sábado, 8 de febrero de 2014

Volvió la Cristina de siempre: confrontativa, sectaria y entornada por La Cámpora





febrero 8, 2014


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 La rentrée de la presidente el martes pasado la mostró como en sus mejores momentos, totalmente recuperada de sus operaciones y repartiendo palos por doquier, incluidos los gobernadores y dirigentes del Partido Justicialista y hablándole a la militancia de La Cámpora con las palabras que quisieron oír. 

Pero la realidad es muy distinta porque algunos aspectos de su discurso son interesantes para definir este momento político. Estuvo, por ejemplo, clara al atacar al sindicalismo oficial y su postura, aunque no lo dijo, es que no permitirá un desborde salarial. Es más, se habla de un aumento general de salarios del 20% para públicos y privados, ya que el gobierno sería consciente de que si se disparan las paritarias la recesión actual pasaría de una alta inflación a hiperinflación como se conoció en otros tiempos del país. Estaría ella confiada en que la recesión profunda que tendrá la economía, que no le gusta, será el único medio para sosegar los reclamos gremiales.

Cómo enfriar

 

Y la medicina a emplear sería la de siempre, es decir, meterles miedo a los obreros y empleados con la pérdida de los puestos de trabajo, que ya se están produciendo en las fábricas de autos y en la electrónica de Tierra del Fuego. Kicillof le habría explicado claramente a la presidente que no queda otra forma de aguantar por un tiempo la corrida cambiaria sino con medidas monetarias ortodoxas del BCRA, como la suba de tasas, que generará recesión. Sin embargo, el precio de no tomarlas podría ser que el mercado se lleve puesto al gobierno. De ahí que eligieran la opción menos mala pero que no diría en ningún discurso, continuando con el relato de siempre.

La otra opción que tenía el gobierno si no subía la tasa de interés era quitarles 3.700 millones que están en manos de los bancos entre cash y bonos, que en el día de ayer bajaron el 5% por el remate que hicieron las entidades financieras. Ésta fue la razón por la cual cayó el contado con liqui y el dólar bolsa. Aunque si el BCRA se quedara con pocas reservas, el gobierno debería considerar su retirada y ésta no es una opción para el cristinismo por ahora. Es que una salida anticipada generaría una investigación subsiguiente de los actos de corrupción de estos últimos diez años.

 Por ese motivo principal, el gobierno quiere llegar por lo menos al 2015, cuando podría optar por adelantar las elecciones para entregar el mando en junio del año próximo, lejos del 15 de octubre del 2015, cuando vencerán el BODEN 2015 por 6.000 millones de dólares y bonos linked de la provincia y la ciudad por 1.500 millones de dólares. De todos modos, aunque el cristinismo entregue el poder en tiempo y forma, nadie le puede garantizar que no se investiguen los numerosos caso de corrupción de su gestión. Sin embargo, ella piensa retener algún poder de negociación, porque los diputados y senadores del FpV siguen hasta diciembre de ese año.

Mientras tanto, Máximo Kirchner, junto a los principales dirigentes de La Cámpora, estima que hay que llegar al Mundial, porque ahí se terminarían -según ellos- los reclamos por un tiempo y después, en agosto, cuando haya pasado la liquidación de la cosecha de maíz y soja, se podrá aguantar hasta fin de año. Para ello decidieron que hay que seguir gobernado con el garrote en la mano y, si es necesario que el general César Milani muestre al Ejército en la seguridad interior, lo hará, ya que en un próximo gobierno es candidato a terminar preso por violación de los derechos humanos.

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