12 de Mayo del año 2015 -1316
Lamento informar a los lectores que el acto en defensa de los secuestrados políticos que propuse en el número 1315 del 5 de Mayo ppdo. no se realizará porque como podrá verse en la Sección Correo del Lector de este periódico en mi respuesta al Dr. Adolfo Casabal Elía (8 de Mayo del año 2015 - Nro.4915) su carta fue la única que podía considerarse como la de una personalidad con prestigio suficiente para integrar la Comisión convocante y aunque no se ofreció inmediatamente a integrarla, al decir que coincidía íntegramente con el artículo 1315, podía suponerse que lo haría, en caso de que hubiera otros como él que coincidieran.
Sin embargo, fue sólo él. Hugo Esteva también estuvo de acuerdo pero agregó que no creía que asistieran más de 50 personas al acto. Teniendo esa opinión era poco probable que aportara el necesario entusiasmo a la Comisión. Hubo tres o cuatro cartas más de personas apreciables que están de acuerdo, una desde un lejano pueblo del interior y las otras tan escuetas que no podían considerarse como una decisión de participar en la organización.
Como le decía al Dr. Casabal Elía, "lo extraordinario es que ni los parientes de los secuestrados se han manifestado. Ni los generales retirados importantes". Sólo un coronel retirado, que me pidió reserva, o sea que no podía contarse con él para la Comisión.
Es claro que la sociedad argentina está disuelta. No hay "affectio societatis", ni existe amor a la Patria, ni al prójimo. Por lo tanto no tiene sentido insistir en nuevas propuestas políticas. Los secuestrados morirán en la cárcel y el Presidente que reemplace a la usurpadora actual, será otro usurpador, fruto del fraude electrónico, y él seguirá demoliendo moralmente el país, empobreciendo a la gente honrada y enriqueciendo a los ladrones del poder.
* * *
Por lo tanto, el objetivo de este artículo es advertir a los católicos que todavía quieran seguir siéndolo que no pueden votar a ninguno de los candidatos que se proponen porque todos son enemigos de la moral cristiana y de la Justicia y todos son responsables de la legislación directamente ofensiva a la Ley de Dios que se ha aprobado en los últimos tiempos, han cometido actos gravemente injustos y, votar por ellos a sabiendas o con voluntaria ignorancia de estas razones, es atraer sobre nosotros la ira divina y la posibilidad de un castigo o al menos de un retiro de gracias que hará que la argentina vaya de mal en peor, inexorablemente.
En especial, me refiero a Macri. Como ya lo he recordado, este farsante apoya el aborto, que se practica en los Hospitales de las Ciudad por autorización de él; hizo aprobar la primera ley de "homonomio" que hubo en Iberoamérica permitiéndoles "adoptar" niños; edita un portal corruptor denominado "chau tabú"; promueve la política de la mal llamada "salud reproductiva" que es, en realidad, prostitución inducida de la adolescencia y, además, es deshonesto en asuntos económicos, e inepto, como todos los políticos profesionales.
Votar por Macri y sus candidatos es hacerse cómplice de todos esos pecados graves. Nunca puede ser considerado un "mal menor". El Padre Sardá y Salvany, famoso publicista español del siglo XIX y principios del siglo XX, autor del libro "El liberalismo es pecado", dice:
"...Defender o votar un proyecto de ley atentatorio contra la ley de Dios y de su Iglesia (N: o a un político que promueva tales proyectos) es un pecado gravísimo que reviste tres grados de especial perversidad: 1ro. El ultraje directo a Dios por la violación de sus derechos; pecado contra la virtud de religión. 2do. Escándalo a las almas, por inducirlas a error con falsas doctrinas; pecado contra la virtud de la Caridad....Como también es doctrina corriente y fuera de toda controversia, que la complicidad en un pecado cualquiera reviste análoga malicia y gravedad que las de la propia acción criminal a que se refiere...
“Ahora bien, de todas las complicidades que pueden darse en un delito, la principal y más directa es la del mandante, o sea, la del que confiere a otro poderes y representación personal, mediante la cual tal delito comete...El que da, pues, su voto para diputado a un candidato sectario (sabiendo que lo es y que como tal se propone hablar y votar en el Parlamento) (N:¡Y mucho peor un candidato a Presidente, con los enormes poderes que tiene el Presidente por la Constitución!) hácese cómplice directo de cuanto contra Dios y la Iglesia hable u obre en su día aquel diputado (N: o Presidente) que llevará su legal forma y representación. Es cómplice suyo en los pecados gravísimo de que se trata." ("Propaganda Católica", tomo XIII, pags. 213/214).
Los católicos, aún los más ignorantes saben que Macri es responsable de los actos inmorales que he mencionado más arriba y que no admite ningún principio sano que le impida hacer otros tan ofensivos a Dios como aquellos. Y sin embargo, a sabiendas de eso, lo votan y lo piensan votar en la elección presidencial.
Doy un ejemplo de esto. Hace unos días había un grupo del PRO haciendo propaganda frente a la Iglesia de las Esclavas en la Plaza Vicente Lopez. Una señora muy fina a la que veo en misa frecuentemente y hasta es una de las que pasa la canasta para recibir el óbolo de los asistentes, estaba conversando con los macristas. Cuando pasé le dije: "Señora, no apoye a Macri porque es abortista, aprobó el "homomio" (unión infame entre homosexuales) y es peronista, o sea, partidario del incendiario de iglesias de 1955". La señora me contestó: "No importa. Lo voy a votar igual." -Pero Señora, Ud. va a misa todos los días, ¿cómo puede hacer eso? -Sí, voy a misa todos los días pero voy a votar a Macri."
Si esa señora a sabiendas va a cometer ese pecado, no tengo dudas que muchos señores y señorones, que también se dicen católicos, harán lo mismo.
La excusa es que se trata del "mal menor". Pero el pecado mortal nunca es mal menor ya que no puede haber mal mayor que insultar a Dios mediante un pecado mortal. Y como vimos, la doctrina católica -como lo recuerda el Padre Sarda y Salvany- así considera el pecado de quienes votan por un enemigo de la Ley de Dios.
Los enemigos de la Iglesia jamás votarían por un católico militante. Jamás. Y no dejan nada por hacer para impedirle ser conocido y apoyado políticamente por sus correligionarios. Le niegan toda publicidad. Le persiguen en su vida privada tratando de que se arruine y si es necesario, pueden apresarlo o matarlo. En cambio, los católicos, a traición, votan por esos mismos enemigos de la Iglesia con toda tranquilidad.
Dirán que no hay alternativa. Respondo: no la hay porque los católicos, en especial los del alto clero, nunca quisieron apoyar la fundación de un partido católico o, por lo menos, fiel a la ley natural y a la Justicia. Por el contrario lo sabotearon con toda energía. Deliberadamente crearon un vacío en el campo político en el cual sólo son admitidos los enemigos de Dios. Eso no se remedia votando por estos últimos sino arrepitiéndonos de nuestra desidia pecaminosa y empezando a construir ese partido.
* * *
Supongamos que el fraude electrónico no existiera y que los cómputos electorales reflejaran lo que realmente se votó y que Macri pierda la presidencia por una diferencia mínima de votos y que esos votos fueran los que le nieguen los católicos que, en conciencia, no pueden votar por él a sabiendas de que ese voto ofende a Dios. Eso no es argumento para saltarse la ley de Dios y votarlo con el argumento del "mal menor". Ese voto sería el mal mayor, porque sería el voto de los apóstatas que insultan a Dios deliberadamente. ¿Qué puede esperarse para un país que se atreve a ofender a Dios todopoderoso, sino la desdicha y la continua degradación?
Si gana la izquierda neo-marxista declarada, o sea, el peronismo en cualquiera de sus variantes a causa de esa negativa virtuosa a votar por el traidor, adúltero e inmoral Macri, el país podrá estar peor en asuntos económicos y sociales, pero estará mucho mejor moralmente por ser fiel a Dios. Y eso, a la larga o a la corta, redundará para bien en todos los demás asuntos porque está prometido por Nuestro Señor: "Buscad el Reino de Dios y su Justicia y lo demás se os dará por añadidura". Una derrota de Macri sería una victoria de Dios que nunca es un mal para la nación que tiene el coraje de conseguirla.
Si no actuamos así, la argentina está perdida y la caída no tiene fondo. Agrego para terminar y quitarle ilusiones a los eventuales traidores a su Fe, que un voto por Macri es un voto por la continuidad del kirchnerismo porque estoy persuadido que él es el candidato de esta tiranía para continuarla en lo que tiene de peor.
Cosme Beccar Varela
La presente nota del Dr. Cosme Beccar Varela, es publicada en La Misère Porc, por gentileza de su autor.

No hay comentarios:
Publicar un comentario