19/01/2014| 17:37
por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter: @santosjorgeh
¿Existe en la política la tormenta perfecta? Nunca será perfecta una
tormenta para quienes la deban sufrir. Sin embargo, a lo largo de los
gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, ambos fueron combinando con su
histótica forma de concebir el poder, un verdaderoengranaje de
relojería de forma tal que la Argentina tenga que soportar una crisis
(tormenta) perfecta. No hay nada que escape al daño hecho por ella y por
él. Así, el pronóstico de la tormenta, no falla.
"La tormenta perfecta se ha instalado como realidad nacional. Nubes
densas y un enmarañada confluencia de descargas eléctricas se ciernen en
el presente y en el horizonte cercano."
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24).
Aunque Argentina esté transitando el verano, estación en la cual todo
parece desacelerarse para adoptar un ritmo propio del período de tiempo
que se vive; casi la totalidad de la población sabe que, a partir de
2014, la crisis que ya empezó a sentirse cada día con mayor fuerza;
cobrará un ritmo feroz del cual no será nada fácil salir.
¿De qué crisis se habla cuando, nuevamente, la Argentina afronta uno de sus recurrentes problemas cíclicos?
¿De una crisis parecida a la de 2001/2002 o de una diferente?
Nada es comparable, las situaciones son distintas.
Sin embargo, la crisis que ya enfrenta Cristina Fernández
viuda de Kirchner, y que ella no remediará sino que la dejará aún más
grande como herencia, es de unas características muy complejas que
superan y la singularizan de la vivida hace más de 10 años atrás.
La Argentina administrada por los Kirchner es una las peores desgracias que le haya podido ocurrir al país.
Los Kirchner no solo han llevado a la República a la vera del
precipicio de su descomposición sino que, además, han desaprovechado
años extraordinarios donde un gobierno cualquiera, medianamente prolijo,
algo capaz y tan solo un poco corrupto le hubiese dejado al país un
futuro promisorio y con un presente muy lejano a este caos que afronta.
Con los antecedentes que Néstor Kirchner, principalmente, y su
esposa acumularon, políticamente y gobernando Santa Cruz; alguien
medianamente en su juicio podía abrigar la idea que ellos iban a cambiar
su forma de concebir el poder, ya afincados en la Casa Rosada y en
Olivos. La respuesta es: NO.
Pero de esperanzas vive el hombre, y especialmente, el argentino
que venía de soportar un despiadado temporal a partir del mandato y la
salida del presidente Fernando de la Rúa.
Una avalancha de ingresos provenientes de las exportaciones del
campo y de automóviles a Brasil, más una gigantesca cuota de populismo,
corrupción, impunidad y relato fueron confundiendo a muchos ciudadanos
de todo el país; algunos de los cuales recién ahora despiertan de una
larga siesta.
La tormenta perfecta se ha instalado como realidad nacional.
Nubes densas y un enmarañada confluencia de descargas eléctricas se ciernen en el presente y en el horizonte cercano.
No hay posibilidad alguna que el pronóstico falle.
El país colapsará como barco a la deriva.
Una Presidente ausente deja al descubierto –más que antes- la
incapacidad, deshonestidad y torpeza de los funcionarios que acompañan a
Cristina Fernández de Kirchner en el ejercicio del poder (“dime con quién andas y te diré quén eres”).
¿Piensa Ud. que la misma gente que llevó al país a esta calamitosa
situación, está capacitada, posee la altura ética, moral y la
credibilidad para sacar a la Argentina de la posición internacional
avergonzante en la que se encuentra; y de la local que angustia?
¿Cree Ud. que los personajes de la política que se han alejado del
gobierno nacional y hasta hace poco formaron parte de él, son los
médicos adecuados para solucionar los problemas de los cuales ellos
formaron parte?
Las conductas prohibidas y dañinas que se han instalado en la
sociedad y que ya ni siquiera sus integrantes son capaces de criticar
son testigos suficientes de la decadencia en la que se convive.
No es conviente, no obstante, describir oscuro o negro el devenir
del país, especialmente, cuando el calor agobia, la luz y el agua se
cortan, el dinero no alcanza, el trabajo empieza a mermar, la devalución
de la moneda es constante, y por ende , el umbral de tolerancia a la
frustración es casi nulo.
Sin embargo, lo contrario sería seguir sumergido en una ficción
repleta de falsedades como las empleadas en el relato
cristikirchnerista, las que muchos creían y a las que otros apelaban,
las que hoy se están siendo aniquiladas por la verdad.
Elija, Ud. puede.
Lo que no podrá hacer, a menos que sea parte de uno de los pocos
privilegiados que se encuentra más allá del bien o del mal; o piense y
pueda emigrar; es evitar recorrer un extenso lapso para empezar a
emerger del subsuelo -sin número, pero bien profundo- al cual sumergió a
millones de argentinos, una familia que privilegió el dinero y el
poder: los Kirchner.

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