29/12/2013| 22:25
CRISTINA CON LO PEOR DE ALFONSÍN, MENEM Y DE LA RÚA
Demoledor Claudio Chiaruttini: "(...) en 2013 se acabaron las patas de
conejo, las pulseritas coloradas, las plantas de ruda macho, los
tréboles de 4 horas y los platos de ñoquis los 29. (...) Cristina
Fernández termina su 6to. año como Presidente de la Nación con lo peor
del alfonsinismo (cortes de luz e inflación creciente), con lo peor del
menemismo (pérdida del control de la suba del déficit fiscal, amenaza de
cuasimonedas y promesas de volver a endeudarse en el exterior) y con lo
peor del delarruísmo (fuga de divisas y cepo cambiario). 2014 será el
año del ajuste no querido, el “relato” quedará desnudo, el fracaso del
llamado “Modelo K” será evidente, las materias primas ya no serán el
motor que sostendrá el “milagro”, sólo pensar en las cuasimonedas hace
temblar a políticos, empleados públicos y proveedores del Estado
Nacional y de los subnacionales. Los peores recuerdos renacen a la luz
de las velas, mientras la gente mira aires acondicionados, televisores,
computadoras y heladeras, que compraron a crédito porque no confían en
tener pesos ahorrados, pero que no funcionan sin luz."
“Es un fin de
año caliente en los cuerpos pero también en los espíritus, y no será
fácil contentar a una población cuyas expectativas inflacionarias
superan largamente los cuarenta puntos y que evalúa muy negativamente el
devenir del país en 2013. Visto desde hoy, 2014 tiene altas
probabilidades de ser un año en el cual la ciudadanía exigirá soluciones
y se las pedirá en primer lugar a quienes gobiernan el país, pero
también a los gobernadores de las provincias.
Por supuesto mirará con
atención a la oposición, que tiene el desafío de proponer soluciones
creativas y realistas a los grandes temas pendientes: precios,
inseguridad, trabajo genuino, solución a los temas de infraestructura,
básicamente energía y transporte. No es poco para un gobierno al que
hasta las PASO 2015 le quedan 18 meses de ejercicio del Ejecutivo. En
síntesis, quizás el Mundial dé un respiro, pero creemos que hasta abril
será un año social y políticamente movido, y terminado el Mundial, la
mirada sobre los temas pendientes será aún más aguda que la actual. El
Gobierno, que intentó marcar agenda e iniciativa, se ha visto superado
por los acontecimientos, y la discusión sobre qué rescatar y qué cambiar
del modelo será extremadamente fuerte”.
Hugo Haime,
de la consultora de opinión pública Haime y Asociados,
por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Llegó el final del
peor año de gestión del kirchnerismo y un descalificable año político
de Cristina Fernández. Un 2013 donde sufrió la derrota electoral más
dura que enfrentó el oficialismo desde que llegó al poder el 25 de Mayo
de 2003 y la mayor fracaso político personal que sobrellevó la
Presidente de la Nación en casi 20 años en la función pública, por más
que los lenguaraces gubernamentales minimicen los números.
Cistina Fernández vive los efectos de los errores de
políticas públicas que cometieron su marido, y ella misma, en estos 10
años; son las consecuencias de una sobrecarga de ideologismo que ciega a
aquellos que creen que son los mejores. No es un fenómeno nuevo, miles
de veces leemos de casos iguales en los libros de historia, pero ahora
nos toca nosotros sufrir los efectos del narcisimo político de la
Presidente de la Nación.
Hubo de todo en 2013. Desde errores electorales que destrozaron los
planes reeleccionistas de Cristina Fernández hasta profundos yerros
políticos que han llevado al Gobierno a un aislamiento creciente.
Eventos sorpresa han causado crisis profundas en la imagen de la
Presidente de la Nación y la han colocado en el piso de sus seis años de
gestión. Al mismo tiempo se destinaron esfuerzos inmensos para alcanzar
objetivos para seducir a la militancia que desgastaron o rompieron las
relaciones de la Casa Rosada con algunos colectivos aliados para
asegurar un éxito en las urnas.
Pero lo notable es que, luego de muchos años de golpes de suerte que
permitieron a Néstor Kirchner quedarse con el control del peronismo,
construir un proyecto político inmenso, atomizar a la oposición, someter
a casi todas las corporaciones y soñar con 16 años consecutivos en la
Casa Rosada, en 2013 se acabaron las patas de conejo, las
pulseritas coloradas, las plantas de ruda, los tréboles de 4 horas y los
platos de ñoquis los 29.
Por ejemplo, 3 fueron los goles de suerte que tuvo el Gobierno en el año que se despide:
> el error político de Hugo Moyano de aliarse con Francisco de
Narváez, decisión que lo aisló de muchos de los gremios que lo habían
seguido fielmente fuera del kircherismo;
> el conjunto subdural que permitió a Cristina Fernández no
protagonizar la derrota electoral de Octubre y generar un efecto empatía
con la opinión pública, que le facilitó recuperar imagen perdida e
intención de voto y;
> el fallo de la Suprema Corte de Justicia por la Ley de Medios
Audiovisuales contra el Grupo Clarín que borró de un plumazo los
recuerdos del fracaso en las urnas, tanto en la militancia como en los
opositores; inyectó vitalidad en un oficialismo temeroso de protagonizar
su propio ocaso político y frenó el proceso de traición que había
surgido en las filas peronistas pro kirchneristas hacia el sciolismo y
el massismo.
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