jueves, 18 de junio de 2015

El factor Randazzo y un sombrío futuro





18/06/15 - 18:12hs



El tema excluyente, ayer, fue el impacto que tuvo la imposición de Cristina Kirchner a Daniel Scioli para que lleve a su mano derecha, Carlos “El Chino” Zannini, como compañero de fórmula. La movida generó un verdadero cimbronazo y tuvo como principal víctima a Florencio Randazzo, cuya precandidatura presidencial quedó herida de muerte y prácticamente no le queda otra alternativa que ir como candidato a gobernador.

A Randazzo,  finalmente se le desdibujó su habitual sonrisa y estalló de ira. Ocurre que el ministro de Transporte, que se había posicionado como el representante de la ortodoxia K, quedó totalmente fuera del juego de las primarias a nivel nacional y le ofrecieron, como premio consuelo, ser candidato a gobernador, en una fórmula integrada con el camporista Eduardo “Wado” de Pedro. El diario Hoy, en su edición del último sábado, había anticipado que en el laboratorio político de la Casa Rosada se estaba ensayando la posibilidad de hacerlo jugar al actual secretario general de la Presidencia en la Provincia. En ese sentido, además de sus problemas de tartamudez, De Pedro – que es oriundo de Mercedes- tiene otra particularidad: es considerado el camporista de mejor relación con Scioli.

Al aceptar bajar a la Provincia, Randazzo no sólo perdería una parte importante de su dignidad, al tener que ir en la lista con un candidato a presidente a quien él mismo defenestró hasta con temas personales, burlándose de su discapacidad y realizando ofensas a Karina Rabolini, la mujer de Scioli. También estaría aceptando, en caso de llegar a la gobernación bonaerense, el hecho de tener un comisario político puesto a dedo por la misma persona que lo denigró políticamente.

Randazzo ayer estuvo reunido con la presidenta Cristina Kirchner durante dos horas. Según pudo saber Hoy, los gritos que salían de la oficina se escuchaban varios metros a la redonda. Hasta hubo rumores de escenas de pugilato que tuvieron como protagonista al propio ministro y algunos colaboradores de la Presidenta. Entre otros factores, el hombre de Chivilcoy estaba visiblemente molesto debido a que se enteró de la candidatura Zannini –que llamativamente había sido el funcionario K que más alentó su precandidatura presidencial- a través de los medios.

Tras la reunión con la presidenta, Randazzo estuvo algunos minutos en su despacho y luego desapareció de la Casa Rosada. En un principio se habló que no solamente se bajaba de su precandidatura, sino que hasta estaba decidido a presentar su renuncia como ministro para dedicarse a administrar los gimnasios que tiene en La Plata. Luego, los ánimos se fueron apaciguando, pero no las presiones: desde distintos sectores del kirchnerismo habrían utilizando métodos poco convencionales para que el hombre de la eterna sonrisa finalmente no saque los pies del plato y cumpla las órdenes de CFK.

Llama poderosamente la atención que, cuando quedan menos de seis meses para que la presidencia de Cristina Kirchner sea historia, algunos de los principales actores de la política oficial aceptan mansamente las imposiciones de la primera mandataria, sabiendo incluso que los puede conducir al precipicio político.

Ayer, los mercados dieron una muestra que la fórmula Scioli-Zannini no cae para nada bien en el poder económico (ver página 5), donde se ve la posibilidad de que después del 10 de diciembre no haya un cambio real en la conducción del país. Y esto resulta muy peligroso teniendo en cuenta los problemas fiscales, inflacionarios y monetarios que se están acumulando y que podrían destapar la olla poco después de que CFK deje de ser presidenta.

 Quien asuma las riendas del país se encontrará con una situación extremadamente compleja que incluye un incremento del costo de vida que sigue por las nubes. A ello se le suma un retraso cambiario y serios problemas de competitividad que indefectiblemente conducirán a tener que devaluar la moneda, con todos los problemas que ello implica ya que significará hacer una fenomenal transferencia de recursos a sectores concentrados de la economía, alimentará aún más la inflación, consolidará la recesión y licuará aún más el ya vapuleado poder adquisitivo de la clase media y de los sectores populares.

Algunos sciolistas, consultados por Hoy, se autoconsolaban ayer diciendo que la inclusión de Zannini era el peor de los males, si se tiene en cuenta que sonaron los nombres de Máximo Kirchner y Axel Kicillof como posibles candidatos a vice. Pero lo que parece no darse cuenta es que Scioli, al aceptar la imposición de Cristina, sacrificó un importante capital político que se sustentaba en la creencia de que es un político abierto al diálogo, buscador de consensos, con un estilo diferente a CFK. En definitiva, lo que hoy parece ser un logro, como es ser el único candidato a presidente que presentará el oficialismo, podría terminar siendo un dolor de cabeza si las próximas elecciones se terminan polarizando y el gobernador bonaerense no alcanza la diferencia necesaria para evitar el balotaje.


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