miércoles, 9 de abril de 2014

Viajes de contradicciones en el mundo k






Por  | LA NACION


Dos viajes clave de funcionarios de peso para la política exterior de la Argentina y una visita relevante a Buenos Aires marcarán la agenda diplomática del Gobierno en los próximos tiempos. Pero también estos hechos dejarán en evidencia las reiteradas contradicciones del kirchnerismo a la hora de mirar el mundo.

El ministro de Economía Axel Kicillof llegará pasado mañana a los Estados Unidos para participar de la Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, dos organismos con los que, precisamente, la Argentina no tuvo buena relación en los últimos años , pero que, ahora, busca acercarse bajo un firme objetivo: generar confianza en el mercado internacional y obtener fondos frescos.

La contradicción resulta absoluta en este viaje de Kicillof al FMI. En 2005 el ministro camporista aplaudió a Néstor Kirchner cuando se "desendeudó" del Fondo y lo calificó como "promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo argentino". Ahora el ministro de Economía buscará mostrarse amigo del FMI.

Ahora el ministro de Economía buscará mostrarse amigo del FMI. 

Los aires parecen haber cambiado para Kicillof o, una vez más, la memoria del kirchnerismo se presenta excesivamente frágil. El Gobierno se muestra hoy ante el FMI como un alumno aplicado. A contramano del histórico manual de Néstor Kirchner, Kicillof cumplió con los preceptos del establishment internacional al modelar un nuevo índice de precios, inició una negociación con el Club de París para pagar la deuda que el país tiene allí por 9000 millones de dólares y desterró los litigios con empresas que habían apelado al CIADI por las estatizaciones compulsivas de la Argentina.

Claro que Kicillof no llega en el mejor momento a la asamblea del FMI. Ayer este organismo emitió un duro documento en el que estimó que la economía argentina se "desacelerará marcadamente en 2014" y trazó un escenario de "incertidumbre" con "un alto nivel de inflación y una disminución de las reservas oficiales de divisas". No sólo esto: el FMI comparó la situación del país con la de Venezuela al sostener que las previsiones de ese país y de la Argentina "en el mediano plazo se han deteriorado aún más".

Referentes de la política local argentina que viajaron a Washington y Nueva York en los últimos meses coincidieron en sostener a LA NACION que en los centros financieros internacionales existe un "optimismo moderado" de la Argentina en función de los gestos que acaba de emitir el Gobierno para amigarse con el mundo.

 Pero también destacan que hay aún un "alto nivel de desconfianza" por todo lo ocurrido en la Argentina en los últimos años.

El otro viaje que pondrá en evidencia los vaivenes de la política exterior de la Argentina es la visita oficial a Israel que se dispone a realizar el 28 de este mes Héctor Timerman . El canciller argentino se reunirá en Jerusalén con su par israelí Avigdor Lieberman y con otros referentes del gobierno de Jerusalén. El encuentro será a "agenda abierta" y por ello cabe preguntarse : ¿Cómo explicará Timerman el acuerdo que la Argentina selló con Irán por la causa AMIA y que aún duerme en los cajones de Teherán luego de causar una fuerte polémica en la comunidad judía argentina?

El otro viaje que pondrá en evidencia los vaivenes de la política exterior de la Argentina es la visita oficial a Israel que se dispone a realizar el 28 de este mes Héctor Timerman

Por orden expresa de Cristina Kirchner el canciller argentino revirtió ahora la política exterior y busca acercar posiciones con Israel. Pero seguramente Lieberman sacará el tema en la mesa de diálogo con Timerman. Salvo que este duro exponente de la derecha israelí no siga pensando lo que le dijo a LA NACION en 2009: "El de Irán es un régimen demencial y muy peligroso", expresó.

No sólo Timerman deberá dar respuestas en Jerusalén al memorándum frustrado con Teherán. También deberá amoldar su discurso para justificar el giro en la política exterior de la Argentina con Israel que ahora recayó en relaciones más amistosas, una inminente compra de aviones de guerra israelíes y acuerdos de cooperación en materia jurídica y económica. Seguramente Timerman saldrá ileso de esta compleja dialéctica. El canciller argentino tiene excesivas habilidades para justificar las contradicciones de su discurso.

La visita del presidente de China Xi Jinping también mostrará algunas de las contradicciones que padece el kirchnerismo en materia de política exterior. El hombre fuerte de Asia llegará a Buenos Aires en los primeros días de julio para una rauda visita. Seguramente su estilo diplomático y moderado no le permitan preguntar por las causales del maltrato que recibió su antecesor Hu Jintao cuando estuvo en la Argentina en 2004 y Néstor Kirchner no le ofreció la mejor de las bienvenidas.

No obstante, fuentes diplomáticas argentinas expresaron a LA NACION que el presidente de China llegará con varias dudas sobre la Argentina. Por empezar, en China están deseosos de saber qué ocurrirá con las inversiones que hicieron en el Belgrano Cargas. También hay preocupación de China por las denuncias de corrupción que giran en torno a la petrolera Pan American Energy establecida en Chubut, donde los chinos son accionistas. Y, por cierto, también China quiere saber qué ocurrirá con los proyectos de inversión que se proyectan en la agroindustria y las obras de infraestructura.

Habrá que ver si Cristina Kirchner se anima ante Xi Jinping a explicar los vaivenes de los últimos años de un gobierno que se cerró al mundo, maltrató a los mercados internacionales y ahora busca acercarse al FMI, al Banco Mundial y acariciar los emblemas que hasta no hace mucho los jóvenes de La Cámpora pisoteaban muy gustosos.


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