domingo, 20 de octubre de 2019

El día que el peronismo perdió la calle por la “Marcha del Millón”




20/10/2019



El día que el peronismo perdió la calle por la “Marcha del Millón”






Crónica desde la multitud


Por  Luis Gasulla



“SíSePuede”, “Argentina sin Cristina”, “Libertad, Libertad”, “Justicia, Justicia”, “Se da vuelta, Mauricio lo da vuelta”, “Un país sin chorros”
fueron los hits del 19O, una marcha por la 9 de Julio y las principales plazas del país y de varios países del mundo que, difícilmente, olvidaremos. Tampoco podrá hacerlo el peronismo/kirchnerismo.

Es innegable que estas plazas repletas de miles de argentinos rememoran lo que ocurrió entre noviembre del 2012 y el 2013 cuando cientos de ciudadanos hartos del kirchnerismo coparon el centro porteño y otras plazas del país. En aquella ocasión, no había líder. Sólo la figura de Elisa Carrió asomaba y del periodista Jorge Lanata. No había referentes. No tenía estructura ni organización. Eran miles que los unía el cansancio a una forma de hacer política y de pararse ante el mundo, la oposición y la vida en sí. Era una rebelión de los que deseaban otro país con otros valores. Cambiemos, a pesar de que sus principales referentes no participaban de esas manifestaciones, vino a llenar ese vacío.

El tiempo pasó, Cambiemos llegó al poder y, contradicción de Durán Barba, Marcos Peña o vaya a saber quién, el gobierno de Mauricio Macri descreyó de las manifestaciones populares. Se recostó en el círculo rojo, en la virtualidad y se olvidó de la calle. Ese terreno fue hostil para Macri durante 3 años con excepción de manifestaciones pidiendo justicia y que los corruptos vayan presos tal como pasó en abril del 2017 o a mediados del 2018. La calle fue el terreno preferido de los piqueteros, sindicatos, fanáticos de Cristina en Comodoro Py ¿recuerdan marzo del 2016? o el escrache al “Gato”.

El sentido común señalaba -muchas veces tomado, por los grandes medios, como si fuese la totalidad del sentir popular, que este era un gobierno antipopular y el “Mauricio Macri la puta que lo parió” se repitió en estadios, teatros, recitales, aulas de fútbol, reuniones de consorcio y en la TV Pública como el “hit del verano” con el eterno cocinero de los fondos nuestros. Y el gobierno ¿qué ofrecía? “Paciencia, paciencia, ya levantaremos cabeza” decía un dirigente muy cercano al Presidente a este cronista. Pero la economía no daba paz.

Llegó la bofetada de las PASO, la derrota estrepitosa con una fiscalización de brazos caídos y el círculo rojo se volvió Albertista, Cristina no aparecía y muchos funcionarios de Cambiemos, tampoco.


Pero fue el turno del pueblo no peronista. El resurgimiento de Macri lo encontró en la despreciada calle. La soberbia de haberle ganado a CFK en el 2017 y creer que ganarían por la presencia del CUCO, se apagó. Hoy fue la síntesis de una década de un pueblo no peronista que empezó a tomar la calle. Sin ensuciarla, respetándola, sin cagarle la vida a nadie, sin mediodías laborales, con conciencia de por qué se va, sin punteros ni migajas, con emoción y sueños. Macri les ofreció la esperanza de que se puede dar vuelta la historia. Le habló a esos 8 millones de personas que confían en los valores que Cambiemos representa. Macri es un tobogán a esa ilusión.

Si Macri no existiese, habría que inventar a alguien que ocupase ese lugar. Porque del otro lado, están los de casi siempre, los que hablan de los pobres pero son el partido conservador argentino, el de las corporaciones, el del pobrismo, el status quo, el del estatismo y los palos en la rueda. Una Argentina moderna quiere avanzar y otra, quedarse quieta en el mismo lugar de los últimos 70 años.

Hoy, la Argentina de las soluciones mágicas y los líderes mesiánicos, vio por televisión cómo perdía la calle nuevamente. Si la historia se da vuelta, Macri tendrá una tarea aún más difícil que la que no pudo concluir en su primer gobierno.

Si Alberto Fernández es elegido presidente, con la postal de hoy, sabrá que no todo es posible en la Argentina. Que hay una gran parte del país -la mitad- que cree en los valores republicanos, democráticos, la división de poderes, el periodismo y la libertad de expresión, el libre comercio, la propiedad privada, el respeto al otro y que siente un enorme deseo de convertir a la Argentina en una enorme clase media con sueños y proyectos. La moneda está en el aire… 

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