13/04/2014|
11:12
Desesperación K por explicar que no se regresó al FMI (¡¿?!)
La Administación Cristina necesita el dinero
externo, cuanto antes, para salir del atolladero en que se encuentra, a
causa de su propia impericia. Pero no hay dinero sin FMI, ni siquiera en
el Club de París. Además, volver al FMI ayudaría en la instancia tan
decisiva con los acreedores holdout ante la Justicia estadounidense. De
todos modos, no es tan complicado porque el FMI tiene sus reglas que
detrozan el discurso de toda la Década Ganada (en verdad, de los últimos
12 años argentinos). Por lo tanto, hay que explicar lo inexplicable. El
debate es muy interesante.
"(...)
Con la economía en estado vegetativo (o menos todavía), las chances de
dar vida al proyecto kirchnerista más allá de 2015 tienden cada vez más a
cero. En cambio una inyección de divisas que permita sacar plata de
otros bolsillos para empujar la economía permitiría al Gobierno llegar
mejor posicionado a su último año y aventar cualquier fantasma de retiro
anticipado del poder. (...)"
Para comenzar una crónica neutral de los acontecimientos: Patricia Valli en el bisemanario Perfil:
"(...) Mientras en Buenos Aires Jorge Capitanich cuestionaba a
la titular del FMI, Christine Lagarde, Kicillof se reunía con los
ministros del G20 y más tarde con empresarios en la embajada argentina
para captar inversiones. Estuvieron referentes de The Clorox Company
hasta Kimberly Clark, entre otras 35 firmas estadounidenses. El ministro
respondió sus consultas, gesto que cayó bien en la diplomacia
estadounidense en la Argentina.
También recibió la felicitación del director del FMI para
América Latina, Alejandro Werner, que consideró que el Gobierno llevó
adelante un trabajo metodológico “muy intenso” para mejorar las
estadísticas después de que el FMI amenazara con una moción de censura
por los cuestionados índices de inflación y crecimiento.
Tal como lo hizo el jueves ante el G24, Kicillof
advirtió sobre los “efectos negativos para la estabilidad financiera
global” si prevalecen los reclamos de los holdouts, los bonistas que
rechazaron las reestructuraciones de deuda de la Argentina, liderados
por los fondos buitre. Pero en este caso no logró una declaración del
G20."
Frente a los acontecimientos, la Administración Cristina decidió dar su explicación paraoficial de los sucesos en Washington DC.
"Fracasos Múltiples Internacionales (FMI) está regresando al
escenario político y económico argentino. La moción de censura y la
amenaza de iniciar el camino de la expulsión del país de esa institución
por la calidad de las estadísticas públicas colocó al Gobierno en una
situación incómoda. La opción era romper con ese organismo
internacional, convirtiéndose en el único país del mundo en quedar fuera
de esa entidad multilateral, lo que hubiera derivado en la marginación
del G-20, en la clausura al acceso de créditos del Banco Mundial, el BID
y del mercado, y en deteriorar la reputación internacional frente a
otros países, o negociar el espacio de intervención de sus técnicos.
Esta última fue la elección del gobierno de CFK. Implicó una
primera evaluación silenciosa del FMI sobre el sistema financiero local
el año pasado y luego la cooperación técnica para la elaboración del
nuevo índice de precios al consumidor y la actualización del indicador
PBI. La evaluación general de la economía (el conocido artículo
IV del convenio constitutivo del Fondo, en cuya sección 3 establece “la
supervisión de las políticas de tipo de cambio de los países miembros”)
es la única cuestión de tensión en la relación Argentina-FMI.
Aceptar la revisión anual es una decisión política, de
carácter simbólico, más que económico. En Washington, en el marco de la
Asamblea Anual conjunta del FMI-BM Axel Kicillof le reiteró a David
Lipton, subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, que el
país no analiza volver a aceptar las auditorías anuales. (...)".
Complicadísimo de creer lo de Zaiat en términos de Club de París. Aunque no sea un economista Joaquín Morales Solá, su afirmación acerca de la auditoría del FMI, es cierta:
"(...) La contradicción entre la realidad y la ideología roza también la economía. El
Gobierno golpeó las puertas del Fondo Monetario, luego lo criticó
abiertamente y, al final, volvió a merodearlo. Lo necesita si quiere
acordar con el Club de París. La negociación con el Club de París
consiste en dos preguntas sencillas: cómo se pagará y quién auditará al
deudor, la Argentina. Para el Club, no existe otro auditor que no sea el Fondo. Cristina oscila entre la necesidad objetiva y las cadenas discursivas e ideológicas que aún arrastra. (...)".
"El ministro de Economía, Axel Kicillof, indicó que la
Argentina es el "espejo del porvenir de algunos países que están
preocupados" ante la posibilidad de tener que atravesar procesos de
reestructuración de deuda, ante un escenario en donde no existe
legislación internacional que lo regule. De esta manera, se refirió
Kicillof al hablar con la prensa tras completar los encuentros que tuvo
en el contexto de las reuniones de primavera en Washington. Además,
sostuvo que "hay riesgos fuertes que ponen en peligro la recuperación a
la que nadie está dispuesto a apostar demasiado como segura"; y
advirtió que esa mejora global, a la vez, "permite restringir algunas
medidas expansivas que habían tomado las principales potencias, lo que
puede poner en riesgo la situación de los emergentes".
La agenda de la delegación Argentina terminó ayer con una serie
de reuniones encabezadas por Kicillof, entre las que se destacó un
encuentro con los abogados que representan al país en el juicio contra
los holdouts.
En la sede de la Embajada en Estados Unidos, el titular de la
cartera económica dialogó con Paul Clement y el equipo de abogados del
estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton, quienes están a cargo de
la defensa argentina.
El encuentro legal –del que también participaron la
embajadora Cecilia Nahón y el secretario de Finanzas, Pablo López– tuvo
lugar a nueve días de la audiencia oral ante los jueces de la Corte
Suprema norteamericana. Aunque será por un caso satélite,
apuntado a la posibilidad de que los fondos buitre busquen activos de la
Argentina en el exterior con la intención de embargarlos, la defensa
tendrá la posibilidad de tocar el tema de fondo relacionado con la
cláusula Pari Passu (tratamiento igualitario).
Tras lo que fueron las asambleas del G-20 y el FMI, Kicillof
también asistió al desayuno del Comité Monetario y Financiero
Internacional, donde compartió con sus pares las conclusiones que
alcanzó tras los encuentros. (...)"
¿Cuál es la realidad de todo esto?
Sin duda, es mucho más cierto lo que afirma Roxana Acotto en el diario La Voz del Interior, de la ciudad de Córdoba:
"Quién te ha visto y quién te ve Axel Kicillof. De
aquel brioso ariete del discurso que se vanagloriaba del
desendeudamiento y de haberle pagado al FMI para no soportar sus
auditorías y consejos, a este manso hombrecito de traje que se pone en
un lugar de la fila para que nos presten plata.
El relato oficial deberá hacer maravillas para explicar el
viraje, pero sin dudas lo hará. Será divertido escuchar cómo justifican
ahora lo que siempre criticaron.
Para el ajuste más o menos ortodoxo que viene aplicando el
(digamos) equipo económico, la reorientación del discurso achacó la
devaluación al mercado (fueron ellos, no nosotros), la suba de precios a
los supermercados y otros demonios (pese a que Precios Cuidados permite
aumentos importantes sobre las anteriores listas) y seguramente ahora
dirán que cualquier préstamo que surja del FMI o del Banco Mundial será
“sólo y exclusivamente” para fortalecer las reservas (que ellos mismos
diezmaron) contra “los ataques especulativos y zaraza zaza.
Lo cierto es que el contexto internacional de gran
liquidez ofrece un buen momento para el endeudamiento argentino. Y un
paso en ese sentido podría también facilitar el acceso privado a canales
de financiación hoy trabados, lo que serían dos buenas noticias para la
alicaída economía nacional.
Si Kicillof tuvo que admitir a regañadientes un crecimiento
menor al 3% en 2013 (y derrumbar con ese anuncio los cupones de los
bonos atados al PIB), ahora los principales estudios macroeconómicos y
el humor del sector privado esperan un 2014 con un módico crecimiento
(entre medio y un punto) y un panorama similar para 2015.
Con la economía en estado vegetativo (o menos todavía),
las chances de dar vida al proyecto kirchnerista más allá de 2015
tienden cada vez más a cero.
En cambio una inyección de divisas que permita sacar
plata de otros bolsillos para empujar la economía permitiría al Gobierno
llegar mejor posicionado a su último año y aventar cualquier fantasma
de retiro anticipado del poder. (...)"

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