05/01/2014|
21:00
La verdad asusta pero la Argentina deberá enfrentarla. La crisis más
temida se precipita inexorablemente. El país deberá hacerle frente a
diez años desperdiciados y en los cuales se gobernó tan mal que la
reconstrucción llevará mucho tiempo. Las mentiras del relato le dan paso
a la realidad más cruel.
"Todo
gobernante (en este caso, 2) que se preocupe por acumular poder se
aleja de prácticas demócraticas y, además, para saciar su ansias de
permanecer el resto de sus días en el gobierno, se vuelve cada día más
corrupto para alimentar sus arcas."
por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter:@santosjorgeh
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Santa Cruz fue la cuna del mal donde se entrenaron y crecieron los Kirchner.
Cuando llegaron al gobierno nacional, ya crecidos y experimentados,
la pareja compuesta por Néstor y Cristina tuvieron, como si algo les
faltase, un modelo referencial y ampliado de sus peores prácticas
sureñas, Hugo Chávez.
El extenso período del matrimonio en el gobierno llegó con un pan
bajo el brazo que no lo tuvo gobierno alguno; años de incalculable
bonanza producto de los precios internacionales de la soja y la
extraordinaria exportación de automóviles a Brasil.
Todo gobernante (en este caso, 2) que se preocupe por
acumular poder se aleja de prácticas demócraticas y, además, para saciar
su ansias de permanecer el resto de sus días en el gobierno, se vuelve
cada día más corrupto para alimentar sus arcas.
Nada le alcanza, el poder y el dinero van juntos y son una droga.
Extensa, muy extensa sería la lista de los excesos,
falsedades, desaciertos, fracasos, atropellos, abusos, cometidos por
los Kirchner y su patota de ministros, secretarios, legisladores y toda
clase de lacayos públicos durante más de 10 años.
El pueblo argentino no solo la ha vivido (muchos sufrido) sino que,
además, la deberá pagar y muy caro durante años para poder salir de la
crisis que a diario se presenta más atroz.
No es extraño, entonces, que el argentino, preocupado por lo
cotidiano, viva un angustiante presente donde pareciera moverse sobre
arena movediza. Algo le parece se lo estuviera tragando y se da cuenta
que casi nada puede hacer para evitarlo.
No son pocos los que avizaron este momento; otros lo siguen negando
aferrados a la prebendas y beneficios que han recibido conviertiéndose
en loros K, para repetir el libreto oficial.
La sociedad destruida, ha sido reemplazada por individuos
intolerantes y mezquinos. Piensan en sí mismos, en sus seres queridos y
poco o nada le importa el resto. El “sálvese quien pueda” funciona
rompiendo todos las reglas de convivencia.
Un país con una presidente autoritaria y con un discurso cotidiano y
falaz, pasó a ser uno con una mandamás ausente; tras una derrota
electoral acompañada de una cirugía con un pos operatorio con
información escasa y poco precisa.
Todas las mentiras en una ficción extensa, están dando paso a cada
una de las despiadadas realidades que muchos no veían o no querían ver.
La comparaciones son malas pero inevitables.
La gran pregunta que el tiempo se encargará de responder es si la
crisis que los argentinos deberán soportar luego que Cristina Fernández
viuda de Kirchner, deje el poder, no será de mayor envergadura que la
vivida en 2001/2002.
Nada de aquí en más que ocurra puede sorprender al argentino.
Ni la falta de luz, ni la imparable inflación, ni la constante
devaluación de la moneda, ni la pérdida incesante de divisas, ni las
muertes por inseguridad, por narcotráfico, ni la pérdida de puestos de
trabajo, ni los saqueos, ni piquetes sin solución de continuidad, ni la
multiplicación de protestas sociales, ni impunidad al por mayor, ni
siquiera aquello que el ser humano se resiste a imaginar pueda
acontecer.
Néstor y Cristina Kirchner dejarán un país destruido.
No solo por lo que hicieron para ello, sino también por las oportunidades únicas que dejaron pasar para bien de la Argentina.
¿La tarea de reconstrucción quedará en manos del peronismo? Pero
¿acaso los Kirchner no son peronistas? Néstor Kirchner fue el presidente
del Consejo Nacional del PJ, y antes fue el titular del PJ
santacruceño.
Hipócrita, el peronismo dirá que los Kirchner no son peronistas.
¿Tal vez el movimiento que creó Juan Domingo Perón, muerto hace 40 años,
pagará también los platos rotos de este descalabro?
Todo es incertidumbre.
Nada se puede planificar, ni siquiera lo que puede suceder hoy.
Así vive el argentino, hoy.la vida se hace muy difícil.

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