sábado, 2 de mayo de 2020

CARTAS AL PAIS - JUBILADOS

Clarín



02/05/2020 



Cartas al país
“Hace más de un mes que no puedo abrazar a mis hijas”



A pesar de la cuarentena por el coronavirus el lector es optimista: “El 'Ya nunca me verás como me vieras' del tango se puede transformar en un: '¡Mirame, que acá estoy!'”, anticipa.




Vior




Cuando el 31 de diciembre de 2019 choqué mi copa para despedir el año y darle la bienvenida al venidero, nunca pensé que estaba dando la habilitación a mi fecha de vencimiento. No se me hubiese ocurrido que a los que transitamos el 70% del metro de vida nos iba a llegar el “¡No va más!” debido al coronavirus.

Y ahora, ya pasados los primeros meses de 2020, tenemos la llegada de un intruso letal, que nos dice: “¡Atención, aquí llegué para complicarles la existencia!”. Y vaya que lo está logrando. El mundo está en peligro de extinción si no se toman recaudos que hasta hace 90 días la población no imaginaba.

Los que estamos con más riesgo somos los que superamos los 65 años.

Y tenemos que estar a resguardo. No exponernos para evitar contagiar o ser contagiados. Aún extremando las medidas de higiene al máximo con desinfecciones, barbijos, guantes y encierro.

Muchos mayores de 65 años fuimos y somos privilegiados. Porque hasta hace muy poco disfrutamos de una vida plena y con pocas asignaturas pendientes.

Pero me duele la situación porque hace más de un mes que no puedo abrazar a mis hijas. No puedo tampoco visitarme con amigos. No me dejan transitar mis calles. Como escritor podría hacerlo, pero no tengo incentivo de proyectos ya que el futuro, tiene forma de interrogación.

Y estoy triste. Como jubilado el sistema nos tiene como residuales. Mi relación con creativos jóvenes y pujantes, dejándome acompañarlos escribiendo y proyectando, daba empuje a mi sangre. Y ya no será posible.

“Ya nunca me verás como vieras”, dice el tango. Y esta vez es verdad. Pero, quién te dice, si tal vez estas palabras algo apocalípticas, pero reales, son vencidas por los veteranos optimistas y el “Ya nunca me verás como me vieras” se transforma en un: “¡Mirame, que acá estoy!”.

Juan Vigna

vigna-15@outlook.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario