Lunes 17 de agosto de 2015 | Publicado en
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Por Jorge Oviedo | LA NACION
Respecto de la economía, Cristina Kirchner y su ministro Axel Kicillof parecen haber imaginado un final de mandato como si se tratara de un partido de fútbol, en el que con un empate lastimoso la escuadra que más se beneficia con el resultado se dedica a "hacer jueguito", tener la pelota y simular una holgura inexistente para alegrar a la tribuna.
Pero la escasez doméstica de dólares; la escalada del blue y la brecha con el tipo de cambio oficial; la revaluación de la moneda norteamericana; los problemas de China; las inundaciones en la provincia de Buenos Aires; la suba del dólar en los mercados internacionales y la consecuente caída del precio de las materias primas, más la intensa crisis económico-política de Brasil lo complicaron todo.
Además, el creciente déficit fiscal financiado con una emisión monetaria que parece descontrolada está alimentando de nuevo la inflación.
Como había previsto el economista Ricardo Arriazu a fines de 2014, el Gobierno podía tener éxito en la estrategia de simular que lo tenía todo controlado. Pero el peligro era que a medida que la actividad económica cayera hubiera una tentación: tomar medidas "reactivadoras" para compensarlo.
Podían ser, decía Arriazu con clara previsión de lo que ocurrió: "Incremento del gasto público, más subsidios, préstamos a tasas de interés subsidiadas, etcétera". Todo ello se hizo y el Gobierno pasó del "tiqui-tiqui" más o menos controlado a perder la pelota y el rumbo todo el tiempo, Quedó a la vista que el esquema actual es insostenible y se complica al sucesor, al que parece que será imposible echarle toda la culpa de lo que pase a partir de diciembre.
Para colmo, en julio se sobresaltó el índice de precios. Las mediciones privadas marcaron 1,9%. El número oficial, que produce el Indec y que no merece llamarse "medición", arrojó 1,3%, el más alto en lo que va del año. El deterioro no puede ser ocultado ya ni con las falsificadas estadísticas oficiales.
Otras herramientas que el Gobierno imaginó para asustar a las empresas y controlar al menos hasta diciembre los precios de bienes y servicios tampoco resultaron. Fuentes judiciales revelaron que la Justicia dio por tierra con una resolución de la Secretaría de Comercio que aplicó fuertes multas a varias automotrices por supuestas infracciones a la reformada ley de defensa del consumidor, inspirada en la ley de abastecimiento. Fueron multas de esas que, según la voluntad de Cristina Kirchner, deben pagarse y luego discutirse. Pero en este caso no ocurrió.
Sólo FCA (ex Fiat) había recibido una multa de $ 800.000 porque, según los inspectores de Comercio, en la venta de un Palio 1,6 16V, Essence 5P + Pack de Seguridad en el marco del plan Procreauto no había incluido en la factura algunos detalles. Eran, según el artículo 1° de la norma que impuso la multa, "las características de la garantía ni hacer constar en el mismo los plazos y condiciones de entrega del vehículo". Y exigía el pago perentorio de la multa aplicada.
Pero la automotriz fue a la Justicia y la Sala IV de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal le dio hace poco la razón.
Consideró que cuando la compradora había concurrido a la concesionaria a consultar por la operación había recibido documentación llamada "propuesta de compra", donde se mencionaban todos esos datos. Fiat había reclamado también la inconstitucionalidad del pago anticipado, pero la Cámara no se expidió, ya que "devino inoficioso pronunciarse sobre la constitucionalidad del pago previo establecido por el artículo 45° de la ley 24.240 (según las modificaciones introducidas por el artículo 63° de la ley 26.993), pues a fs. 127 la autoridad administrativa concedió sin más el recurso interpuesto". Y que ello incluso ocurrió aunque la Justicia había rechazado el pedido de una medida cautelar contra el pago anticipado.
Pareciera, de todas formas, que no resultará tan fácil la aplicación de estas normas persecutorias y, como en este caso, arbitrarias. El Estado debe cargar ahora con las costas de un proceso absolutamente desproporcionado que pretendió ser aleccionador y terminó desnudando la debilidad del Gobierno. Algo parecido a lo que ocurrió con el refugio en la supuesta solidaridad de China para calmar la falta de créditos y dólares.

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