CARTAS Y NOTAS DE NUESTROS AMIGOS LECTORES
Carta abierta a la Sra. Presidenta de la Nación
Argentina
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
De mi mayor consideración:
Me llamo Julio
Andrés Casati, soy argentino por
nacimiento, hecho ocurrido hace ya 60 años; casado y con hijos, de profesión
ciudadano aunque a veces escribo como para sacar de adentro algunas cosas que
con el correr del tiempo, uno va acumulando y eso no es bueno.
Nací en un hogar normal, con padres que trabajaban
para poder mantener la casa y los críos, en este caso dos. Crecí y me eduqué no
solo en la escuela pública sino, bajo los consejos de los mejores maestros que pude tener…mis propios
padres. Ellos me fueron enseñando
como transitar la vida, ésa vida que
estaba a punto de comenzar a conocer.
Bajo su tutela, aprendí varias primeras reglas básicas e importantes
como por ejemplo: RESPETO; respeto por la familia, porque ese era mi lugar de
origen; respeto por el maestro, porque es quien me educaría; por el
médico, encargado de curarme; por
el policía, encargado de velar por mi seguridad; por el
presidente de turno, elegido democráticamente para conducirnos lo mejor
posible; por el himno nacional, la primer canción que aprendí de memoria y que hasta el día de hoy recuerdo.
En la escuela
aprendí más cosas que luego me servirían hasta el día de hoy, porque los planes
de estudio habrán cambiado, pero las cosas esenciales siguen siendo las mismas,
como la moral, no mentir y ser una buena persona, tener ideales y a ellos,
llevarlos hasta las últimas consecuencias, poniéndonos como ejemplo a nuestros
próceres más ilustres.
Llevo dentro, cada
palabra que me dijeron por aquellos tiempos, que no fueron fáciles, porque en
este bendito país, casi nunca fueron fáciles, al menos para la gente común, la
normal, la que realmente siempre se
esforzó para sacar el país adelante, esa gente que se levanta de madrugada y vaya
a saber uno cuando le toca volver a acostarse.
Usted disculpará esta introducción pero la creí
necesaria, no me une ningún vínculo con ningún partido, mi partido es esta
vida, la que ustedes me están permitiendo tener, a pesar de no ser los dueños
de ella.
Es que la realidad
me ha superado, Sra. presidenta, veo a
mi alrededor tanta mentira, tanta
calumnia ,tanta desfachatez para mentir, tanto egoísmo y lo que es peor, tanta
codicia, como si la vida de los gobernantes fuera a ser duradera , eterna, para
siempre…y usted mejor que nadie sabe que así no lo es, sabe que todos algún día
nos iremos, sin nada, vacíos por fuera , y por dentro, cargados de
recuerdos o de remordimientos , eso dependerá de lo que hayamos o no hecho.
Veo
voluntades compradas, amistades compradas, incluso me animo al menos a
sospechar que hasta hay amores -una de las palabras más hermosas-, que han sido
tentados con billetes recién salidos del
banco, y eso casi es imperdonable; por
eso decidí escribir esta carta, carta que no sé a dónde llegará, pero eso no
importa porque tal vez otros harán lo mismo y de esa manera usted se enterará
que todavía hay gente feliz ,que todavía hay gente que quiere seguir siéndolo,
qué no va a permitirle que se le devalúe, porque mucho nos ha costado llegar a
tenerla, y porque esa felicidad no se consiguió gracias a los gobiernos, si no
por esa lucha de ideales que más arriba exprese haber aprendido.
Al menos yo debo seguir siendo feliz, porque las cosas
importantes pasan por otros caminos, nosotros , los ciudadanos normales y
comunes, no entendemos mucho esas
palabras dichas cada mañana por voceros de turno que lo único que logran es
confundirnos.
Nosotros, los comunes, no entendemos demasiado de
economía, salvo la propia, la que nos dice que podemos comprar, a donde podemos
ir, que podemos comer hoy o que cuentas saldar;
y en eso se nos esta yendo la vida y allí está el riesgo de ir perdiendo
esa felicidad de la que hablaba, porque
siento que me la están robando y estuve buscado en el código penal que
pena les cabría por eso y no encontré ningún artículo de referencia , por lo
que aprovecho para sugerirle que hable con los ministros o senadores y se
pongan a trabajar en ello.
Porque robar la felicidad debe ser considerada un delito, una
apropiación de un bien privado.
Nunca pedí alguna
dádiva, no porque no lo hubiera necesitado si no porque considero que para eso
existe el trabajo, palabra que dignifica al ser humano convirtiéndolo en
alguien útil; si esto no pudiera ser… está
la familia ¿recuerda esa palabra? la dije al principio de esta carta.
Luego están los amigos, que si uno ha sido una buena persona los tiene y en una
buena cantidad, como verá no haría falta
alguna dar lo que se puede conseguir de otras maneras, salvo que ese dar,
implique algunas cosas a cambio.
Me tomare el atrevimiento
de hacerle algunas preguntas las cuales sé que nunca tendrán respuestas, aunque
me gustan las sorpresas…
La primera seria… ¿es realmente usted feliz?
Y continuaría…a pesar de su inmensa fortuna
acumulada a través de los años con su intenso trabajo, ¿siente envidia de los
que sí son felices a pesar de las inmensas deudas, acumuladas a través de los años y del intenso
trabajo?...
¿Se puso a pensar alguna vez, cuál es la obligación
de un mandatario para con su pueblo?...
Cuando cada mañana
se encuentra frente al espejo,
¿no ve reflejado en él a su conciencia?
¿Realmente cree usted, que los que la rodean son sus
amigos?
Usted, ¿escucha a la gente, o solamente a quienes
suelen aplaudirla en algunos de esos
actos donde solamente da buenas noticias?
Tendría muchas más
preguntas para formularle pero creo que cuando llegue a la tercera se detendrá algún tiempo para pensar en la
respuesta, señora presidenta.
Necesito,
necesitamos que esté usted aquí, no
viajando a esas conferencias inútiles
que nunca han servido para nada.
Necesito,
necesitamos que se dé cuenta de los errores cometidos, algunos perdonables por
el solo hecho de ser humana, otros en
cambio se podrían analizar, pero es aquí donde debiera de estar, cada día, al
frente de los problemas, que no son suyos, que son nuestros, de su pueblo.
No permitiré que devalúen mi felicidad, ¿sabe por
qué?
Porque la necesito para vivir, ese es el plan que
necesito, esa es mi dádiva, ese es mi trabajo, quiero libertad para poder
lograrlo, no quiero hacer miles de trámites para ello, me la gané señora
presidenta, luché por ella durante 60 largos años, no cortaré ninguna calle, ni
haré barricadas, ni huelga de hambre, nada de eso; a cambio seguiré siempre de frente, no me
resignaré, como otros, débiles y
frágiles de corazón y de mente,- que se dejan convencer por hermosas palabras u
ofrecimientos- a dejar de llamarme por
mi nombre y cambiarme por un número, mis padres me dieron un apellido, no una
clave fiscal, ellos pensaron que este país sería grande algún día, supongo que
por eso se arriesgaron a traerme junto a
mi hermano, lo que no pensaron es que el
país, como un gran barco, lo maneja un capitán y una tripulación muchas veces
poco apta para tan delicado trabajo.
Estoy casi en la
parte final de esta carta Sra. presidenta, ojalá despierte en usted lo que tiene dentro, porque sé que en el
fondo su corazón le habla, debe hacerle caso , el sí es su amigo, lo que él le
diga nunca será un error, siga sus consejos,
aunque sea inténtelo, verá qué lindo se siente haber hecho las cosas
bien, porque no hay muchas formas de realizarlas, una al menos ya la probamos, inténtelo nuevamente, ábrase a los demás, cuando sonría hágalo
desde dentro, sea sincera consigo misma
,háblele a ese espejo que la espera cada mañana, no pierda el tiempo que le
queda contado dinero, reciba a la gente, no a esa que le aplaude, a la gente de
la calle, a los comunes, salga usted a buscarlos, pregúnteles como están, como
se sienten, cuáles son sus necesidades, no premie a quien no lo merece, mire a
quien tiene a su lado, ábrase a todas las opiniones, porque en la diversidad esta la verdadera
democracia.
No todos somos iguales, juegue limpio, mire por esa ventana que da a
la plaza de Mayo, a cada uno que por allí transite, piense que cada uno de
ellos está indefenso ante cualquier ataque de una ley escrita de apuro, considérese afortunada de
haber llegado a lo más alto en cuanto a aspiración humana se refiere, pero
cuídese de los mareos que eso produce.
Ahora sí, y muy a
pesar mío, debo terminar esta carta, debo seguir siendo feliz y por el rato que
me llevo hacerla no pude, aunque le debo confesar que me ha hecho usted
recordar viejos tiempos , la infancia por ejemplo, un lugar a donde quisiera
volver aunque sea por unos instantes, solamente para volver a escuchar a esos
maestros que me enseñaron los valores morales de nuestros próceres ,
simplemente para ver si los había aprendido bien o algo se me había olvidado, ya que luego , durante mi vida los vi
reflejados en muy poca gente.
Ojalá Dios ilumine el camino que falta, porque el que transitamos hasta ahora fue
casi a oscuras, mis disculpas si en algo la he ofendido, no fue esa mi intención,
como antes dije, mis padres me enseñaron
a respetar a quien nos presida.
Con todo el dolor
que me obligó a escribirle, la saludo con la consideración más distinguida.
Julio Andrés
Casati
Un ciudadano de Argentina
Esta carta fue enviada a los correos de lectores de
los diarios: La Nación, Clarín, Diario Popular, Página 12, Tiempo Argentino
y La Prensa.
N de R La Misère Porc:
Muchas gracias al AMIGO B.C. que nos envió tan excelente nota, escrita con sumo respeto y dirigida a quien no nos tiene respeto en absoluto.
Estimado Sr. Julio Andrés Casati, los diarios Clarín y La Nación, seguramente se la han de extractar, pero la publicarán. Respecto a Popular, Página 12 ,Tiempo Argentino y La Prensa, seguramente que no lo harán, puesto que son todos oficialistas y los más recalcitrantes, Página y Tiempo.
Muchas gracias
L.M.P.
Estimados amigos .gracias por darle difusión a mi carta , y gracias al amigo B.C
ResponderEliminarpor hacer el enlace con ustedes ,estoy preparando una segunda carta para todos los politicos de este pais ...los malos claro.
un abrazo
JULIO CASATI