(SEGUNDA EDICIÓN POR CULPA DE LOS HACKERS KKs)
30 marzo, 2014,15:30
En la última semana, el gobierno
avanzó en tres frentes: la reducción de subsidios, una nueva emisión de
deuda pública en pesos y una revisión metodológica de las cuentas
nacionales que, con una brusca corrección en las estimaciones oficiales
de crecimiento, evita el pago del cupón PIB en diciembre de este año.
Las iniciativas se encuentran en línea con el nuevo sesgo de la política
económica oficial y apuntan a moderar el déficit fiscal, la emisión
monetaria y la pérdida de reservas internacionales, aunque sin
solucionar los problemas de fondo y con la cuota de discrecionalidad ya
característica del oficialismo.
Según
lo informado ayer, la reducción en los subsidios será del 20% y
alcanzará a los usuarios residenciales y comerciales, llevándose a cabo
de manera escalonada en abril, junio y agosto. Esto provocaría que los
usuarios afectados paguen en promedio entre un 100% y 406% más por los
servicios. La quita no afectará a los usuarios más carenciados, a las
industrias y a quienes logren ahorrar un 20% interanual de su consumo.
Esta reducción del 20% de los subsidios al consumo de gas y agua se suma al aumento de colectivos de enero y muestra que el gobierno aspira, como máximo, a disminuir 1 de los 5 puntos del PIB que hasta el año pasado gastaba en este frente, cifra equivalente al rojo fiscal bien medido y a la asistencia del BCRA al Tesoro, responsable última de la inflación. En este sentido, si bien la medida ayuda a reducir los recursos destinados a los subsidios, está lejos de solucionar el problema, sobre todo en un año en el que la devaluación impacta de lleno en la cuenta a pagar por la importación de energía, financiada desde las arcas estatales (de hecho, según las propias estimaciones oficiales, el recorte de subsidios permitiría ahorrar entre $5.000 y $10.000 millones anuales, cifra que resulta extremadamente baja en comparación con los $135.000 millones destinados a estos fines en 2013, previo a la devaluación de enero).
Otros aspectos a considerar incluyen el timing de la medida que, dado su impacto en las familias de ingresos medios/bajos, será un elemento más a colarse en las duras discusiones salariales en curso. Paralelamente, el oficialismo sigue concentrando la discusión en esta materia en el cortísimo plazo, sin plantear una verdadera hoja de ruta para la normalización de las tarifas y la calidad en la provisión de los servicios públicos, pese a haber transcurrido ya más de una década del abandono de la Convertibilidad, agenda que definitivamente quedara para la administración que lo suceda en 2015.
En materia de financiamiento, el Tesoro retornó al mercado financiero local como emisor de deuda, colocando ayer el primer tramo del Bonar 2017, con el que espera recaudar $10.000 millones. Esta medida apunta a moderar la asistencia financiera que viene otorgando el BCRA al Tesoro, justamente en un trimestre en el cual se descuenta que la autoridad monetaria deberá de por sí emitir una gran cantidad de pesos para comprar los dólares provenientes de las exportaciones de soja y reforzar así las reservas internacionales. Contrariamente a lo que sucede con los subsidios, donde el ajuste es gradual y parcial, en este caso el monto de la emisión de deuda pública resulta mayor al esperado, habida cuenta que hasta la semana pasada se hablaba de un plan de colocación de deuda en el mercado local de entre $5.000 y $8.000 millones.
En lo que respecta al no pago del Cupón PIB, se trata de un evento que se encontraba dentro de los escenarios posibles, al informarse en esta oportunidad un número más cercano al verdadero crecimiento. En el día de ayer, el INDEC dio a conocer la nueva metodología de cálculo del PIB, incluyendo al 2004 como el nuevo año base (el anterior era 1993). Las nuevas cifras oficiales señalaron un incremento de la actividad del 3% para el año 2013, que se encuentra en línea con las estimaciones privadas compiladas por el PIB Congreso (2,9%) y por debajo del 3,3% que gatillaba el pago contingente de deuda. El nuevo PIB admite que la economía se expandió a un ritmo inferior al que se desprendía de los datos oficiales con los que se contaba hasta el momento (4,9%), sorprendiendo al mercado, que vio como se derrumbaban los precios de los cupones cerca de un 50%.
Si
bien esta corrección de casi 2 puntos en la estimación de crecimiento
permite evitar el innecesario pago de USD3.500 millones (de los cuales
USD2.800 millones correspondían a moneda extranjera), la Argentina sigue
deteriorando su reputación como deudor, dando cuentas que continúa
modificando unilateralmente las estadísticas oficiales en función de sus
necesidades económicas o electorales. Por otro lado, la clave es que no
se utilicen las reservas que se tenían computadas en el Fondo del
Desendeudamiento para el pago del cupón en gastos de capital, tal como
lo permite el Presupuesto Nacional 2014. Si bien su utilización para
fines alternativos dependerá de cómo evolucionen las reservas
internacionales, hoy no parece ser éste un escenario muy probable.
OSCAR HÉCTOR ALVA
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