AYER RECIBIÓ UNA PLACA CONMEMORATIVA EN LA FRAGATA LIBERTAD
En el día de ayer, en el marco del recibimiento de la Fragata
Libertad a la Argentina, la Presidenta de
la
Nación recibió de
sus subordinados una placa conmemorativa que
decía:
"El comandante de la Fragata
A.R .A. Libertad
Capitán de Navío Pablo Lucio Salonio y su tripulación a la señora Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas de la República
Argentina Doctora Doña Cristina Fernández de Kirchner con motivo de su gestión
por la
Defensa de
la
Soberanía y
la Dignidad
Argentinas luego de la artera detención en el puerto de
Tema - (República de
Ghana) Mar del Plata, enero de
2013"
Sin embargo, el artículo
42 de la ley 25.188 —Ley de Ética en el Ejercicio de
la
Función Pública— establece que
la publicidad de los “actos de gobierno”, entre otras actividades estatales,
“deberá tener carácter educativo, informativo o de orientación social, no
pudiendo constar en ella nombres, símbolos o imágenes que supongan promoción
personal de las autoridades o funcionarios públicos”.
En este contexto, la
placa conmemorativa con que la tripulación de la
Fragata
Libertad rindió honores a
Cristina durante la celebración con que el Estado publicitó las gestiones
realizadas para traer de regreso a la nave insignia, vulneró la denominada Ley
de Ética Pública.
En efecto, las normas
vigentes persiguen que los actos del gobierno no se personalicen, que desde
el Estado se evite la promoción de sus funcionarios para satisfacción de su
imagen pública. Por el contrario, lo que debe publicitarse son solamente los
actos de gobierno, requisito indispensable para la participación ciudadana en el
marco de una república democrática. Participación que se vulneró, por ejemplo,
con la expulsión de ambientalistas que sólo quisieron desplegar una pancarta
dirigida al Gobernador Scioli. O cuando se interrumpió el avance de un grupo de
“caceroleros” hacia el acto.
La Presidenta de
la
Nación , autocondecorada, ya que
quienes le rindieron honores eran sus subordinados, debiera recordar algunos
aspectos del histórico decreto de supresión de honores inspirado por Mariano
Moreno, prócer que integra la lista de aceptados por el discurso oficial:
“Se prohíbe todo brindis,
viva, o aclamación pública en favor de individuos particulares de
la Junta.
Si éstos son
justos, vivirán en el corazón de sus conciudadanos: ellos no aprecian bocas, que
han sido profanadas con elogios de los tiranos. No se podrá brindar sino por la
patria, por sus derechos, por la gloria de nuestras armas, y por objetos
generales concernientes á la pública felicidad. No debiendo confundirse nuestra
milicia nacional con la milicia mercenaria de los tiranos, se prohíbe que ningún
centinela impida la libre entrada en toda función y concurrencia pública á los
ciudadanos decentes, que la pretendan. El oficial que quebrante esta regla será
depuesto de su empleo”.
Una proclama algo alejada
de la actual realidad, pero que podría ser tenida en cuenta
Jose Lucas Magioncalda
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