jueves, 18 de junio de 2015

HACE 60 AÑOS PERÓN QUEMÓ LAS IGLESIAS Y LOS PERONISTAS DE HOY SON CULPABLES POR SOLIDARIDAD



16 de Junio del año 2015 -1329

Hoy se cumplen 60 años del incendio ordenado por Perón de varias iglesias antiguas de Buenos Aires. Todos los peronistas de hoy que saben o deberían saber de este crimen cometido por el cínico dictador, y continúan diciéndose peronistas, son culpables por solidaridad política de aquel estrago cometido contra la Iglesia Católica.

Como ya lo he recordado en estas páginas, hasta los años 70 los franciscanos cuya iglesia fue una de las incendiadas, guardaban las imágenes decapitadas y semi-carbonizadas rescatadas de las ruinas, como una acusación permanente contra aquel acto de barbarie. Pero cuando volvió Perón en 1973, aquellas reliquias desaparecieron y no pude conseguir que alguno de los integrantes de la Orden me dijera adonde las habían llevado o si habían sido objeto de una segunda quemazón para encubrir al partido peronista que volvía a estar en el poder. Intenté pagarles por ellas, para reconstruir el museo de aquella infamia. Pero no hubo caso. Eso me hizo sospechar que, efectivamente, las habían eliminado impíamente.

Quedan algunos recuerdos fotográficos incluidos en un folleto titulado “El llanto de las ruinas”, que puedo mandar a quien me lo pida por e mail (ya que no los puedo incluir en este artículo).

Después de ese incendio, los días de Perón estaban contados. Perón cayó, sin que el pueblo argentino, que era más católico hace 60 años que ahora, lo defendiera, porque no pudo tolerar ese sacrilegio. No sólo fueron quemadas las iglesias y las imágenes sino que también fueron profanados los Sagrarios, los copones de oro robados por la plebe peronista disfrazada con las vestiduras sacras y bailando entre risotadas infernales sobre las hostias consagradas tiradas a la calle.

Fueron incendiadas las iglesias de Santo Domingo, San Francisco, San Ignacio, las Victorias, San Nicolás, La Piedad, la Curia metropolitana con todos los archivos desde la Colonia allí guardados y tal vez otra que no me acuerdo. Ninguna persona decente, aunque sea joven y no haya vivido en aquella época, puede tener simpatía ni votar por un partido cuyo fundador cometió semejante atentado contra Dios y contra la Iglesia. Ni siquiera inventando excusas como esa de que el “peronismo es la barrera contra el comunismo” o que “sin el peronismo el país es ingobernable”. Las dos excusas son falsas, pero aunque fueran verdaderas no excusan la adhesión a ese partido perverso.  Lo horrible del caso es que hasta el mismo Papa deja decir que él es peronista sin desmentirlo con indignación.

Las iglesias en llamas son un argumento perpetuo contra esas viles excusas. El peronismo es nefasto y es el culpable de la destrucción del país desde hace 70 años. Y ahora se ha convertido en el caballo de Troya del neo-comunismo que lo conduce desde las sombras hacia la construcción de un Estado marxista-leninista.

Desgraciadamente no hay un Lonardi a quien recurrir, ni hay FFAA que conserven la integridad de la Patria, ni la vigencia de la Constitución. Sólo hay unos burócratas armados que con tal de conservar sus cargos y sus emolumentos son capaces de vender la Patria sin dudarlo, como lo están haciendo.

Ni siquiera existe el mismo pueblo que había hace 70 años (el incendio fue 10 años después de la usurpación del poder por Perón). Es otro pueblo, corrompido, infame, inmoral, indiferente ante la injusticia, que deja morir en las cárceles a más de 1.500 secuestrados políticos y no derrama ni una lágrima por los 301 que ya murieron detrás de las rejas sin que se les haya probado delito alguno.

Este aniversario nefasto debería ser conmemorado por un gran acto de penitencia encabezado por los Obispos, porque todos somos culpables por nuestra falta de un repudio proporcionado a la enormidad del crimen. Pero los Obispos, una vez más, no han dicho ni una palabra. En cambio, el Cardenal Poli le mandó una carta de solidaridad al socialista ateo Fayt para defenderlo de los intentos de removerlo de la Corte Suprema por decrepitud (tiene 97 años, todos ellos pasados en su impenitente impiedad socialista). Nadie le exigía al Cardenal Poli hacer semejante cosa, y peor aún, invocando el nombre del Papa. Sin embargo, lo hizo. En cambio, este acto de reparación del incendio de las iglesias era una obligación grave delante de Dios y de la Historia. Y sin embargo, no lo hizo.

¿Cómo podemos esperar algún bien para este país descastado y despectivo de Dios si no somos capaces de repudiar el incendio de las iglesias hecho por Perón, peor aún, si seguimos aceptando ser gobernados por peronistas y nuestros Obispos no reparan esa atrocidad con algún acto colectivo de penitencia?  Ofendiendo a Dios como lo hacemos, estaremos siempre bajo la pata peronista-comunista hasta que nos caigamos a pedazos, como Cuba y Venezuela.

Cosme Beccar Varela 


El presente artículo del Dr. Cosme Beccar Varela, es publicado en La Misère Porc por gentileza de su autor.

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