió a más de quince millones de pesos por año. De esas
partidas, no se guardan comprobantes, sino que se hacían actas de incineración
de la documentación, que se quemaban al final de cada ejercicio.
Según nuestra fuente el conocido Proyecto X mutó
a un estado superior, el proyecto #CiberDefensa. Se ubicaba en el séptimo piso
del Edificio Libertador y desde allí planificaban todas las operaciones de
inteligencia, sobre todo, las del arco opositor. En recursos humanos, Milani
empleó, llamativamente, a sus compañeros del Colegio Militar, promoción 106, y
en #Ciberdefensa incorporó mas de cien agentes de inteligencia entre 2012 y
2013. En ese periodo adquirió motos todo terreno, botes inflables, GPS, cámaras
fotográficas digitales con potentes zoom y equipos de escuchas con scanners
incorporados para VHS. También compró sistemas de computación con capacidad para
hackear información de equipos personales, redes institucionales, empresas y
servidores.
Los vehículos. Se sumaron las
seis Hilux, mencionadas desaparecidas en la nota citada anteriormente, equipadas
con la más alta tecnología de intercepción de comunicaciones, y sistemas de
video de visión nocturna como los usados en Irak y Afganistán, por Estados
Unidos.
Estos vehículos, únicos en el país, equipados
bajo licencia internacional INTEL, para poder ingresar a Argentina debieron
contar con la autorización directa del departamento de Defensa de los Estados
Unidos. Su costo de equipamiento, según nuestra fuente, son seis millones de
dólares cada una. La flota de Toyotas espías ha desaparecido. En las
oficinas de Inteligencia del Ejército no hay rastros del paradero de los
vehículos ni su documentación. El General K tendría en la calle desde
hace años su flota de camionetas espiando opositores de todos los sectores, en
abierta violación a las leyes de Seguridad Interior, Defensa e Inteligencia.
La fuente agrega que algunas están ploteadas con
publicidad o nombres de empresas de tecnología. Lo que hace que el aparato de
inteligencia más moderno y sofisticado que posee el país esté fuera del control
del gobierno. También afirma que las camionetas no aparecerían en ninguna
dependencia militar porque formarían parte de ARSAT satelital, que dependía de
Julio De Vido, y esta habría sido una pantalla, para no poder detectar con
facilidad su accionar en la órbita del Ministerio de Defensa de Agustín Rossi.
“Las Hilux nos vigilan y siguen fuera del control del estado nacional”
concluye la fuente consultada.
El otro punto que oscurece aún más la figura del
ex - General de CFK es llegar a saber cuál había sido su destino durante la
guerra de Malvinas en 1982 cuando era Teniente Primero y ya se dedicaba a la
inteligencia. Según su propia cuñada, Clara Waite, durante la guerra y desde
antes de ella, estuvo destinado en comisión especial en la base Naval de Puerto
Belgrano, donde funcionaban dos centros clandestinos de detención. En la Sexta
Batería de la base de Infantería de Marina, ubicada a 20 km de la Base, funcionó
uno de esos centros de detención, que operó de forma coordinada con Puerto
Belgrano. Algunos de los detenidos provenían de los centros clandestinos de la
Base Naval Mar del Plata y de la Escuela de Mecánica de la Armada, ESMA. Según
un ex miembro de la armada, Milani era del entorno ligado del Tigre Acosta, o
Jorge Eduardo Acosta, ex Capitán de Fragata, jefe del grupo de tareas 3.2.2 de
la ESMA.
La fuente consultada, dice que le constan
comisiones conjuntas en esa base, agregando que hubo detenidos hasta pasado
julio de 1982.
Alicia Panero
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