jueves, 12 de diciembre de 2013

Urtubey se planta en $ 6500 y CFK estudiaría el estado de sitio





diciembre 12, 2013
 
 
 
 
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 La semana negra empezó con la huelga policial de Córdoba y los saqueos posteriores se continuaron con virulencia en varias provincias. En otras se pactaron acuerdos antes de que se produjeran los saqueos, como ocurrió en Buenos Aires y Santa Fe, aunque en ambos distritos hubo saqueos aislados. 

Finalmente se acordó en estas dos provincias con las respectivas policías un mínimo de $ 8.500 para la jerarquía más baja. Sin embargo, ayer se desencadenó otro conflicto de similares características en la provincia de Salta. Allí, el gobernador Juan Manuel Urtubey dio una conferencia de prensa en la cual por decreto anunció un mínimo de $ 6.500 para la policía local. Esto motivó un rechazo del sector de la policía que estaba en huelga y que hasta ayer no era un sector mayoritario de la fuerza. 

Además, el gobernador anunció una suba de los impuestos provinciales para pagar ese aumento, que engloba no sólo a la policía sino también a docentes y estatales y dijo estar en línea directa con el Secretario de Seguridad Sergio Berni, quien lo apoyó.

Una jugada fuerte

 

De este modo, Urtubey se plantó diciendo que no tiene más fondos, que no está dispuesto a hipotecar al gobierno provincial y que no recurriría a la Casa Rosada para que le envíe recursos. Simultáneamente recibía una importante agrupación de gendarmes que le envió Berni para ayudar a que su decreto se cumpla. El próximo paso de la estrategia K sería álgido: la presidente podría anunciar que cada provincia se debe arreglar como pueda para pagar los aumentos acordados con las policías locales y en los casos de los gobiernos que sucumban ante la “extorsión policial”, éstos deberán tomar deuda en los mercados o bien retrotraer los aumentos acordados. En fin, una jugada que podría conmocionar las principales provincias del país.

Cristina no habló improvisadamente en la fiesta de la democracia de anteayer cuando señaló que hay que poner en orden a las policías provinciales como ya se hizo con las fuerzas armadas. La clave de este plan sería que Urtubey se plante con éxito ante la denominada extorsión policial. Si a raíz de esta situación se dispara una nueva escalada de huelgas provinciales, Carlos Zannini enviaría al Congreso un proyecto de ley declarando el estado de sitio en todo el territorio nacional. El Frente para la Victoria con sus aliados podría imponer la ley en ambas cámaras. Ayer Miguel Ángel Pichetto logró que se aprobara en comisión el ascenso a teniente general del general de división César Milani, que así se consolida como Jefe del Estado Mayor del Ejército.

El cristinismo está dispuesto a ir por todo y hacer la “Gran Menem”. Éste, en diciembre del ‘90, amenazó con bombardear el edificio Libertador para desalojar a los seguidores del coronel Mohammed Seineldín que habían tomado la sede del Ejército. En este caso, el teniente general Milani saldría con sus tanques, como lo hizo Martín Balza en el ‘90 contra los carapintadas, para garantizar la paz social ante la extorsión policial. Sin embargo, el problema es mucho más complejo, porque las policías provinciales son corporaciones con profundas raíces en la política y la justicia en cada provincia.

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