junio 6, 2013
By Guillermo Cherashny
Redacción de La Misère Porc: VER EL EXCELENTE COMENTARIO AL PIE DE LA PRESENTE, QUE DEJA BIEN EN CLARO LA CATADURA DE SERGIO MASSA & CIA.
Hasta anteayer crecía la impresión de que se concretaría el lanzamiento de Sergio Massa como cabeza de la lista para diputados nacionales del Frente Renovador bonaerense y que lo haría sin Mauricio Macri y Francisco de Narváez, quienes se ofrecieron como aliados. Pero el intendente de Tigre no se considera ni oficialista ni opositor e intenta la difícil tarea de ponerse en el medio entre el fanatismo del gobierno y el odio opositor.
Sin definirse sobre la corrupción, la inflación y la mayor parte de los temas centrales de la agenda pública, mantiene un alto nivel de popularidad y mucha intención de voto, que hoy por hoy lo convertiría en el más votado en las primarias del 11 de agosto en Buenos Aires. Claro está que, si decide salir a la cancha, se vería obligado a opinar sobre temas críticos y las definiciones pueden hacerle perder parte de los votos que su ambigüedad le hizo ganar. En otras palabras, si es candidato no podrá dejar de posicionarse ante CFK, ni ante la posibilidad de una reforma constitucional.
En principio, tiene la enorme ventaja de ser una cara nueva que combate en forma moderna a la inseguridad. Una incógnita importante es qué medidas del kirchnerismo reivindicará Massa. Se supone que alabará la estatización de las AFJP y de YPF, la asignación universal por hijo, el crecimiento de la economía, el aumento del salario real y del empleo, todo esto cuando el modelo económico está agotado. Más difícil todavía será para él hablar sobre la “guerra mediática” entre el cristinismo y el grupo Clarín. Cuando era jefe de gabinete todavía no se había iniciado esa contienda y siempre mantuvo excelentes relaciones con Héctor Magnetto.
Indicios insuficientes
Otros indicios de la estrategia de Massa serían los ofrecimientos para que integren la lista de diputados realizados a José Ignacio de Mendiguren y al embajador en Chile, Ginés González García. Ambos son pro-modelo pero desde una posición crítica. Sería difícil, en cambio, que Massa diga que el gobierno de Néstor Kirchner fue mucho mejor que el actual de Cristina Fernández. Es que, cuatro años atrás, como reveló Wikileaks, en una reunión con diplomáticos, calificó al ex presidente fallecido como psicópata, lo que motivó el resentimiento permanente de la presidente.También hay que dilucidar si él mismo encabezará la lista del Frente Renovador o armará una lista con su esposa Malena Galmarini. Ayer se produjeron dos señales que desalientan el paso al frente de Massa. Se trata de las declaraciones de los intendentes Joaquín de la Torre y Gabriel Katopodis (San Miguel y San Martín), que dijeron que le conviene esperar hasta el 2015.
Si bien es cierto que los argentinos somos, a diferencia de los animales y de normales seres humanos de otras latitudes, los que acostumbramos a chocar más de una vez con la misma piedra, hoy -por todos los medios posibles- deberíamos resaltar los antecedentes de estos dos “indefinidos”; me refiero a Daniel Scioli y a Sergio Massa. Ya nos tragamos un contáiner de sapos con el matrimonio Kirchner. La ignorancia sobre sus tenebrosos y nefastos antecedentes como gobernantes en Santa Cruz, justificarían el error del voto para los que vivimos en otras latitudes, aunque sí deberían haberlos conocido y ponderados Eduardo Duhalde y los demás políticos del Partido Justicialista que lo impusieron. No podremos justificar ahora equivocarnos con dos políticos que tenemos cerca y conocemos muy bien. Me refiero al señor Scioli, polifacético político consuetudinario, y al señor Sergio Massa.
La pésima situación de la provincia de Buenos Aires, en todos sus aspectos, me relevan de opinar sobre el señor Scioli. En cambio, del señor Massa, joven de reconocida inteligencia e indisimuladas ambiciones políticas, cabe hacer un comentario. Cuando la inteligencia de los funcionarios se aplica para bien de los ciudadanos, bienvenida sea, pero cuando tiene otras finalidades, esa cualidad se transforma en la primera acepción del término “taimado”. Vale recordar, para los que no lo saben, que en su paso por la Anses, administrativamente realizó una muy buena gestión, al igual que la sigue empleando en su actual función de intendente de Tigre.
Pero en lo efectivo, para los jubilados, significó ser el máximo responsable del más grande perjuicio ocasionado a aquellos trabajadores que cumplieron con sus obligaciones en materia de aportes durante toda su vida laboral; para los trabajadores que, por capacidad profesional o mayor dedicación, percibían remuneraciones acordes con esa distinción; para los que reiteradamente optaron por permanecer en el régimen de capitalización previsional,al ser el inspirador de la abolición de dicho sistema, a pesar de que más de 10 millones de afiliados habían optado por tercera vez a permanecer en dicho régimen; por haber consentido el veto de la ley del 82% móvil consagrada por la Constitución Nacional; y, si como todo eso fuera poco, por haber sido quién nos legó a Amado Boudou como Ministro de Economía y Vicepresidente de la Nación y a Diego Bossio como titular en la Anses, ambos hechos de inmensa gravedad ya no sólo para los jubilados, sino para todos los que vivimos en la Argentina
La pésima situación de la provincia de Buenos Aires, en todos sus aspectos, me relevan de opinar sobre el señor Scioli. En cambio, del señor Massa, joven de reconocida inteligencia e indisimuladas ambiciones políticas, cabe hacer un comentario. Cuando la inteligencia de los funcionarios se aplica para bien de los ciudadanos, bienvenida sea, pero cuando tiene otras finalidades, esa cualidad se transforma en la primera acepción del término “taimado”. Vale recordar, para los que no lo saben, que en su paso por la Anses, administrativamente realizó una muy buena gestión, al igual que la sigue empleando en su actual función de intendente de Tigre.
Pero en lo efectivo, para los jubilados, significó ser el máximo responsable del más grande perjuicio ocasionado a aquellos trabajadores que cumplieron con sus obligaciones en materia de aportes durante toda su vida laboral; para los trabajadores que, por capacidad profesional o mayor dedicación, percibían remuneraciones acordes con esa distinción; para los que reiteradamente optaron por permanecer en el régimen de capitalización previsional,al ser el inspirador de la abolición de dicho sistema, a pesar de que más de 10 millones de afiliados habían optado por tercera vez a permanecer en dicho régimen; por haber consentido el veto de la ley del 82% móvil consagrada por la Constitución Nacional; y, si como todo eso fuera poco, por haber sido quién nos legó a Amado Boudou como Ministro de Economía y Vicepresidente de la Nación y a Diego Bossio como titular en la Anses, ambos hechos de inmensa gravedad ya no sólo para los jubilados, sino para todos los que vivimos en la Argentina
