Por Enrique Guillermo Avogadro
“¿Cómo habían podido llegar al punto de que el fundamento de la democracia se viese amenazado por un sistema judicial deficitario?” Henning Mankell
Más allá de confirmar que, como había supuesto, el Ministro de Economía,
con su “índice de precios al consumidor nacional urbano”, lo único que ha hecho
es un nuevo dibujo de menores dimensiones respecto al que nos había acostumbradoPatotín hasta su viaje a Roma, lo cierto es
que, en sólo tres meses, Bambino Kiciloff
ha escamoteado casi tres puntos porcentuales de inflación; si sigue así,
llegaremos a fin de año con 12% debajo de la alfombra. Nótese que ese
ocultamiento, por sí solo, duplica o, en muchos casos, triplica la inflación
anual de nuestros vecinos.
Como en el FMI nadie se chupa el dedo, difícil resultará llegar a un
acuerdo que, a su vez, permita cerrar un trato con el Club de Paris, con vistas
a volver a los mercados voluntarios de crédito, y la temperatura de la crisis
volverá a crecer a partir de julio de este año, cuando los dólares de la soja
hayan desaparecido. En este sentido, resultará útil escuchar qué dijeron el
martes, cuando los invité al programa semanal que conduzco por www.canaltlv1.com, Susana Merlo, ex Subsecretaria de
Alimentos y ex Directora de Canal Rural, y Agustín Monteverde, economista, para
hablar de la realidad del campo y de la soja, el estado de las finanzas
públicas y escuchar sus previsiones; puede verse la entrevista haciendo click
en https://www.youtube.com/watch?v=ri4OyiZpxXg.
El Gobierno coincide con el pronóstico de complicaciones graves para el
segundo semestre, a punto tal que sus primeras espadas en la Cámara de
Diputados (Kunkel y Di Tullio, entre otros) presentaron sólo ahora, cuando ha
perdido el control de la calle, un proyecto de ley que -¡oh, milagro!- pretende
regular la protesta social y, cuando ésta fuera “ilegítima”, sea disuelta por
la policía o, como será el caso, por la Gendarmería; debe ser preocupante
mirarse en el espejo anticipado de la Venezuela en ebullición.
Con ello y con el pase de gorra ante los organismos internacionales, el
mamarracho que constituyó el “modelo” ha perdido los últimos jirones de un
“relato” que se ha desflecado por completo pero que, durante diez años, le
permitió convencer a tantos y comprar a muchos, y hoy ha dejado en evidencia
qué fue en realidad: un obsceno sistema de acumulación de poder para robar
empresas y dinero público, aún a costa de la muerte y del hambre de miles de
argentinos.
Pero el objetivo de esta nota, y la razón de su título, es enunciar algunos
puntos básicos sobre los cuales todas las fuerzas no kirchneristas debieran
coincidir para transformarlas en políticas de estado –o sea, aquéllas que se
extienden más allá de varios períodos de gobierno, cualquiera sea el partido
gobernante-, firmando un pacto que permita resucitar a la Nación, que estará en
coma 4 cuando doña Cristina, por las buenas o por las malas, deba entregar la
banda y el bastón presidenciales a su sucesor.
Lo primero que nuestro país debe hacer es recuperar la confianza de propios
y extraños, muchos de ellos curtidos por tantas décadas de desaguisados, sobre
todo en la economía. Sin ella, nos resultará imposible obtener las inversiones
indispensables para desarrollar un potencial que, desde hace más de un siglo,
nunca se ha transformado en realidad. Los cientos de miles de millones de
dólares que los propios argentinos tienen en el exterior (o en los colchones),
por sí solos, bastarían pero, hasta que constaten que volver no significa
asumir riesgos que superen al propio negocio, seguirán siendo nada más que
cifras en un papel.
Tenemos una Constitución Nacional, o sea, un contrato social que hemos
firmado para convivir en comunidad; nunca la hemos respetado, como tampoco lo
hemos hecho con los códigos y demás leyes que reglamentan las obligaciones y
los derechos que ella nos impone y nos otorga. Mucho hemos hablado, todos, de la
libertad; sin embargo, ninguna sociedad es verdaderamente libre hasta que no se
transforma en esclava de la ley, y el ejemplo siempre debe provenir de la
cabeza, es decir, de quienes tienen a su cargo las mayores responsabilidades
del Estado, pero cada uno de nosotros tiene un papel a desempeñar y debemos
ajustar estrictamente nuestro proceder a ese texto.
Creo que todos coincidimos en que los principales temas a discutir hoy por
la ciudadanía, y por quienes pretendan representarla en los comicios, deben
ser: la inseguridad, el narcotráfico y el lavado de dinero, la salud y la
educación públicas en todos sus niveles, la colonización y el funcionamiento de
la justicia, la corrupción generalizada y su impunidad, el unitarismo fiscal de
un país teóricamente federal, la indefensión de la nación, la inexistencia de
leyes migratorias, el colapso de nuestra moneda, el gasto público y la
desaforada inflación, la desmesurada presión impositiva, la desintegración de
los organismos de control, las reelecciones indefinidas en ámbitos públicos, la
inexistencia de planificación en materia de infraestructura y el actual estado
de ésta, la recuperación el autoabastecimiento energético, la reinserción
social de los ni-ni, la informalidad laboral y las relaciones internacionales y
el papel geopolítico de la Argentina en el mundo.
Por mi parte, he formulado algunas propuestas concretas, que pueden verse
clickando enhttp://egavogadro.blogspot.com.ar/2012/02/la-argentina-que-quiero.html.
Sin embargo, hasta ahora no he escuchado a ninguno de los partidos políticos
expresar claramente qué piensan hacer respecto a cada uno de esos temas
fundamentales; en algunos casos, pocos, los precandidatos en danza se oponen a
medidas concretas del Gobierno y, aunque reconozco que esa actitud ha sido
esencial para impedir nuevos avances del kirchnerismo sobre la república, no
han dejado de constituir hechos aislados.
Es indispensable que los ciudadanos exijamos que se pongan de acuerdo (como
empezará a hacerlo UNEN el martes) en la forma de encarar a lo largo de mucho
tiempo cada drama de los enumerados, lo firmen todas las fuerzas democráticas y
las expliquen públicamente. Sólo así dejaremos de elegir nuevos mesías, a
quienes entregamos la suma del poder, y después nos lamentamos al descubrir
que, una vez más, se nos ha engañado y se nos ha hundido aún más en la ciénaga
inmunda en que nos debatimos hace décadas.
El mundo nos sigue dando oportunidades que no merecemos, y debemos rogar
que se nos permita, al menos, alcanzar el último coche del tren del progreso.
Si lo perdemos, si las desperdiciamos, la Argentina dejará de ser un país
viable y habrá muerto, como nación soberana, en el fondo de cenizas del baúl de
la historia de la humanidad.
Sin una justicia independiente, seria y rápida nada podrá ser posible pero,
con ella, todo lo será, porque habrá recuperado su rol de último custodio e
intérprete de la Constitución, y podrá obligar a su estricto cumplimiento,
tanto por parte de las autoridades cuanto de los ciudadanos de a pie. Hoy, aunque
no los utiliza, la Corte Suprema dispone de remedios para hacer cumplir sus
fallos al Poder Ejecutivo; sin embargo, cuando hoy es desobedecida y se limita
a lamentarse como si fuera un mero testigo, o cuando se transformó en un
instrumento indispensable para ejecutar la falsa política de derechos humanos
de los Kirchner, tolerando y respaldando tantos simulacros de juicios, degrada
su función legal y denigra a sus integrantes, por muchos lauros académicos y
conductas republicanas exhiban en sus antecedentes personales. El próximo martes, a las 20:30 hs., siempre por www.canaltlv1.com, el invitado será
el Dr. Alejandro Fargosi, representante de los abogados en el Consejo de la
Magistratura, con
quien conversaré sobre estos temas y, en especial, sobre el presente de ese
órgano del Poder Judicial.
Espero que, en esta Pascua de
Resurrección –y en este Pésaj- a los argentinos se nos conceda la gracia de
vislumbrar, al menos, el final de un camino de decadencia y desintegración como
sociedad, que iniciamos hace muchas décadas, para poder reinsertarnos entre las
comunidades civilizadas del mundo y, sobre todo, para ofrecer a nuestros hijos
y nietos un país digno, libre, democrático, justo y republicano, capaz de verse
Nación.
Enrique Guillermo
Avogadro
Bs.As., 20 Abr 14
La presente nota del Dr. Enrique Guillermo Avogadro es publicada en La Misère Porc, por gentileza de su autor.
Enrique Guillermo Avogadro
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