Periodismo
by Guillermo Cherashny •
Dos años atrás, el ex funcionario y amigo de Néstor Kirchner le envió a la Casa Rosada varios mensajes acerca de que, si terminaba preso, daría a conocer la ruta del dinero del fallecido ex presidente o por lo menos de una parte importante de su inmensa fortuna. Es sabido que Jaime era compinche frecuente de las juergas de Kirchner cuando era gobernador de Santa Cruz. Conocería entonces múltiples secretos que le habría confiado el santacruceño desde entre 1991 y el 2010, cuando fue eyectado de su cargo por la presidente. También acumularía información sensible de varios negocios importantes de La Cámpora y el entorno presidencial.
Cirigliano, el otro capítulo
Hasta ahora, las veladas amenazas de Jaime le habrían dado resultado, porque a las numerosas causas que tiene abiertas ningún juez se atrevió a dictarle la prisión preventiva. Una versión indica que la presidente, enterada del peritaje de la Corte Suprema, habría decidido bajarle el pulgar a Jaime, porque evaluaría que su credibilidad es nula y que no podría afectar su imagen. No opinarían lo mismo algunos asesores de la presidente, que estarían muy preocupados por las consecuencias de que el ex funcionario se salga de control. Las amenazas de Sergio Schoklender no serían nada al lado de las acusaciones que podría hacer Jaime, aunque, claro está, terminaría también autoincriminándose.
Un cómplice suyo, el empresario del transporte y ex concesionario de TBA Claudio Cirigliano, estaría por pedir la convocatoria de acreedores debido a que la presidente le suspendió los subsidios a su principal empresa, Automotores Plaza, además de otras líneas de colectivos que todavía le pertenecen. Además, al caer en desgracia con el poder, perdió su trabajo como recaudador de todos los retornos de los subsidios estatales que pagaban los dueños de líneas de transporte, que ahora irían a parar a la Caja de La Cámpora. El fraude que estaría preparando Cirigliano con su concurso de acreedores contrasta con la solvencia que mostraría en la concesión que ganó para hacerse cargo del Metrobus de Lima, diseñado con una arquitectura supermoderna y cuya tarifa será de dos dólares, lo que permite altos márgenes de rentabilidad.
Este emprendimiento en Perú se habría financiado con el producto de los retornos que Cirigliano habría cobrado de los subsidios supuestamente destinados al mantenimiento de trenes y colectivos y subsidios y que se habría repartido a medias con Kirchner. Su hijo Máximo sería ahora un socio oculto del Metrobus de Lima y del servicio de transporte vip que los hermanos Cirigliano tienen en La Florida, al cual tampoco sería ajena la familia presidencial.
Pero Jaime atesora también una bomba muy especial: desde muchos años atrás se hizo cargo de la educación de un hijo natural de Néstor Kirchner y también conocería intimidades de Leonardo Fariña, esposo de la modelo Karina Jellinek. De éste se dijo que era hijo de Néstor y quedó a cargo de Lázaro Báez, el empresario más cercano al presidente fallecido. Báez manejaría una caja chica de 200 millones de euros en billetes de 500 euros que estarían escondidos en su mansión en Santa Cruz, con medidas de extrema seguridad. Este tema fue el centro de la denuncia de anoche de Jorge Lanata y el ex secretario de transportes sabría mucho de ese asunto.
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