martes, 17 de septiembre de 2013

Dinero por kilo







Por  |  Para LA NACION

 
La importación de papel moneda llegó a 1.511.211 kilos en 2012, con un aumento de 177 % sobre las cifras de 2011. Cada vez necesitamos más kilos de dinero para poder efectuar nuestras transacciones monetarias. No en vano nuestra moneda se llama "peso".

La causa básica de esta aceleración es la inflación ya que es 10 veces mayor a la internacional. La nuestra es 25% anual y la internacional es 2,5% anual o aún menos. Por eso los argentinos necesitamos enormes cantidades de billetes para pagar en efectivo aunque más no sea para los gastos sencillos de cada día. Como no se ha querido emitir el billete de 500 o el de 1000 pesos, tenemos que manejarnos con el de 100 pesos que es el de máxima denominación circulando. Para darnos una idea de lo insuficiente que es este billete recordemos que equivale a unos 11 dólares.

¿Por qué no se emiten billetes de mayor valor? 

¿Por qué no se emiten billetes de mayor valor? Si bien no se conocen las razones de esta decisión, algunos trascendidos indican que es para evitar que se acelere el gasto familiar, pues se usaría más rápido el billete de 100, al reconocerse oficialmente su depreciado valor. "Hoy algo se cuida el de 100", señalaría este razonamiento. Esa mayor rapidez en su uso aceleraría aún más la inflación. No es muy firme esta hipótesis, ya que la inflación responde básicamente a otras causas.

Observemos la evolución de la importación de papel moneda, que nos da una idea de la velocidad con que se mueve este proceso:



La causa última de esta gran expansión de los medios de pago es el creciente déficit fiscal. La Carta Orgánica del Banco Central, definida desde1989, le ponía límites a esa financiación monetaria del déficit fiscal. Como se requería más dinero que el permitido por la norma legal, dicha Carta fue cambiada por ley hace poco. Ahora ya no es prioridad del Banco Central mantener estable el valor del dinero, se puede emitir mucho más sin las limitaciones institucionales que regían para ordenar la vida monetaria del país. Aquellas instituciones permitían libertad para la emisión monetaria dentro de determinados carriles, pero castigaban lógicamente los excesos.

¿Qué se requiere hoy? Para solucionar el problema de la gran cantidad de billetes que hay que usar, aun para pagos corrientes como pueden ser las compras diarias, lo que también dan al consumidor una imagen vívida de la inflación, es mejor emitir billetes de 500 y 1000 pesos. Esto permitiría un manejo más lógico del dinero. Por esta razón en todos los países hay billetes de distinta denominación que se adaptan a los pagos y vueltos de distinto valor. La denominación más alta requerida es por lo menos del equivalente de 100 dólares. Hoy sería de unos 1000 pesos en nuestro caso.

La denominación más alta requerida es por lo menos del equivalente de 100 dólares. 
Hoy sería de unos 1000 pesos en nuestro caso

Para solucionar el problema de la inflación hay que achicar lo más posible el déficit fiscal. Lo ideal es no tener déficit, como en los cuatro primeros años de Néstor Kirchner. En realidad en esos años había superávit fiscal. Este último tiene la ventaja de ser consistente con un tipo de cambio real alto, hoy también perdido.

Mientras no se logre el equilibrio del presupuesto y se siga emitiendo sin mayor control y al mismo tiempo no se actualicen a un valor lógico las denominaciones máximas de nuestro signo monetario, vamos a tener que andar con carretillas para llevar el efectivo y hasta puede resultar práctico, en algún caso, pesar el dinero en lugar de contarlo.

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