Entre los muchos desaciertos que acumuló el gobierno en las últimas
semanas, las decisiones de elevar el mínimo no imponible del impuesto a
las ganancias de los trabajadores y de firmar del acuerdo entre YPF y
Chevron para explotar Vaca Muerta fueron, pese a las cláusulas secretas
de este último, decisiones racionales de las que le faltan al gobierno.
Pero ayer su naturaleza se impuso y Cristina volvió al desequilibrio
emocional que la caracteriza: sostuvo que los medios de comunicación son
poderosos y disparan balas de tinta contra la democracia y el modelo.
Todo un reconocimiento de que la cadena del multimedios oficialista le
sirve de poco y nada porque casi nadie cree en sus difamaciones y menos
aún en sus elogios al gobierno. El nuevo ataque de furia presidencial se
debe fundamentalmente a la certidumbre de que el fallo de la Corte
Suprema sobre la ley de medios confirmará el de la Cámara Civil y
Comercial Federal que favoreció al grupo Clarín. Un punto de la
sentencia negativo para el multimedios fue el que ratificó la vigencia
del articulo 161 de la ley de medios audiovisuales, que lo obliga a
desinvertir. La probable solución que encontraría la Corte sería otorgar
un plazo para la desinversión hasta el 2016, ya con el próximo
gobierno.
Cadena de errores
No sólo fracasó entonces el 7D del 2012. O sea, la fecha proclamada oficialmente como el comienzo compulsivo de la desinversión. También va quedando en claro que la postergación de las definiciones sólo favorecieron a Clarín, que hoy resurge más fuerte que antes de que empezaran los embates del gobierno. Los errores cometidos por CFK en este tema se fueron sumando. Si no le hubiera ordenado a Cristóbal López que comprara el multimedios de Daniel Hadad y lo echara a Marcelo Longobardi, éste no se hubiera ido a Radio Mitre, donde ya alcanza el 54% de la audiencia. Es probable también que Jorge Lanata, que le sigue en la programación de Mitre, no tendría hoy en Canal 13 un programa de investigación de la corrupción si la Casa Rosada no le hubiera declarado la guerra frontal a Clarín.
Tal vez el mayor éxito de Lanata haya sido
profundizar en la relación entre la corrupción estructural y el
deterioro económico que ya tiene síntomas de gravedad. En otro orden de
cosas, también en el frente externo los errores presidenciales son
mayúsculos: su anuncio de que intentará cambiar el lugar de pago de los
bonistas que entraron al canje podría determinar que el juez Thomas
Griesa levante el stay que la Cámara de Apelaciones del Segundo
Circuito de Nueva York le dio al gobierno hasta que la Corte Suprema
decida si acepta o no el caso argentino. Con la justicia americana, para
CFK vale el dicho que “el pez por la boca muere”. Ella agravió al juez y
la cámara y retó a la Suprema Corte de los EEUU. Ahora habla de
desobedecer al tribunal, cuya decisión podría generar un default como en
el 2001.
Asimismo, Guillermo Moreno entró en acción apretando cambistas
y cuevas para bajar momentáneamente el precio del dólar blue.
Axel Kicillof aportó lo suyo diciendo que LAN recurrió a la justicia por
un “hangarcito”. Esto indica que el desequilibrio psicológico alcanza
también a los principales ejecutores de política económica y le puede
restar al gobierno más votos para el 27 de octubre.
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