20/04/2014|
11:34
por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter:@santosjorgeh
La vorágine de los hechos, que ciertos o no, desfilan como cortinas de
humo que impiden dimensionar los costosos años por vivir para salir de
las crisis que dejará el kirchernismo, forman parte de esta nota.
Dimensionar el futuro es complejo por su contenido, pero mucho más
porque son muchos los engaños de un gobierno que siempre miró el pasado,
para generar su propia y falaz historia de éxitos.
Cristina Fernández de Kirchner durante una de sus cadenas nacionales inexplicables.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). ¿Cómo se explica que después de la década de los mayores ingresos habidos en la historia de la nación:
Las reservas del Banco Central estén exhaustas,
El peso carezca de valor,
La infraestructura esté más obsoleta que antes,
Se haya perdido el autoabastecimiento de petróleo y gas,
La red de energía eléctrica viva al borde del colapso,
No haya radicación de capitales extranjeros y los locales hayan huído,
La inflación vuele,
La recesión da su primeros pero resonantes pasos,
Las suspensiones y despidos se empiecen a sumar,
La pobreza e indigencia alcance a más del 30% de la población,
Las villas se hayan multiplicado,
Se esté en medio de un fuerte ajuste ortodoxo,
Se busque desesperadamente volver a endeudar al país,
Exista una presión tributaria como nunca antes,
El déficit de las cuentas públicas se convierta en intolerable,
Las provincias presenten un inmenso ahogo financiero,
El empleo en negro sea altísimo,
Muchas actividades estén paralizadas por cierre de importaciones,
Exista cepo cambiario… ?
Esa es la gran pregunta: ¿Cómo se explica semejante despropósito?; si, además, para
las autoridades nacionales todo anda bien, los años transcurridos han
sido los ganados y de lo poco malo que para ellas existen la culpa
siempre es de las malditas coporaciones que quieren desestalizar a un
gobierno probo.
El famoso relato ocultó para muchos y deja traslucir para la miope
mayoría restante que la ficción fue tan solo una cruel mentira.
¿Qué pasó entonces?
Los argentinos -sin distingo- han asistido a una estafa inaudita. El país está quebrado, guste reconocerlo o no.
El gobierno kirchnerista/peronista ha fracasado
estrepitosamente aplicando una política populista de dilapidación de
recursos, falta de capacidad, deshonestidad inconmensurable (sin
justicia, que al menos hasta ahora o quizás nunca, encarcele a los que
han robado buena parte de los dineros de todos para enriquecimiento
personal) más una repetición de viejas prácticas buscando la perpetuidad
en el poder que termina, como siempre, en un nueva compleja crisis
económico-financiera que deben soportar y pagar la mayoría de la
población, como es habitual.
El telón de esta obra maestra del terror se está cerrando con una
sociedad que no alcanza a salir de la anestesia que la ha adormecido más
de la cuenta para no poder reaccionar frente a este nuevo piso de un
pozo -cada vez más profundo- en que va cayendo, año tras año.
El gobierno de Cristina Fernández viuda de Kirchner, no se siente
responsable de nada; siéndolo de todo. Semejante hipocresía roza con un
sonoro cachetazo al sentido común.
La impunidad es tan grande que aún en medio de una danza de temas
de corrupción muy superiores nuevos casos aparecen desfilando en la
pasarela de la dignidad pisoteada, como antifaz perdido en pleno
carnaval:
> Rudy Ulloa, el ex chofer de Néstor Kirchner, adquirió
una nueva millonaria chacra con lo que acumula cuatro casas en Río
Gallegos. En una excelente demostración de su habilidad para
invertir, la propiedad (con pileta climatizada, cancha de fútbol y
microcine) que la compró en US$ 500 mil hoy vale US$ 2.000.000.
Ulloa, un simple conductor del auto o de los autos del
desaparecido Néstor Kirchner, se hizo multimillonario en la década
perdida por casi todos, pero ganada por él.
Entre 2009-2013 figuró entre los 20 más beneficiados en la
distribución de pauta publicitaria oficial, vale decir que compró con el
dinero de todos los argentinos, bienes personales.
> Carlos Liuzzi, el número dos del poderoso y bien
cercano a la presidente de todos y todas, Carlos Zannini , volvió a ser
investigado por enriquecimiento ilícito después de haber
quedado envuelto en el escándalo de la financiera Propyme. La denuncia
del abogado Ricardo Monner Sans establece que el patrimonio de Liuzzi se
"incrementó 38 veces" desde su ingreso a la función pública, en 2003.
Otro más que puede como pocos decir que la famosa “década fue ganada”
para él.
> La Fundación Madres de Plaza de Mayo , investigada por
supuesto desvío de fondos públicos destinados a la construcción de
viviendas sociales (Sueños Comparitdos), libró cheques por $ 221.600 a
Propyme , la mutual de crédito allanada por policías que
supuestamente pidieron coimas en nombre del juez Norberto Oyarbide para
cancelar ese procedimiento.
Tan sólo 3 escasos ejemplos se agregan a una larga y extensa lista,
que dan cuenta -en parte- dónde fueron a parar los ingresos
extraordinarios del balance general que detenta un voluminoso patrimonio
neto negativo de un país desvalijado.
Sin embargo, el mayor robo no cuantificable, pero que
llevará décadas poder reponerse de él, es la ruina social que ha
provacado el último gobierno justicialista, el llamado kirchnerismo.
La sociedad está destruida y enfrentada.
Sus valores de convivencia esenciales han sido triturados.
La moral, la ética han sido pasadas por el devorador de papeles.
El valor del trabajo sufrió la burla del valor de la viveza, del
robo, del hacer rico en breve tiempo, del vivir del Estado sin
compensación alguna.
El valor de la vida humana entre la corrupción y la inseguridad sufrió un proceso igual que la moneda.
Los muertos de hoy carecen de derechos humanos.
La confianza se ha perdido en todas las instituciones de la República vapuleada.
La justicia no existe.
El Congreso es una farsa.
La presidente desconoce hasta la propia Constitución Nacional.
El narcotráfico se apoderó de las entrañas del poder.
Los posibles reemplazantes de Cristina Kirchner en las
filas de su movimiento o partido prometen más de lo mismo; formando o
habiendo formado parte de este lamentable ciclo.
La “República perdida” aquel documental cinematográfico que en sus
dos versiones revisa la historia Argentina entre el golpemilitar de
1930 y el de 1976, y entre el régimen militar, desde 1976 hasta 1982;
que fue un verdadero suceso de público en su tiempo; deja la puerta
abierta para una tercera etapa de renovado éxito de taquilla y de
horroso futuro para una gran proporción de los 40 millones de
argentinos.
Aún faltan muchos días más de este tiempo con final pero muy
dilatado en el tiempo, que agregarán más y altos costos a los que habrá
que hacerles frente.
La decadencia argentina no encuentra respiro alguno y salir de ella será una tarea titánica, dolorosa y conflictiva.
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